Por: César Molinares Dueñas – junio 15 de 2016
La familia Marulanda es conocida en Colombia por el reclamo de cerca de 1.500 campesinos del sur de Cesar por el despojo de tierras cometido por paramilitares en la Hacienda Bellacruz, que los empresarios vendieron al millonario brasilero Germán Efromovich. Se supo de este litigio, pero de su fortuna nunca se habló.
La filtración de los papeles de Panamá, compartida por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por su sigla en inglés), permitió a Consejo de Redacción trazar la ruta que siguieron 42 millones de dólares de la herencia dejada por el patriarca familiar, Alberto Marulanda Grillo, hasta Panamá, República Dominicana, España y China. Hoy se revelan giros a la mafia china y extrañas compras de tierras realizadas por la multimillonaria Cecilia Ramírez de Marulanda a través de sociedades y cuentas en paraísos fiscales abiertas por el bufete de abogados Mossack Fonseca.
El 29 de junio de 2010, Fernando Sarasola Marulanda envió, a través de las sociedades y cuentas que aparecen a nombre de su abuela de 96 años, Cecilia Ramírez de Marulanda, un giro por 200.000 euros dirigido a Xiang Chun Xion, padre del jefe de la mafia china Gao Ping, quien se encuentra procesado desde 2012 en España por lavado de capitales.
La orden de transferir el dinero al Banco de China a la “mayor brevedad posible” la dio el empresario inmobiliario y exjinete olímpico a través de un correo dirigido a Daisy Chacón, ejecutiva de Mossfon Trust, como se conoce a la firma de abogados Mossack Fonseca (MF) en Colombia. “Te adjunto el documento para que hagas, por favor, las transferencias tal como te las indico”, dice un tajante Sarasola a la empleada de MF, refiriéndose a un documento en PDF en el que se leen los datos del banco al que ordenó que se enviara el dinero y que lleva su firma.
Cinco horas después de recibido el correo, Chacón le pidió a Sarasola que le brindara más detalles sobre la transacción, solictando “(concepto, relación con ustedes, etc.) y de ser posible una factura emitida a favor de Keystar Promotion Inc., acompañada de un documento de identidad (pasaporte o cédula) de esta persona”. Keystar Promotion es una compañía creada por MF el 4 de enero de 2010 y en sus escrituras aparecen varios empleados de la firma de abogados, aunque en realidad la controlan los Marulanda Sarasola.
La solicitud de más datos hecha por la empleada de MF es el resultado de un cruce de correos entre los empleados de la firma panameña. En uno de ellos, Dirk Brauer reconoció la urgencia de pedir mayor información sobre la transferencia solicitada por Sarasola a Xiang Chun Xion por temor a que el banco los acusara de lavado de dinero.
Sarasola es el Marulanda que ‘da la cara’ en esta y la mayoría de transacciones hechas a través de la firma de abogados Mossack Fonseca. En los correos e, incluso, en los documentos con instrucciones de su abuela, es claro que es quien maneja todo. Sin embargo, todos los negocios tienen detrás el nombre de la mayoría de los herederos de la familia.
La matrona de la familia Marulanda, Cecilia Ramírez de Marulanda, su hija María Cecilia y dos de sus nietos, los españoles Francisco y Enrique Sarasola, han tenido relaciones comerciales con el bufete de abogados Mossak Fonseca desde 1999, cuando tomaron el control de la compañía Breading Horses, constituida por MF en 1997 y con sede en Alofi (Niue), una pequeña isla en medio del océano Pacífico con apenas un millar de habitantes y que es estado libre asociado a Nueva Zelanda.
Durante estos 18 años y con la asesoría de MF, los Marulanda Sarasola crearon varias empresas y fundaciones en Panamá a las que fue a dar buena parte de su patrimonio, el mismo del que ellos aseguran proviene de la herencia que les dejó el patriarca de la familia, Alberto Marulanda Grillo, avaluada en 42 millones de dólares.
