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Por: Bruno Matapay – abril 24 de 2009

La investigación realizada por el gobierno boliviano en torno al eventual magnicidio contra su presidente, Evo Morales, ha puesto de manifiesto la existencia de una red internacional que incluye mercenarios europeos, ex militares golpistas argentinos y una telaraña de ONG y fundaciones de extrema derecha con asiento en Colombia.

El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, pidió colaboración al gobierno argentino para buscar a ex militares ‘carapintadas’ de la dictadura, que estarían vinculados con la banda que planeaba matar al presidente boliviano y que fue desbaratada tras un enfrentamiento en Santa Cruz, que se saldó con tres muertos.

Ese lugar, conocido como la Media Luna, es el epicentro de un permanente ejercicio de golpes y acciones violentas de la ultraderecha boliviana contra el gobierno, pero allí también subsisten ex militares, expolicías, paramilitares y empresarios ligados a las dictaduras de Argentina, Chile, Paraguay y Brasil, que conviven con nazis alemanes y croatas.

A partir de las investigaciones bolivianas sobre la activa ultraderecha de la Media Luna, se deriva la vinculación al eventual magnicidio de prófugos húngaros y de, al menos, dos ex militares argentinos, uno de los cuales, con documentación africana, llegó a Bolivia desde Hungría.

Las autoridades bolivianas destacan que uno de los mencionados ex ‘carapintadas’, Jorge Mones Ruiz, mantuvo contactos con Eduardo Rózsa, excombatiente del régimen fascista de Croacia en la guerra de Yugoslavia, donde también participaron numerosos ex militares de la dictadura argentina en el exterminio de serbios y antifascistas, avalado por la comunidad internacional encabezada por Alemania y Estados Unidos.

Rózsa, muerto en un enfrentamiento con la policía boliviana, junto al rumano Mayarosi Ariad y el irlandés Duayer Michel Martin, habría sido quien encabezara el grupo de acción. Por su parte, Mones Ruiz llegó a Bolivia como delegado de la Fundación UnoAmérica, conformada en Colombia en diciembre con lo más granado de la derecha regional: UnoAmérica está ligada a la Fundación Heritage de EEUU y a todo el entramado de grupos similares que dependen de CIA.

UnoAmérica está compuesta en Colombia por organizaciones como la Fundación Defensa Patria, adscrita a la Cuarta Brigada y fundada para “ayudar al soldado en los ámbitos de bienestar, como también en la atención integral de sus familias frente a los embates de su vida como soldado”, según el brigadier general Juan Pablo Rodríguez Barragán. Otra de las organizaciones que la componen es la Federación Verdad Colombia, cuya origen se remonta a 1995 cuando las Fuerzas Militares crearon la ONG Centro de Análisis Sociopolíticos para contrarrestar las denuncias de las organizaciones de derechos humanos. A partir de esta iniciativa, otras instituciones que compartían el mismo interés se unieron alrededor de la FVC, que es presidida por Miguel Posada Samper, alto ejecutivo del grupo financiero Bolívar, quien también es asesor en temas de seguridad del presidente Álvaro Uribe Vélez.

UnoAmérica se conformó durante una reunión realizada en Bogotá entre los días 12, 13 y 14 de diciembre de 2008 en la que se dieron cita ‘delegaciones de diversos países latinoamericanos’.

Al revisar las fundaciones asociadas a UnoAmérica surge la evidencia de que todas dependen de las ‘centrales’, como la Agencia Internacional para el Desarrollo (Usaid, en sus siglas en inglés) o la National Endowment for Democracy (NED) –que aparece entre nosotros como destinada a ‘financiar’ la democracia– y otras similares, con sede en Estados Unidos y Europa.

A estas dos últimas se las conoce como ‘la cara social de la CIA’ y, desde los años 80, trabajan en toda la región financiando proyectos, movimientos y oposiciones supuestamente ‘democráticas’.

UnoAmérica está asociada a la Heritage Foundation, la misma cuyos integrantes redactaron los Documentos de Santa Fe uno, dos, tres y cuatro, entre otros, de nefastas consecuencias para América Latina.

Otros lazos de UnoAmérica nos llevan a la ultraderechista Fundación para el Análisis Económico Social (FAES), que dirige el expresidente español José María Aznar, y a la Fundación Internacional para la Libertad, presidida por el escritor peruano-español Mario Vargas Llosa, de conocida actuación en contra de los gobiernos verdaderamente democráticos de la región.

Para los creadores de este nuevo engendro, “América Latina está en peligro” porque existen “14 países latinoamericanos, cuyos gobiernos pertenecen o están vinculados al Foro de Sao Paulo y, aunque llegaron al poder por la vía democrática, muchos de ellos están destruyendo la democracia y coartando las libertades, como es el caso de Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Cristina Kirchner y Daniel Ortega”.

Con el argumento de que UnoAmérica fue creada para enfrentar al Foro de Sao Paulo, se proponen proporcionar “a los sectores democráticos de América un mecanismo de intercambio de información, coordinación permanente y apoyo mutuo”, una versión remozada de la Operación Cóndor, la coordinadora de las dictaduras militares de los años 70 creada para enfrentar lo que llamaban una “insurgencia supranacional”.

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