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Por: Omar Vera – julio 24 de 2009

En lo que podría ser la primera demostración pública en contra de la posible instalación de bases militares de EEUU en nuestro país, un grupo de organizaciones sociales y políticas de Bogotá realizó en la tarde de hoy un acto cultural y político que convocó al menos a 200 capitalinos junto a la histórica Casa del Florero, donde hace 199 años se produjeron los hechos que desencadenaron el el grito de independencia colombiano.

El acto de rechazo, que contó con la presencia de dirigentes de la Gran Coalición Democrática, las centrales obreras y a las principales redes de lucha contra el Tratado de Libre Comercio (TLC), se inició al medio día sobre esta transitada esquina de la Plaza de Bolívar en Bogotá y buscó conmemorar los 226 años del nacimiento del Libertador rechazando el anuncio que, el pasado 20 de julio, día de la independencia de Colombia, hiciera el presidente Álvaro Uribe Vélez de la próxima firma de un acuerdo con el gobierno de Barak Obama para entregar la base aérea de Palanquero, en el Magdalena Medio, a los militares de EEUU, junto con al menos tres bases más, cuya ubicación no ha sido revelada por el gobierno, pero que la prensa especula podrían ubicarse en Malambo (Atlántico), Apiay (Meta), Bahía Málaga (Valle del Cauca) o Tumaco (Nariño).

La entrega de estas bases, junto con la compleja red de más de doce grandes instalaciones militares que hoy reciben financiación directa o alojan personal de EEUU en labores del Plan Colombia, aumentaría la intervención militar de la potencia del norte en nuestro país, que ya mantiene a un número incalculable de uniformados y ‘asesores’ norteamericanos en suelo nacional y que está convirtiendo a Colombia en una amenaza para los países vecinos. Por esto, los manifestantes que hoy salieron a las calles bogotanas no dudaron en denunciar que la instalación de los puestos de control gringos no hará otra cosa que agudizar el conflicto interno y sería usado como excusa para aumentar las tensiones con los países vecinos que, con excepción de Panamá y Perú, han optado por regímenes alternativos que se enfrentan a los intereses de EEUU en la región.

Adicionalmente, la instalación de las mencionadas bases enfrenta un conflicto adicional, cuando el Comando Sur de EEUU busca que el reemplazo del Puesto de Seguridad Cooperativa que hasta la semana pasada estuvo en Manta (Ecuador) siga permitiendo el control sobre todo el litoral pacífico del continente, mientras el gobierno colombiano busca que las operaciones que se desplieguen desde estas instalaciones refuercen la llamada ‘política de seguridad democrática’ y sirvan para golpear a la insurgencia, lo que implica, según Uribe, que “el acuerdo con los Estados Unidos de América [sirva] para erradicarlos por siempre”.

El posible acuerdo entre el Ministerio de Defensa colombiano y el Comando Sur de los EEUU debería pasar en los próximos meses por el Congreso de ambos países para su trámite constitucional y ser ratificado por ambos mandatarios para su puesta en marcha. Sin embargo, dado que el tratado que creó la base de Manta, en 1999, violó las propias normas constitucionales de Ecuador, los manifestantes han advertido que es necesario mantener la movilización para exigir que este tratado cumpla con la mínima legalidad y sea posible, cuando menos, imponer a los militares norteamericanos unas reglas de juego que impidan que sigan cometiendo delitos en nuestro país. Mientra tanto, se anuncian nuevas movilizaciones para rechazar cualquier tipo de instalación militar de EEUU en suelo colombiano.

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