Así lo dejan ver cientos de correos, escrituras públicas y documentos privados a los que tuvo acceso Consejo de Redacción como parte de la investigación de los documentos secretos filtrados al periódico alemán Süddeustche Zeitung y al ICIJ. En ellos se evidencia que los Marulanda Sarasola transfirieron buena parte del patrimonio de la familia a empresas en las que no aparecen ellos como accionistas sino ciudadanos panameños a los que se conoce como ‘prestanombres’ y que son empleados de la firma de abogados. Esas compañías las controlan fundaciones de carácter privado con sede en Panamá en las que los principales beneficiarios son los mismos Marulanda Ramírez Sarasola.
Según la legislación colombiana, esa herencia debió tener una sucesión mediante escritura pública después de la muerte del patriarca y debió quedar registrada ante notario, con lo que, en teoría, debería ser posible rastrear su destino y saber qué propiedades se utilizaron en las transacciones internacionales manejadas por MF y cuáles no.
Las sociedades, fundaciones y cuentas en paraísos fiscales las abrió el bufete de abogados, en apariencia, solo para la señora Ramírez de Marulanda, quien no tenía conexión directa con las investigaciones penales que rodearon a su familia en Colombia ni, mucho menos, con sus familiares en España, como es el caso de su nieto, Fernando Sarasola Marulanda, que aparece como beneficiario sustituto en varias de ellas.
Sarasola está siendo investigado por la justicia española desde septiembre de 2013 por la Agencia Tributaria de España en un caso que le permitió desmantelar una red dedicada al blanqueo de capitales y al contrabando de mercancías, en la que se involucró a ciudadanos españoles, israelíes y chinos, entre ellos el empresario Gao Ping, el actor porno Nacho Vidal y su hermana María José Jordá, y la fallecida duquesa de Alba, Cayetana Stuart Silva, entre otros.
La investigación de las autoridades españolas dejó al descubierto una compleja trama en la que miembros de la mafia de Gao Ping contactaban a personas de renombre en España para que, a través de sus cuentas en paraísos fiscales, hicieran giros a cuentas en China y, a cambio de una comisión, se les pagara el dinero en efectivo en Europa. Este es un método utilizado en gran parte del mundo, incluso en Colombia, donde ha sido investigado por la autoridad tributaria.
En 2012, en España se desmanteló una organización que operaba en la Comunidad Valenciana y se dedicaba al contrabando y al blanqueo de capitales. Las autoridades concluyeron que estos contrabandistas utilizaban cuentas de celebridades en bancos suizos para repatriar dineros de dudosa procedencia a Europa y para colocarlos en otros países.
Según un artículo de Eldiario.es del 4 de enero de 2013, en las pesquisas la policía española interceptó unas llamadas realizadas por el apoderado de Sarasola en la empresa Salermar 98, José Antonio Gil, quien aparentemente discutía cómo traer dineros en efectivo de paraísos fiscales. Dentro de esta empresa aparece como consejera la madre de Sarasola, María Cecilia Marulanda Ramírez.
De lleno con el offshore
Este no es el único negocio que realizó la familia Marulanda Sarasola a través de las compañías y fundaciones creadas bajo el paraguas de MF. Los correos muestran que a través de dos compañías radicadas en Panamá, Millmount y Reaney, y una Fundación, Styland, en la que aparece como beneficiaria principal la abuela colombiana de Sarasola, Cecilia Ramírez de Marulanda, el español compró un lote de ocho hectáreas en una exclusiva playa de Samaná (República Dominicana), por un valor de 11 millones de dólares, en la que supuestamente desarrollará un proyecto turístico con otros socios.
La señora Ramírez de Marulanda entregó como donación el dinero de su patrimonio a las empresas offshore -las mismas en que no aparecen los miembros de la familia Marulanda Sarasola como accionistas- encargadas de comprar las propiedades en el Caribe. En la transacción que se realiza a través de una empresa radicada en esa isla, Inicon SA, aparece un nuevo protagonista en esta historia que ya no perteneciente al círculo de la familia Marulanda, el intermediario español Cruz Apestegui, quien se encarga de cerrar el negocio entre los vendedores dominicanos de la paradisíaca playa y los Marulanda Sarasola.
