Por: Andrés Gómez – marzo 13 de 2017
Henry Castellanos Garzón ha usado el nombre de guerra de ‘Romaña’ desde que se integró a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) a finales de la década de 1980. Hoy, cuando supera los 50 años, es miembro del Estado Mayor Central de dicha organización insurgente y hace parte de la comisión creada en los diálogos de La Habana para el desmonte del paramilitarismo.
Actualmente, ‘Romaña’ dirige a los guerrilleros que se concentran en la Zona Veredal de Transición y Normalización (ZVTN) de Tumaco (Nariño), municipio crucial para la implementación del proceso de paz. Con aproximadamente 29.000 hectáreas sembradas, Tumaco se constituye como el municipio con más coca en el país. Además, varios grupos paramilitares tienen desplegados allí al menos 150 hombres que usan uniformes camuflados y armas largas en las zonas rurales.
‘Romaña’ habló con El Turbión sobre el fenómeno del paramilitarismo, sobre lo que pensaba el ‘Mono Jojoy’ acerca de la paz y sobre el futuro de esa organización como movimiento político. Además, manifestó su opinión respecto a las negociaciones entre el gobierno Santos y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y expresó su más grande temor: que el Estado incumpla con lo acordado en La Habana sobre temas como la sustitución voluntaria de los cultivos de coca, se terminen formando más guerrillas campesinas y no cese la violencia en el país.
Andrés Gómez: -En esta área hay más de una centena de paramilitares distribuidos en varios grupos, hombres que amenazan la vida de líderes sociales, la de ustedes y los acuerdos. Estas estructuras siguen estando cercanas a sectores del empresariado colombiano, a mafias dedicadas al narcotráfico y a las Fuerzas Armadas. Teniendo todo esto en cuenta, ¿ud. cree que estos grupos armados deben desmontarse mediante la fuerza o cree en otra salida?
‘Romaña’: -Este es un tema que tratamos el 3 de febrero con el gobierno y los militares: el fenómeno del paramilitarismo, las bandas sucesoras del paramilitarismo y otras de narcotraficantes y de delincuencia común, no solo en Tumaco sino en todo el departamento de Nariño.
Inclusive, ellos están exigiéndole al Estado colombiano que se quieren acoger al tema jurídico y, por eso, en el tema de garantías de seguridad quedó muy bien explicado y sustentado que no solo es la vía militar y la vía coercitiva sino que también se pueden hacer acciones persuasivas [respecto a esos grupos].
AG: -Ud. es un comandante guerrillero con fama de militarista, ¿por qué aboga por una salida diferente a la militar con los enemigos de las FARC y del proceso de paz?
‘Romaña’: -Porque en Colombia estamos pensando que lo fundamental es que haya salidas dialogadas a los conflictos y no generar más violencia. Queremos que todo el pueblo entienda que la mejor salida para un conflicto en este instante es la salida dialogada y no solamente la salida militar porque genera más violencia. En el caso del Bronx se puede ver: fue un ataque militar contra los indigentes y ahora tenemos cantidades de Bronx, y de esto se alimenta el paramilitarismo y la delincuencia en Colombia.
AG: -Ud conoció a Jorge Briceño, el ‘Mono Jojoy’. ¿Qué decía él sobre la paz en Colombia? ¿Creía en una salida política?
‘Romaña’: -Los grandes medios de comunicación tratan de demonizar a las personas y, en especial, a las FARC. En mi caso también ha pasado lo mismo. Nosostros siempre hemos dicho, desde Marquetalia, que la salida al conflicto armado es el diálogo.
El ‘Mono’ era una persona que tenía valores y sentimientos, una persona amable, tratable, que era cariñoso y que pensaba en la paz para Colombia. Inclusive, en plenas operaciones militares del Plan Patriota y del Plan Colombia lo planteó y dijo que era hora de que no hubiera más muertos. Él se preguntaba cuántos muertos más se necesitaban para hablar y él a gritos lo pedía y lo exigía. Decía que en la selva se quedarían solo los paujiles y los animales, y que nosotros nos iríamos a las ciudades a hacer política y a buscar transformaciones para el país.
AG: -Hay todavía gente que piensa que el acuerdo de paz fue una rendición y entrega las FARC. ¿Qué piensa de estas afirmaciones?
