Diciembre 10 de 2013
Por segundo día consecutivo, casi 40.000 personas atendieron el llamado a rechazar la destitución del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, y a exigir la salida de Alejandro Ordóñez de la Procuraduría General de la Nación.
La céntrica Plaza de Bolívar de Bogotá fue nuevamente testigo de una numerosa concentración de ciudadanas y ciudadanos que, contrario a lo que se esperaba, llegaron hasta allí desde los cuatro puntos cardinales de la ciudad, superando considerablemente a la cantidad de personas que la noche anterior participaron en el acto de indignación en contra del procurador Ordóñez y en solidaridad con Petro.
En esta ocasión, movidos por el antecedente de la noche del 9 de diciembre, se hicieron presentes medios de comunicación nacionales e internacionales, así como también lo hizo un dispositivo de seguridad mucho más fuerte que el que se desplegó 24 horas antes en la zona. Sin embargo, y a pesar de los pronósticos fatalistas, ningún disturbio empañó la protesta pacífica, a la que acudieron colectivos LGBTI, defensores de los derechos de los animales, recicladores, barras de los equipos de fútbol de la capital, madres comunitarias y una nutrida representación de las fuerzas políticas que respaldan al mandatario.
En su discurso, Gustavo Petro fue insistente en su llamado a un movimiento que reúna la indignación ciudadana para defender la democracia y que reúna a distintas expresiones del movimiento social para rechazar el autoritarismo, la corrupción y al paramilitarismo, todos éstos factores enquistados en la política tradicional colombiana.
En esta oportunidad, estuvo acompañado por el líder campesino César Pachón, quien en un corto discurso manifestó su respaldo al mandatario y a la exigencia popular por democracia. Asimismo, recordó que durante el pasado paro agrario la actitud estatal era una invitación velada a responder con violencia, pero “nosotros nos defendimos con las ruanas”, concluyó.
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