Una vez firmada la promesa de compraventa, Apestegui cedió los derechos a Styland Foundation, fundación de carácter privado que en Panamá se crea por escritura pública, en la que los nombres de los beneficiarios no son públicos y que no se trata de una organización sin ánimo de lucro que, además, puede liquidarse en cualquier momento. Para este caso, los beneficiarios son Cecilia Ramírez de Marulanda y su nieto Fernando Sarasola Marulanda, como se ve en la escritura pública que está en los archivos secretos. Los Marulanda Sarasola pagaron esta transacción con giros de las cuentas de Millmount y Reaney Associated.
Apestegui está imputado en España en una investigación por desvío de dineros de la Fundación Mutua Catalana Fortia, que invirtió una parte de 98,5 millones de euros en un proyecto turístico en República Dominicana conocido como Fishing Lodge de la Corporación Hotelera del Mar y es liderado por el empresario Jesús Barderas, cercano al expresidente Felipe González y quien fue socio de Enrique Sarasola Archuri, padre de Fernando Sarasola Marulanda.
Barderas también es socio de Apestegui en Panamá -en la sociedad panameña Inicon, al igual que la registrada en República Dominicana- y que se dedica a negocios inmobiliarios en el istmo.
Las empresas y fundaciones creadas por MF para los Marulanda Sarasola les han servido para abrir cuentas en bancos de Suiza como el Union Bancaire Priveé (UBP) y el Credite Suisse Group, a través de los cuales se han girado recursos para cubrir gastos de su abuela, Cecilia Ramírez; de su madre, María Cecilia Marulanda Ramírez; y de él mismo. También han enviado donaciones en dinero a Colombia para cubrir los gastos de la Fundación Nuestro Hogar. Cada ingreso de dinero debía estar reportado ante la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) a través de las declaraciones de renta como ganancia ocasional, pues partió de Colombia, aunque sus dueños actuales no residan aquí.
A través de estas sociedades, la señora Ramírez de Marulanda realizó transacciones hacia sus compañías, pero quien está detrás de la mayoría de ellas es su nieto, Fernando Sarasola Ramírez, uno de los beneficiarios sustitutos de su abuela en Styland Foundation, entre otras.
En Colombia, este tipo de operaciones se realiza en ocasiones para temas de planeación de patrimonios de familia, es decir, adelantar sucesiones. De esta manera se evitaba el pago del impuesto de ganancia ocasional que hasta que hasta 2012 era del 33%. Como el dinero sale del país en forma de donación no debe pagar nada porque se infiere que no tiene fines lucrativos, pero sí debería estar registrado en forma de ‘insinuación’ ante una Notaría y ante la DIAN por el movimiento del patrimonio.
En los archivos existen correos en los que se expresa que Cecilia Ramírez de Marulanda está interesada en llevar su patrimonio a Panamá para:
Mantener estos fondos como inversión extraterritorial dentro del patrimonio sucesorio que Mossfon Trust está manejando para ella, conforme a lo establecido en el reglamento de la fundación Styland. Mossfon Asset Management tendrá un mandato de Asesoría sobre las inversiones.
Quienes aparecen como propietarios de las compañías y beneficiarios de las fundaciones son la matrona, su hija Cecilia y dos nietos. Sin embargo, al momento de abrir esta sociedad y crear la relación comercial con el banco suizo, el núcleo familiar de los Marulanda y el de los Sarasola ya eran reconocidos en Colombia como protagonistas de varios escándalos.
El primero de ellos, y tal vez el más mediático es el de la hacienda Bellacruz, propiedad de la familia Marulanda en el sur de Cesar, y que se hizo tristemente célebre cuando cerca de 1.500 campesinos invadieron 2.000 de sus 25.000 hectáreas a finales de la década de los ochenta, por lo que fueron desplazados de manera forzosa por un grupo de paramilitares el 14 y 15 de febrero de 1996.
