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Por: Vicent Boix – julio 6 de 2009

Ante los lamentables hechos que están acaeciendo en la República de Honduras, tuve la ocasión de poder entrevistar vía internet al periodista Rubén Escobar. Actualmente, él ocupa el puesto de jefe de noticias en el Diario Tiempo, rotativo ubicado en San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante del país centroamericano después de la capital, Tegucigalpa.

Honduras es un país que acapara pocas noticias. Muchos no conocían a su actual presidente José Manuel Zelaya Rosales, o ‘Mel’, y mucho menos su trabajo político al frente del Ejecutivo. Todo cambió hace unos días, cuando fue víctima de un vergonzoso golpe de Estado que saltó a las primeras planas de los medios internacionales y que está provocando un rechazo sin precedentes en la región.

Por eso, para empezar, sería interesante saber un poco más del presidente.

Vicent Boix: –¿Quién era Manuel Zelaya antes de lanzarse a la carrera presidencial? ¿Con qué partido se presenta a las elecciones?

Rubén Escobar: –José Manuel Zelaya Rosales es hijo de un hacendado, ya fallecido, y de una maestra de escuela. Es oriundo de una provincia rural llamada Olancho, de allí le viene el uso de su sombrero Stetson, su estilo ‘ranchero’ y su amor por los caballos,
que lo llevó a encabezar desfiles hípicos en varias ciudades del país y hasta en Managua.

Con el retorno a la ‘democracia’, en 1981, apareció como activista del Partido Liberal y ayudó a otros candidatos a llegar a la Presidencia, hasta que el mandatario Carlos Flores Facussé, en 1998, lo nombró ministro director del Fondo Hondureño de Inversión Social, una entidad encargada de construir escuelas, jardines de niños, sistemas de agua y otras obras de infraestructura en las comunidades más pobres.

Renunció a ese cargo, argumentando que comenzaría a trabajar para postularse a la Presidencia; cosa que hizo para las elecciones de 2005, en las que derrotó por escaso margen a Porfirio Lobo Sosa, del Partido Nacional. Aunque muchos le llamaban ingeniero, se sabe que sólo cursó 11 materias de ingeniería civil en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, porque era un mal estudiante.

VB: –A pesar de encabezar uno de los tradicionales partidos de derecha del país, rápidamente Mel dio un giro a la izquierda, llegando a ingresar dentro del ALBA. ¿Hay, inicialmente, algún motivo por el cual Mel abandona la raíz conservadora del Partido Liberal para iniciar una serie de medidas políticas de carácter progresista y nacionalista?

RE: –De inicio, nada hacía presagiar ese extraño giro, aunque se hacía rodear de personajes que en su juventud formaban parte de
grupos universitarios del ala izquierda del Partido Liberal, como Patricia Rodas, canciller; Milton Jiménez Puerto, quien antes fue su canciller y en los años 80, cuando era estudiante universitario, fue detenido por los militares por ser ‘comunista’; y Jorge Arturo Reina, quien en los años 50 lideró un grupo que combatió contra golpistas militares y a quien él nombró embajador de Honduras ante la ONU.

Todo parece indicar que las necesidades económicas lo hicieron girar a la izquierda, aunque no se descarta que fuera bajo la asesoría de alguno de los arriba mencionados. Según sus propias declaraciones, él estuvo tocando las puertas de los organismos financieros y de Washington y no lo apoyaron, fue así que encontró en Hugo Chávez un arca abierta en momentos en que el petróleo alcanzaba el pico más alto en el mercado internacional. Originalmente, el acuerdo consistió en vendernos petróleo a precio de mercado, por el cual el gobierno pagaría, a corto plazo, 60 centavos por cada dólar del costo real, mientras que los otros 40 centavos irían a un fondo de préstamo para gasto social. Ese préstamo sería a 25 años plazo, con un uno por ciento de interés, lo cual se consideraba una verdadera ganga.

Luego, vino la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América, mediante la cual Chávez ofreció cien tractores y más dinero en préstamos. Los tractores llegaron hace un par de meses, pero hasta ahora no se han utilizado y los préstamos no alcanzaron a desembolsarse, salvo el fondo petrolero que no se sabe dónde está o cómo se ha invertido.

VB: –Muchos nos preguntamos si realmente el gobierno del presidente Zelaya ha emprendido cambios políticos palpables, estructurales y reales hacia una sociedad menos desigual y más justa, o si, por el contrario, todo es pura fachada y retórica. ¿Ha experimentado Honduras reformas significativas desde que Mel es presidente? ¿Puede poner algún ejemplo de estos cambios?

