Por: Colectivo de comunicaciones Modep Pereira – Septiembre 20 de 2010
Hace cuatro años funciona en Pereira el sistema articulado de transporte Megabús. Hasta el momento, su implementación ha perjudicado la movilidad y los ingresos de pequeños transportadores, pero ahora el aumento en el costo del pasaje agudiza la situación económica de miles de pereiranos.
Durante la construcción de la vía exclusiva del Megabús, los ciudadanos fueron sometidos a desvíos en su ruta habitual y a largos trancones. Después, fue prohibido el giro a la izquierda, algo ilógico cuando existen maneras de organizar la ciudad con señalización y semáforos, llevando esto a que los vehículos tengan que dar vueltas por otras calles para tomar la vía que necesitan.
El sistema, además, se ha ido convirtiendo en un monopolio, siendo una fuerte competencia para el transporte público tradicional, que se vio obligado a entregar varios recorridos al Megabus. Las pocas busetas que quedaron fueron desviadas por sitios que no son tan concurridos, obligando a los usuarios a hacer uso del nuevo transporte, pues es de aclarar que los nuevos recorridos no favorecen a todos los que necesitan hacer uso de este transporte, porque se ubican principalmente por las calles principales de la ciudad, como las carreras 5 y 4, y las calles 13 y 14, que ahora cuentan con unas cuantas rutas.
En los barrios quitaron las busetas, reemplazándolas por unos alimentadores que, en la mayoría de los casos, no cubren los mismos recorridos, obligando a los usuarios a abordar más de un bus o a caminar bastantes cuadras hasta el nuevo sitio de la ruta.
Caso aparte es el negocio redondo de la Megatarjeta, que además de ser obligatoria para abordar este transporte tiene un precio que no resulta muy cómodo para quien gana un salario mínimo y ya no trae pasajes, como ocurría antes. Esto, sin olvidar que es de mala calidad, lo que obliga a comprarla constantemente.
No bastando estos atropellos con los pereiranos, ya se hizo oficial el alza en la tarifa del pasaje: a partir del 1 de septiembre quedará en $1.500, como se había planteado inicialmente.
Comer o pagar servicios y transporte
Por lo general, quienes hacen uso de este sistema son empleados que ganan el salario mínimo de $515.000 que, sumado al auxilio de transporte de $61.500, queda en $576.500. Sin embargo, a esta cantidad se le debe restar los aportes a salud, unos $40.000, y pensión, unos $ 85.000, que pagan la mayoría por no estar contratados formalmente, sumando realmente $451.500. Con el dinero sobrante se debe pagar arriendo, unos $250.000; mercar, posiblemente $200.000; y costear servicios públicos, $100.000, gastos que suman $550.000. Además, deben transportarse a diario para trabajar y, con dos pasajes al día de $1.500, cada mes deben destinar al menos $72.000 para cubrir esta necesidad. Es decir, que para el empleado promedio en Pereira –la ciudad con mayor desempleo y precariedad laboral de Colombia–, hacen falta $170.500 para poder pagar los gastos básicos.
¿Qué debe hacer, entonces, una persona que apenas sobrevive con el salario mínimo? ¿Celebrar el cuarto aniversario del Megabús?
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