Por: Andrés Gómez – 11 de octubre de 2010
María, Camila y Valentina, bogotanas que viven en Chapinero Alto y en el Barrio San Martín, afirman que en el “Congreso de las Niñas y Niños de todo el país” hablaron “de las cosas de la alegria y de las cosas del amor”, y cuentan que han escrito cuentos en los que usaban estas palabras. Estas tres niñas hicieron parte de los talleres sobre digniad, buen vivir y derechos, temáticas que vivieron y de las que se expresaron mediante dibujos, cantos y bailes.
Yessica, Angie y Mayerli, niñas de ochos a diez años, asistieron al Congreso de los Niños viajando desde desde Tuluá (Valle) y Guadualito (Cauca). Ellas participaron el día domingo de los talleres de literatura con plastilina que realizó la Organización Kuyaca y, a través de hombres y barcas de plastilina que viajan desde Guadualito hasta Toribío, contaron sus historias y las de sus pueblos, compartiendo sus vivencias con otros niños.
También Miguel Ángel, un joven de quince años del barrio San Luis de Bogotá,disfrutó de este congreso en las tardes soleadas del sábado 9 y el domingo 10 de octubre en la Universidad Nacional. Había sido invitado por la organización Hijos del Sur y pasó la tarde soleada del domingo haciendo malabares y caminando en zancos por toda la Universidad Nacional, entusiasmado por el hecho de que estén reunidas personas de todo el país.
El congreso en el que los niños y las niñas participaron es un espacio para que puedan expresar su voz y, mediante risas, bailes, obras en plastilina, cuenteria, títeres, teatro y talleres, participen en la construcción de las propuestas y mandatos con los que aportarán al Congreso de los Pueblos sus sueños de país.
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