RE: –A mi entender no han habido cambios de fondo, pero sí decisiones polémicas que fueron minando su relación con los empresarios, con los políticos tradicionales y con el sistema judicial. Para el caso, cuando los precios del petróleo estaban muy altos inició un proceso de subasta de combustibles y contrató a un asesor norteamericano, Robert Meyeringh, pero su plan no pudo ser ejecutado porque el gobierno no tiene instalaciones de almacenamiento de combustible y, cuando trataron de expropiar los tanques de la empresa Distribuidora de Productos de Petróleo SA (Dippsa), la iniciativa topó en los juzgados. Ese fue uno de los pulsos que perdió contra la empresa privada y el sistema judicial.

Luego, intentó regular el tráfico de vehículos para disminuir el consumo de combustible, pero, de igual modo, una decisión judicial se lo impidió bajo el argumento que eso limitaba la libertad de locomoción.

Una de las medidas que conmocionó a los empresarios se dio en enero de este año, cuando subió el salario mínimo en un 60%, lo cual desató una ola de críticas por parte de los empresarios y varios medios de comunicación: arreciaron campañas mal intencionadas para minar su imagen, lo cual no hizo más que fortalecerlo ante la mayoría, que es pobre, pues frecuentemente se enfrentaba a líderes empresariales y a dueños de medios, algo que los anteriores presidentes no hacían. Entonces, pasó a ser parte de los ‘descamisados’ y, aunque muchos no creían su discurso, al consultarles se mostraban al menos divertidos con las actitudes desafiantes del presidente ante los ‘poderosos de la oligarquía de este país’, como él les llamaba.

VB: –La burguesía hondureña, los diputados, el ejército, etc. discrepaban de las decisiones y del gobierno de Mel. La consulta popular para preguntar sobre la creación de una asamblea constituyente, que desembocara en una nueva Constitución, fue la gota que colmó el vaso e hizo saltar las alarmas de los sectores reaccionarios. ¿Expuso el presidente qué reformas pretendía introducir en la Constitución si, finalmente, nacía la constituyente?

RE: –Él siempre insistió en que no pensaba reelegirse y que entregaría el poder en enero de 2010, como correspondía. Sin embargo, la Constitución hondureña, en su mayor parte, puede ser reformada por el Congreso Nacional y sólo hay ocho artículos que no: son los que tienen que ver con la forma de gobierno, incluyendo los periodos presidenciales. A esos artículos les llaman ‘pétreos’ porque no pueden ser reformados, salvo por una constituyente, por lo que por deducción se podría decir que él intentaba crear las condiciones para una reelección. Además, estaba el antecedente de que la mayoría de los países del ALBA cambiaron sus constituciones para reelegir.

VB: –No es ningún secreto que Mel está aislado hasta por los propios diputados de su partido. Además, su mandato finaliza en unos pocos meses y no puede ser reelegido. Por lo tanto, su debilidad es manifiesta y sus días en la política están contados. ¿Cree usted que Mel tiene pensada la fundación de una fuerza política que pueda optar al poder en un futuro?

RE: –Pienso que sí, puesto que la Constitución acepta reformas económicas y sociales, mas no políticas. Por descarte se puede decir que él buscaba las condiciones propicias para la reelección, incluyendo la de él mismo, pues, a pesar de que ya tenía más de tres años en el gobierno, era sumamente popular. De hecho, una encuesta de Cid-Gallup publicada hace unos meses por La Prensa, un medio que le adversa, reveló que era más popular que Porfirio Lobo Sosa, el mismo candidato al que derrotó en noviembre de 2005.

VB: –Si Ronald Reagan resucitara, observaría que han alcanzado el poder sus dos enemigos de los años 80 en Centroamérica: el Frente Sandinista en Nicaragua y el Frente Farabundo Martí en El Salvador. Además, Honduras, el país que sirvió como base militar y de operaciones a Estados Unidos en su lucha contra las guerrillas de Nicaragua, El Salvador y Guatemala, tiene ahora un presidente que emprendió medidas políticas progresistas y que, además, comparte inquietudes y discursos con figuras como Fidel Castro o Hugo Chávez. Este escenario era impensable incluso hace cinco años. ¿Qué está cambiando en Centroamérica?

