Ganadores del Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos 2015 - Foto: Omar Vera
El pasado 9 de septiembre fueron premiadas cinco importantes iniciativas de lucha contra la impunidad y por la defensa de la dignidad humana en Colombia.
Ganadores del Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos 2015 - Foto: Omar Vera
Ganadores del Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos 2015 – Foto: Omar Vera

Por: Omar Vera – septiembre 18 de 2015

El pasado 9 de septiembre, en el marco del Día Nacional de los Derechos Humanos, fueron destacadas cinco importantes iniciativas de lucha contra la impunidad y por la defensa de la dignidad humana en Colombia.

Esto, durante la ceremonia de entrega del Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos, una iniciativa de la agencia de cooperación internacional sueca Diakonía que busca reconocer el trabajo de los defensores a nivel nacional. La premiación se realizó en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá, donde se dieron cita centenares de defensores de derechos humanos a homenajear a las personas y organizaciones que este año fueron nominadas al galardón por su destacada lucha en defensa de los derechos humanos. Las ovaciones se hicieron sentir al conocerse el dictamen del jurado, conformado por siete personalidades internacionales y siete nacionales.

El momento más emotivo de esta edición del premio se vivió cuando la señora Fabiola Lalinde fue reconocida por toda una vida de defensa de los derechos humanos, labor que inició en 1984, cuando su hijo, Luis Fernando Lalinde Lalinde, fuera víctima de desaparición forzada y homicidio por parte del Ejército. Visiblemente conmovida, doña Fabiola destacó que ha estado “enfrentada al Estado colombiano treinta años […] me he defendido ante el Ministerio de la Defensa con tres principios: la verdad, el respeto y la honestidad”.

Adicionalmente, la señora Lalinde recordó que el abogado Héctor Abad Gómez le dijo que a Luis Fernando “hay que buscarlo toda la vida, aunque no lo encuentre” y que por esto se decidió a nunca dejar de insistir tozudamente en saber la verdad y a no dejar en paz a los responsables con la que llamó la “Operación Cirirí”, que le permitió encontrar los restos de su hijo 17 años después. Hoy, doña Fabiola señala que ha llegado a la conclusión de que “los humanistas nunca mueren porque ellos nos dejaron unas semillas, nos dejaron unos ejemplos, nos dejaron unos rastros” y que esto, junto a unas memorias casi inagotables de la solidaridad de diversos defensores de derechos humanos, la llena de fuerza para seguir defendiendo la dignidad humana en Colombia.

El galardón a defensora del año fue para Francia Elena Márquez, lideresa de mujeres afrodescendientes del corregimiento de La Toma del municipio de Buenos Aires en el norte del Cauca que el año pasado encabezó la ‘marcha de los turbantes’, una iniciativa para exigir la titulación colectiva y la protección de los territorios que estas comunidades han habitado por siglos y que se encuentran hoy en alto riesgo por la expansión de la gran minería y las acciones del paramilitarismo en la zona. Francia señaló que “este premio es un homenaje a mis abuelos y abuelas, que me enseñaron a sembrar, que me enseñaron a trabajar la tierra, que me enseñaron a hacer minería para sostener a nuestra familia” y “al Consejo Comunitario de La Toma que, con muchos dolores, tristezas, llantos, pero también con alegría, ha defendido la permanencia en nuestros territorios”. También recalcó que “esperamos con estos esfuerzos seguir apostándole a la construcción de la paz en nuestro país y no la paz del discurso político, no la paz para permitirle la entrada a sectores económicos, sino la paz que construimos día a día en nuestros territorios”.

Francia Elena Márquez


De otra parte, Luz Elena Galeano, de Mujeres Caminando por la Verdad, señaló que “somos mujeres caminando por la verdad […] hemos ganado la palabra, hemos salido del silencio al que estábamos sometidas, de la indolencia de una sociedad que nos invisibiliza, y hoy alzamos la voz por los derechos de todas las víctimas”, al recibir el galardón al proceso colectivo del año, en reconocimiento a la labor de esta organización conformada por familiares de víctimas de asesinato y desaparición forzada de la operación Orión en la comuna 13 de Medellín y que ha sido fundamental en el reciente inicio de las exhumaciones de los restos que reposan en el sitio conocido como La Escombrera. Adicionalmente, indicó que “seguimos exigiendo que se esclarezcan los hechos, que se cuente la verdad sobre el conflicto social y armado del país, y que el Estado reconozca su responsabilidad: La Escombrera de la Comuna 13 es sólo un ejemplo de violación sistemática a los derechos humanos cuyos máximos responsables no han sido juzgados”.

Luz Elena Galeano


Asimismo, Fabián Laverde, integrante de la Corporación Social para la Asesoría y la Capacitación Comunitaria (Cospacc), dedicó el galardón como ONG del año “a la memoria y a la dignificación de todas las víctimas de crímenes de Estado y de todas las víctimas de crímenes de las multinacionales”, especialmente del departamento de Casanare, donde Cospacc surgió luego del exterminio del movimiento campesino y, a partir de entonces, se ha dedicado a una destacada labor de defensa de los derechos humanos en todo el oriente colombiano. Laverde agregó que “ser defensor o defensora de derechos humanos es una actividad de alto riesgo […] y más triste es aún cuando somos los defensores y defensoras de derechos humanos en Colombia quienes somos perseguidos y estigmatizados a diario por el mismo Estado”.

El premio a toda una vida de lucha por la defensa de los derechos humanos para una organización fue entregado al Consejo Comunitario Mayor de la Asociación Campesina Integral del Atrato (Cocomacia), que defiende los territorios colectivos de las comunidades afrodescendientes en el medio Atrato chocoano y que ha logrado “la titulación colectiva de aproximadamente 200.000 hectáreas de bosque”, según William Rivas Torres, representante de esa organización. Rivas, adicionalmente, destacó que este reconocimiento es fruto de la lucha de más de 7.000 familias de la región por “la defensa de la vida, la defensa del territorio y la conservación de los recursos naturales”, basadas en el principio de que “el respeto a la vida y al territorio es la paz”, en una región particularmente golpeada por la violencia, la pobreza y el abandono estatal.

William Rivas Torres


Luego de la entrega de los galardones, César Grajales, director de Diakonía en Colombia, señaló que este premio “es absolutamente importante, dada la situación de agresiones, amenazas y hostilidades que enfrentan y dado que en muchas ocasiones han sido deslegitimados” los defensores de derechos humanos en el país.

Ésta es la cuarta edición del galardón, que siempre se entrega el 9 de septiembre, día en que se conmemora a San Pedro Claver, quien es considerado el primer defensor de derechos humanos en la historia de Colombia.

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