Octubre 7 de 2010
Una auténtica ola humana, que se calcula en 20.000 personas, compuesta por delegados y delgadas de centenares de organizaciones sociales, se moviliza hoy por carreteras, trochas, ríos y campos del país hacia Bogotá, para asistir al Congreso de los Pueblos que se realizará del 8 al 12 de octubre en las instalaciones de la Universidad Nacional de Colombia, con el fin de generar un gran “Mandato de mandatos”, que guíe las luchas sociales y la construcción de un modelo social distinto en el país.
El gran reto del congreso es generar este “Mandato de mandatos”, a partir de la convergencia de los diferentes sectores sociales y políticos del país, de sus construcciones locales y regionales, para lograr “la unidad de los pueblos, de la resistencia, de las ideas, de las cosmovisiones, de los diferentes saberes y experiencias”, como señala Feliciano Valencia, vocero de la Minga de Resistencia Indígena y Comunitaria, quien señaló, además, que el congreso tendrá muy en cuenta “temas coyunturales como el de las víctimas, la minería, el agua, el medio ambiente, la tierra, los derechos humanos, los presos políticos, el desempleo, el tema de la gente que tiene que trabajar día y noche”.
Agrega también el vocero de la Minga que “de las diferentes problemáticas que han venido sometiendo al país, surgió la necesidad por empezar a unirse con los diferentes sectores desde 2004, movilizándose y caminando la palabra; saliendo de las fronteras territoriales, políticas y mentales, logrando consolidarse este proceso en 2008 con las movilizaciones que llegaron hasta Bogotá desde diferentes regiones del país […] este espacio es para encontrarse, conversar y proponer desde las agendas que se tienen, porque no estamos partiendo de cero […] replicando esto en las regiones, en términos de articulación de los movimientos populares que han estado fragmentados y desarticulados”.
Para los ciudadanos del común, el Congreso de los Pueblos es una inicativa aún desconocida, pero lo que se busca, según Marilen Serna, del movimiento campesino de Cajibío (Cauca), “es llegar a los colombianos que no están articulados ni organizados, que son la mayoría”. El propósito incluyente de este proceso busca que las problemáticas que viven las distintas comunidades, sectores sociales y organizaciones, así como sus propuestas, sean conocidas por el pueblo colombiano, de manera que se continúe esta nueva forma de legislar desde abajo. En este sentido, Feliciano Valencia insistió en que se debe hacer “un llamado a la participación ciudadana, ya que es un congreso abierto […] a esos colombianos que están olvidados en las calles, [hay que] ser capaces de articularlos”.
Adicionalmente, señaló el líder indígena que aquí también se conocerá la voz de los niños y niñas, quienes tendrán su propio congreso para hacer valer sus voces, gozando de la gran ventaja que les ofrece no tener prejuicios políticos ni sectarismos. Las conclusiones del congreso de los niños y las niñas serán compartidas el domingo 11 de octubre con la totalidad de los delegados y delegadas, de manera que se articulen a las conclusiones, los mandatos y la agenda de acción que se acuerde en este histórico encuentro.
El martes 12 se realizará una gran movilización por las calles de Bogotá para cerrar esta primera gran sesión del Congreso de los Pueblos. Este año, la conmemoración de 518 años de resistencia de los pueblos de América estará marcada por los resultados de esta unidad de los sueños.
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