Se pretende silenciar las voces críticas que existen en los medios independientes, alternativos y populares, intención a la cual no cederemos de ninguna manera.
Libertad de expresión - Foto: Theilr
Libertad de expresión. Foto: Theilr.

El pasado 10 de septiembre, la periodista Martha Delgado, integrante del medio de comunicación comunitario y alternativo El Macarenazoo, recibió un panfleto firmado por el Bloque Capital del grupo paramilitar Águilas Negras, que la amenaza de muerte junto a Guillermo Castro, director de El Macarenazoo; J. Manuel Arango, director de Clarín de Colombia; y Omar Vera, director de El Turbión, además de declarar como objetivo al periódico Desde Abajo y la agencia Colombia Informa.

Los medios y periodistas amenazados rechazamos estas intimidaciones de quienes, ocultos tras un cobarde anonimato, pretenden acallar nuestro trabajo informativo sobre la grave problemática en materia de derechos humanos y conflictos sociales, ambientales y territoriales que existe en Colombia, especialmente en Bogotá y el departamento de Cundinamarca, donde tienen sede nuestras organizaciones.

A través de este tipo de actos violentos se pretende silenciar las voces críticas que existen en los medios independientes, alternativos y populares, restringir aún más la limitada libertad de expresión que existe en nuestro país y vulnerar los derechos de los colombianos a la comunicación y a informar y ser informados de manera veraz, intención a la cual no cederemos de ninguna manera.

Consideramos que este no es un hecho aislado sino que hace parte de un plan sistemático de agresiones contra líderes sociales, defensores de derechos humanos, ambientalistas y periodistas que, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo, ya completa al menos 282 víctimas mortales entre el 1 de enero de 2016 y el 27 de febrero de este año.

Esto resulta especialmente preocupante en la medida en que otros 89 periodistas han recibido amenazas durante el primer semestre de 2018, según la Fundación para la Libertad de Prensa, y cuando Colombia ocupa un oprobioso lugar histórico entre los países en los que más se asesina y persigue a quienes cumplen el deber cívico de informar a la ciudadanía sobre asuntos que resultan fundamentales para defender sus derechos y decidir en democracia, con 144 colegas asesinados entre 1980 y 2015, y una impunidad casi absoluta en estos casos, de acuerdo con la Federación Colombiana de Periodistas.

Ante esta grave situación, le pedimos al Estado colombiano que actúe para proteger la vida y labor de los periodistas que estamos siendo agredidos, tanto en los medios independientes, alternativos y populares como en las grandes cadenas informativas. En particular, emplazamos a la Unidad Nacional de Protección para que cumpla su labor y tome urgentemente las medidas necesarias para evitar nuevas agresiones, así como a la Fiscalía General de la Nación para que asuma una decisión tajante de no permitir este mar de impudidad y haga avanzar las investigaciones, de forma que se pueda determinar quiénes están detrás de estos ataques y por qué pretenden silenciarnos.

Estamos convencidos de que estos hechos son ecos de una violencia sistémica que por décadas se ha venido ejerciendo contra el pueblo y que ha dejado a su paso millones de víctimas. Asimismo, consideramos que el Estado no ha brindado garantías suficientes de derechos humanos en el territorio nacional ni ha hecho lo necesario por salvaguardar la libertad de expresión para quienes ejercemos el oficio del periodismo.

Estas agresiones no solo atentan contra la democracia y violentan el derecho fundamental a informar y estar informado sino que buscan limitar la participación de los diferentes sectores sociales en la definición del rumbo del país. Que este tipo de crímenes sigan sucediendo solo demuestra la resistencia que oponen los poderosos a que una ciudadanía informada y consciente impulse transformaciones sociales y construya paz con justicia social desde las voces de los territorios.

A pesar de estos hechos, reiteramos que no estamos dispuestos a callar ni nos dejaremos amedrentar. Por el contrario, nos reafirmamos en nuestro compromiso periodístico por contar el país que otros ocultan y reforzar lazos de solidaridad y unidad entre quienes nos sabemos parte de un pueblo que forja su destino de esperanza y vida digna.

 

Firman:

Clarín de Colombia
Colombia Informa
El Macarenazoo
El Turbión

Acompañan:

Federación Colombiana de Periodistas
Reporteros Sin Fronteras
Comisión Nacional de Comunicación de los Pueblos Indígenas

Con copia a:
Fiscalía General de la Nación
Unidad Nacional de Protección
Consejería Presidencial para los Derechos Humanos
Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la CIDH

 

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