Algunas de las hectáreas de la Bellacruz fueron apropiadas ilegalmente. Este activo lo dejó en herencia el terrateniente caldense Alberto Marulanda Grillo, quien a mediados del siglo pasado montó un emporio empresarial que incluía cultivos, ganadería, un ingenio azucarero y un frigorífico en la Costa Caribe, en especial en el departamento del Cesar.
Según un informe de la Unidad de Restitución de Tierras, organismo estatal que investiga las reclamaciones por despojos a campesinos por causa de la violencia, la relación de los Marulanda con los escuadrones paramilitares se remonta a la década de los noventa. La Unidad, que referencia una investigación de la Fiscalía colombiana, asegura que estos grupos tenían tres centros de operaciones, uno de ellos en la Hacienda Bellacruz.
Por este caso fueron investigados Carlos Arturo Marulanda Ramírez, quien fue ministro de Desarrollo y embajador de Colombia en Bruselas, de donde renunció por las denuncias en su contra, y su hermano Francisco, quienes no aparecen en los registros de Mossack Fonseca ni como socios de las compañía offshore ni como beneficiarios de las fundaciones.
La venta de la hacienda Bellacruz se dio en 2008 y no es posible establecer si el producto de su venta está incluido en el patrimonio invertido en Panamá, pero Tigris, la compañía que realizó la transacción sí aparece dentro de los archivos secretos de la firma de abogados.
Por el lado de los Sarasola, el padre de Enrique, Fernando Sarasola, empresario madrileño muy cercano al expresidente de gobierno español Felipe González y quien murió en 2013, se vio involucrado en el supuesto arreglo del contrato para la construcción del Metro de Medellín con seis compañías, tres españolas y tres alemanas, a las que el proyecto adjudicado en 1983 y por lo que habría recibido comisiones por “22.500 millones de pesos a través de la sociedad Enseco SA constituida en la ciudad de Panamá por un testaferro suyo, Juan Carlos Fraile, y que fueron pagados en el Merril Lynch International Bank, también de Panamá, mediante cinco pagos en la cuenta 99-1234”, según publicó el diario El Tiempo el 17 de enero de 1996.
Fernando Sarasola Archundi se conectó en la década de los ochenta con Colombia porque se casó con María Cecilia Marulanda Ramírez, y tras la muerte del patriarca Marulanda Grillo, en 1979, su esposa y sus nietos heredaron parte de su fortuna. Esa fortuna es la que llegó a Panamá para ser administrada por MF. Es imposible en Colombia saber si todas estas transacciones fueron declaradas porque existe protección sobre la información.
Consejo de Redacción contactó a la familia Marulanda Ramírez Sarasola para intentar establecer si todas las transacciones registradas en los documentos secretos de Mossack Fonseca fueron declaradas en Colombia o en España, y adicionalmente las razones para las transacciones hacia China y República Dominicana. En la respuesta sólo se asegura que la Hacienda Bellacruz no tiene nada que ver con los temas anotados y que:
Se anota que doña Cecilia Ramírez de Marulanda es una venerable anciana, de 96 años de edad, que sufrió una hemorragia celebral (sic.) en agosto del año pasado, quedando semiparalizada e incapacitada. Por ese motivo, se están contactando a las demás personas mencionadas, quienes no son residentes, ni lo han sido, en Colombia, para poder responder a su correo, lo que se haría próximamente.
Esa respuesta fue allegada a Consejo de Redacción el 21 de abril y una semana después fue enviado otro correo en el que se informa que el tema fue llevado a un abogado externo para enviar una respuesta, que a la hora de esta publicación no ha llegado.
_________
* Equipo de investigación de Consejo de Redacción.
Si encuentras un error, selecciónalo y presiona Shift + Enter o Haz clic aquí. para informarnos.