RE: –Me parece que es el mismo fenómeno en toda Latinoamérica: Venezuela, Paraguay, Argentina, Chile, Brasil, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, El Salvador y, casi, en México. Tiene que ver con el desencanto de la ‘democracia’. El pueblo es llamado a votar cada cuatro o seis años, pero después de las elecciones pasa a un segundo plano. Mientras, diputados, ministros, funcionarios y el
mismo presidente se despachan con la cuchara grande, al repartirse, con sus amigos empresarios, contratos, partidas confidenciales y todo tipo de fondos públicos. Entonces, la alternativa que se ha encontrado son los partidos de izquierda, sobre todo ahora que hay un marco legal para que lleguen al poder y que ya no hay una propaganda como en los años 80, donde términos como ‘socialista’ y ‘comunista’ eran el equivalente a ser el diablo. Aunque, en la actualidad, con el recién autonombrado presidente Roberto Micheletti, hemos regresado a la época de satanizar esos términos.

VB: –¿Empiezan a respirarse los nuevos aires y aromas que llegan de América del Sur y concretamente desde Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, etc.?

RE: –Efectivamente. Aunque, para desventaja de la gran mayoría de hondureños, tenemos una oligarquía que se ha cuidado de no brindar una educación profunda a sus masas, de modo que mucha gente es fácilmente manipulable, al grado que la sociedad está polarizada tras el golpe y estamos volviendo a la época donde ser ‘de izquierda’ era una herejía. No se ve el fondo: los golpistas han
destruido en un día lo que costó 28 años construir, una endeble democracia, una criatura que aún se estaba formando y que ahora ya no existe, por el afán de poder de unos pocos y por la ignorancia de muchos.

VB: –Regresando al golpe de Estado actual, me sorprende mucho el respaldo internacional que ha cosechado Mel. De hecho, el presidente de facto, Roberto Micheletti, está totalmente aislado. Curiosamente, esto no sucedió en los golpes de estado de Venezuela, en 2002, ni en Haití, en 2004. El modus operandi fue similar: secuestro del presidente, documento falso de renuncia y nombramiento a dedo de una marioneta de transición. En estos dos capítulos, la prensa internacional y muchos gobiernos escondieron el carácter golpista con la manipulación informativa. ¿A qué se debe este apoyo internacional histórico que está recabando el gobierno de Mel? ¿Tal vez hay temor de que, si el gobierno golpista se mantiene, explote una especie de ‘guerra fría’ e inestabilidad en la región, que afecte las inversiones de las empresas del norte?

RE: –Pienso que en parte se debe a la tendencia actual unificadora de los gobiernos latinoamericanos, marcados por diversos tipos de socialismo, donde si bien es cierto el mercado es importante también lo es la persona. De igual modo, el gobierno de Barack Obama muestra un carácter más flexible hacia quienes piensan diferente. Quizás, si el que estuviese en el poder fuese George Bush, a estas alturas ya habría reconocido al gobierno golpista. Además, me parece que la acción de los militares, políticos y empresarios hondureños fue inconsulta. Es decir, históricamente los golpes de Estado en Latinoamérica han tenido la venia o han sido promovidos por los Estados Unidos y desde allí se desparramaba el reconocimiento del nuevo gobierno hacia el área de influencia. Creo que en este caso no hubo ‘permiso’.

VB: –¿Qué escenario presagia usted en su país durante los próximos meses?

RE: –De mucha incertidumbre e inestabilidad. Si este gobierno se queda, mucha gente, adentro y afuera, no lo va a aceptar por lo que podríamos quedar aislados. Si Zelaya regresa, se va a encontrar con un Congreso, un Poder Judicial, un Ministerio Público y un Ejército afín al otro bando y no lo van a dejar gobernar.

VB: –¿Cuál ha sido, en Honduras, el papel de USA en los últimos años y ahora durante el golpe de Estado? ¿Se ha percibido algún cambio desde que Barack Obama es presidente?

RE: –Estados Unidos siempre ha sido un apoyo financiero para Honduras en todo sentido: ya sea por desembolsos directos o por permitirle a casi cien mil hondureños residir con un permiso de trabajo allá. Sin embargo, en la última década y desde la caída del Muro de Berlín, hemos ido perdiendo importancia estratégica, al menos de modo aparente, y la participación de los embajadores se ha limitado a criticar algunas determinaciones de los gobernantes sin llegar a incidir a profundidad. De hecho, cuando Zelaya dio el giro a la izquierda, nombraron como embajador a Hugo Llorens, un diplomático para nada confrontativo y que ha sabido sobrellevar la situación con declaraciones ‘suaves’ y para nada intervencionistas.

VB: –Entrando a comentar un poco el papel de la sociedad ante los hechos que acontecen, en algún lugar leí que Honduras no dispone de unas organizaciones sociales fuertes y con experiencia. Sin embargo, ¿se está movilizando la gente y sus organizaciones en defensa de la legalidad democrática? ¿Cree que dicha movilización es fundamental para retomar la normalidad política y que Mel regrese al país y a la presidencia, de la misma manera que sucedió en Venezuela, cuando el pueblo salió a las calles en defensa de Hugo Chávez?

