Por: Stephanía Pinzón – 25 de julio de 2010
Este 4 de julio Álvaro cumplió 58 años. Como homenaje se realizará un análisis de su personalidad de acuerdo al horóscopo chino, según el cual, nuestro ya casi ex presidente es el dragón. Este imponente lagarto se caracteriza por ser un buen amigo, pues mete las manos al fuego por sus compinches, como Noguera, y hace todo lo que esté a su alcance para que sus amigos no sufran, razón por la cual impidió que detuvieran a Sabas y al ministro de Protección Social por la yidispolítica.
La majestuosidad que tan famosos a los dragones les permite, además, construir su mundo. El dragón tomará las riendas de lo que le rodea y, de ésta forma, logrará que sus propósitos se cumplan, por lo cual nuestro presidente consiguió la reelección, puedo evitar ser acusado de narcotráfico y, en resumidas cuentas, salirse siempre con la suya. Sin embargo, los dragones suelen excitarse y hablar demasiado –“le voy a dar en la cara marica”–, pero ellos saben, de igual manera, controlarse cuando es necesario –“la siguiente pregunta, Néstor”.
Les gusta que las cosas estén bien hechas y a su estilo. Los consejos comunales de este dragón criollo se constituyeron, entonces, para ser una importante herramienta de control, para ver que todo se hiciera a su modo. Hasta se vio obligado a dar su número de teléfono celular y a imponer dichos tan populares como: ‘constrúyame un puentecito’, ‘póngame una carreterita’, ‘tráigame un puestico de salud’. Su entrega llega a tal punto que, incluso, salió un sábado a trabajar estando enfermo de la gripe A-H1N1.
Sumado a esto, el dragón es un ser complaciente y generoso. Por eso, todo lo que le pidan en el consejo comunal él lo entrega con total desprendimiento, incluso la seguridad cuando algún alcalde denuncia que lo van a matar.
A pesar de todo, el dragón tiene un corazón grande y el perdón es su norte. Por eso, después del asesinato de su padre –dicen que no fueron ‘la FAR’ sino un ajuste de cuentas entre mafiosos–, decidió crear las Convivir, para que acabaran con cuanto maleante, obrero, campesino, defensor de derechos humanos o periodista independiente encontraran, e ideó la Ley de Justicia y Paz, para alcanzar el perdón y olvido.
Por naturaleza, los dragones son amables, cercanos a quienes les rodean. Debido a esto, nuestro presidente, un hombre de ‘carnita’ y ‘huesitos’, cada ocho días se ‘junta’ de pueblo. Cabe anotar que su naturaleza lo hace ser bastante persuasivo.
A pesar de todas sus cualidades, a los dragones les gusta sentirse alabados, a lo cual se puede atribuir que cada determinada cantidad de tiempo se realice una encuesta en la que tiene tan altos índices de popularidad.
El dragón terminó siendo un lagarto demagógico y autoritario que consiguió lo que ningún presidente había logrado y ni siquiera pensado después de la Constitución de 1991: cambiar la Carta Magna. Y, mientras que fue presidente, soportado en los miles de fusiles que controlaba, ningún escándalo logró siquiera poner en peligro su polémico mandato. Fuego sobre fuego, típico dragón.
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