‘Romaña’: -Nosotros buscamos la paz porque sabemos qué es la guerra. En este momento hay intelectuales de izquierda en el mundo y en Colombia que dicen que nosotros nos rendimos. Es muy fácil hacer la guerra y hablar carreta desde los escritorios y no desde la propia linea de combate.
AG: -Sobre los acuerdos de paz en Centroamérica hay estudiosos que afirman que lo que no ha hecho la salida militar lo hace la paz liberal. Las multinacionales y capitalismo destruyen las formas organizativas que crearon las guerrillas para convivir. ¿Que hacen las FARC para que su proyecto político no sea menoscabado por el proceso mismo y la paz liberal?
‘Romaña’: -Nosotros planteamos en repetidas ocasiones que la implementación de los acuerdos es en conjunto con el pueblo colombiano y que ahora, que se avecinan las nuevas elecciones, se requiere de un gobierno de trancisión que se comprometa a realizar una asamblea nacional constituyente para que sea el pueblo quien acabe de ganar los espacios que no fuimos capaces de ganar [las FARC] para que las multinacionales no se roben las riquezas de nuestra nación.
AG: -¿A dónde iría Henry Castellanos una vez empiece el proceso de implementación de los acuerdos y las FARC dejen de usar las armas?
‘Romaña’: -Esa es una de las preguntas que más me han hecho diferentes medios. Nosotros cumplimos órdenes. Ahora estamos estudiando y leyendo las conclusiones del pleno que acabó de pasar en el Yarí, donde se ordenó y facultó al Estado Mayor Central para dar el paso a ser un partido político nacional, lo que se debatirá en los primeros días de mayo en un congreso que dará lineamientos sobre qué hacer.
Osea, acá no es lo que uno quiera hacer sino lo que la revolución, la dirección y los mandos superiores ordenen hacer.
AG: -Con la experiencia que tienen las FARC al haber dialogado por años con el Estado, ¿qué le sugieren al gobierno Santos respecto a los diálogos que sostiene ahora con el ELN?
‘Romaña’: -Le sugiero primero al Estado que reconozca el origen del surgimiento de las guerrillas para poder negociar porque uno se sienta a hablar con la oligarquía colombiana y [sus delegados] realmente no saben quiénes somos nosotros, por qué nos alzamos en armas, cómo vivimos, cuáles son las necesidades, por qué se ha dado el conflicto social y armado en Colombia. Entonces, para avanzar en ese proceso con el ELN tienen que conocerse esas causas, esa raíces del alzamiento armado.
¿Porqué nos sostenemos? Por el apoyo de la población, del pueblo. Entonces, mi ilusión es que en este momento todos nos unamos en el objetivo de la paz para los colombianos. Si se abren los espacios políticos, como el gobierno colombiano ha dicho, entonces, tenemos que aprovecharlos para buscar lo que nos hemos propuesto.
AG: -El proceso de erradicación de coca y el desmonte de la producción de cocaína para el mercado mafioso es vital para la paz en el país. En su concepto, siendo ud. una persona que ha estado en áreas en las que el cultivo de coca es prácticamente el único medio de subsistencia para los campesinos, ¿qué debe hacer el Estado para que se deje de cultivar coca con destino al mercado mafioso?
‘Romaña’: -Ese el temor más grande que tengo yo y se lo he dicho a los medios de comunicación. Si el Estado colombiano sigue con la política de atacar el eslabón más débil, que son los campesinos a quienes los obligaron a sembrar esas matas de coca para poder subsistir y manterner a sus familias, se van a conformar muchas guerrillas en Colombia, van a haber muchas Marquetalias.
Si atacan a los cocaleros es reversarse más de 50 años, es volver a esa época en que el Estado atacó a unos campesinos que estaban alimentándose y haciendo sus fincas. Ahora atacan a estos campesinos que viven de la hoja de coca y es el sustento de ellos.
Ese es el temor más grande que tengo: que el Estado incumpla lo que pactamos en Cuba, que es concertar reuniones con la población civil, con las FARC-EP y el gobierno para dialogar con esos campesinos que cultivan coca. Lo que esos campesinos quieren que el gobierno haga escuelas, carreteras y puestos de salud, que les formalice sus territorios e implemente proyectos productivos, es decir, que se generen condiciones para que tengan opciones de vida y no la de la coca. Pero, es necesario el compromiso de la comunidad internacional para que no exista esa demanda que hoy existe: si hay demanda hay oferta y habrá cocaína.
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