RE: –Suceden varias cosas. En primer lugar, es cierto que no hay organizaciones fuertes, pues predomina la cultura de la indiferencia. Los que se están movilizando a favor de Zelaya son sindicalistas y dirigentes magisteriales, que han venido siendo vilipendiados desde hace algunos años y cuyo prestigio está por los suelos. También campesinos. Pero hay muchos que no estamos con Micheletti que tampoco estábamos con Zelaya, pero que sí estamos con la Ley y la Constitución y que deploramos el golpe, pero que no encontramos dónde arrimarnos para manifestarnos en contra de los golpistas. Los protestantes tienen también la desventaja de que están siendo controlados por los militares, pues a muchos les han impedido llegar a Tegucigalpa al detenerlos en la carretera. Además, varias importantes cadenas televisoras, radiales y la mayoría de los periódicos fueron parte del complot golpista y ahora se niegan a informar de las protestas contra el nuevo gobierno y sobredimensionan las manifestaciones a favor, mientras que los militares mantienen controlados algunos canales y periódicos que fueron afines al anterior gobierno o que están tratando de informar de manera imparcial.

VB: –Por diversos medios se comenta que el Ejército comenzó con la represión. Incluso, se citan nombres como Rafael Alegría, de Vía Campesina, o militantes del partido Unificación Democrática. ¿Qué tan ciertas son estas noticias?

RE: –De hecho, varias personas que se han manifestado en contra del gobierno han sido golpeadas y heridas por los soldados y policías. Otros han sido detenidos pero liberados a las pocas horas.

Por otro lado, los que participan en manifestaciones a favor del gobierno son protegidos por las mismas fuerzas del orden. Por cierto, publicamos una fotografía de uno de los manifestantes ‘progobierno’. Se trataba de un guardaespaldas que hizo varios disparos cuando dos grupos opositores se encontraron. Eso da la pauta de que muchos de los manifestantes son gente de élite, que ha abandonado la comodidad de sus mansiones y de sus empresas para protestar contra el diablo de Chávez y su hijo, Mel, y que se hacen acompañar de sus guaruras, quienes además de defenderlos van a hacer bulto.

VB: –Otra situación que hemos leído es que los medios no afines a los golpistas también están siendo silenciados y amordazados. ¿Está viviendo usted y el Diario Tiempo está situación?

RE: –En Tegucigalpa, el día del golpe (domingo 28 de junio), un camión con soldados estuvo rondando las instalaciones de Diario Tiempo, mientras que en San Pedro Sula un contingente de soldados llegó hasta las instalaciones de Canal 11, una empresa del mismo grupo periodístico, y le pidió al personal de seguridad que abriera los portones porque iban a entrar en el momento en que un periodista entrevistaba vía teléfono a Enrique Flores Lanza, uno de los ministros de Zelaya.

Los guardas les dijeron que no y, después de un cruce de llamadas telefónicas entre ejecutivos y oficiales, optaron por no entrar, pero se quedaron en las afueras blandiendo sus fusiles.

Algo que está por investigarse es que los ejemplares del periódico ‘desaparecen’ muy rápido de los kioscos. De hecho, hoy recibí una llamada de un lector de Tegucigalpa que me dijo que, a las 8 de la mañana, ya no lo encontró, por lo que no sabemos si alguien los está comprando en grandes cantidades para que no lleguen al público. Lo mismo sucede en San Pedro Sula y en otras ciudades.

El martes fuimos el único periódico que sacó en primera plana y con fotografía grande el enfrentamiento entre el Ejército y los protestantes en Tegucigalpa. Hoy volvimos a informar de protestas en todo el país, mientras los otros medios se autocensuran bajo el argumento de que buscan ‘la paz’ y el regreso ‘al orden’.

VB: –Por poner un ejemplo, la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, en su sede de América Latina (Rel-Uita), presentó un documento de apoyo al presidente Zelaya, en nombre de las 374 organizaciones que la conforman y que están situadas en 120 países del mundo. ¿Ha existido un apoyo real de otras organizaciones y de la izquierda social internacional al presidente legítimo de Honduras?

RE: –Hasta ahora no ha trascendido en Honduras el apoyo de organizaciones, salvo el llamado a una marcha en París de parte de
sindicatos y de organizaciones latinoamericanas. Las informaciones han estado concentradas en los esfuerzos de la OEA, de la ONU y de los países, como tal.

 

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