Todo ha pasado muy rápido y seguimos aquí, casi sin advertir que nunca pensamos que cumpliríamos la mayoría de edad. El Turbión, esta modesta apuesta por el derecho a la comunicación en la que hemos puesto buena parte de nuestras vidas, hoy cumple 18 años rompiendo el silencio gracias a tu apoyo y el de muchas personas que, como tú, han creído en nuestros esfuerzos por contar las historias de quienes construyen cada día un mundo diferente, las agresiones que sufren nuestros líderes sociales, los conflictos que afrontan los pueblos y los sueños de cambio que encarnan los movimientos sociales en Colombia.
Sin ese valioso apoyo tuyo y de todas las personas que nos leen, que nos donan su tiempo creando historias, que nos apoyan en nuestras labores de formación en tecnología a comunidades y organizaciones, que nos acompañan a la hora de cubrir la lucha social, que protestan cuando somos agredidos o que nos aportan dinero o equipos para el desarrollo de nuestras labores no estaríamos aquí, celebrando a tu lado estos 18 años. Queremos, por esto, agradecerte a ti y a toda esta gente maravillosa que ha caminado a nuestro lado por todos por estos 18 años de apoyo, cariño y solidaridad que nos llenan de alegría.
Eso sí, no han faltado dificultades, especialmente en estos dos últimos años en que la pandemia nos ha golpeado tan duro. Nosotros, al igual que tú, hemos tenido que cuidar de nuestra salud y de nuestras personas más queridas como nunca antes, hemos enfermado o perdido amigos y compañeros por cuenta del virus, y hemos perdido nuestros trabajos o sufrido cargas laborales insostenibles por cuenta del modelo económico de explotación que vivimos y de esta crisis del sistema que empezó mucho antes de la COVID-19.
Mientras tanto, vemos como la respuesta a la crisis de esas instituciones que se supone deberían velar por nuestros derechos en Colombia es la misma que la de casi todos los demás Estados del mundo: dejar en manos de cada quien el cuidado de su vida, negarse a invertir en una salud pública de calidad y fortalecer el negocio de los monopolios privados. Mientras, nos obligan a acostumbrarnos a ‘vivir con el virus’, nos persuaden para pensar que ya todo pasó y que las cosas deben funcionar ‘como antes’, nos llevan a que simplemente sigamos produciendo como si nada estuviera pasando. Todo esto, mientras se gasta más dinero que nunca en reprimir a la gente en la calle, espiarla en las redes y fingir a punta de propaganda engañosa que no pasa absolutamente nada.
No obstante, por todas partes siguen creciendo los conflictos sociales. La inconformidad y la imaginación hacen que sigan naciendo otras formas de vivir en sociedad y nuevas luchas de la gente que cree en los cambios y los pide ya. No en vano estos últimos años han sido los del estallido social en Colombia y la respuesta popular al autoritarismo de Duque y los poderosos ha sido la lucha en las calles y las protestas más poderosas de nuestra historia. Si siguen naciendo alternativas a la mezquindad que nos rige, a la desigualdad, al hambre, al racismo, al patriarcado, a la destrucción de la Vida y al fascismo hay razones de sobra para que una propuesta tecnoactivista como El Turbión siga activa, creando y luchando por romper el silencio.
Eso sí, ser conscientes de nuestras limitaciones en medio de esta situación nos ha obligado a cambiar sin renunciar a lo esencial de nuestros principios y sin perder de vista que queremos construir una sociedad libre en la que el derecho a la comunicación sea una realidad. Por esto, durante 2020 y 2021 para mucha gente parecimos ausentes, pero queremos contarte que decidimos trabajar con un perfil mucho menos visible y, en medio de esa acelerada digitalización de la vida social que nos tocó vivir, continuamos enseñando a decenas de organizaciones sociales cómo protegerse de este salvaje modelo de vigilancia de las comunicaciones que no solo espía y criminaliza a quienes luchan por sus derechos sino que es un componente clave de la persecución al liderazgo social que ha convertido a Colombia en el lugar más peligroso del mundo para ambientalistas y defensores de derechos humanos.
Tampoco dejamos de hacer periodismo: el año pasado publicamos “Mujeres defensoras”, un especial que lanzamos en noviembre sobre las luchadoras sociales que sufren agresiones por su defensa de la Tierra y los derechos de sus comunidades en México y Colombia. Este trabajo, que se convierte en nuestra primera investigación transfronteriza, muy posiblemente continuará expandiéndose en 2022 y esperamos contarte nuevas historias sobre el coraje de estas mujeres muy pronto.
Además, para iniciar este 2022, estamos preparando dos nuevos reportajes. El primero de ellos será una investigación sobre los efectos de la gran minería que opera en Colombia sobre nuestros ecosistemas, las comunidades vecinas a sus explotaciones y la salud de los trabajadores que prestan sus servicios a las compañías multinacionales que se benefician de esta actividad extractiva. El segundo de ellos es el resultado de un año de investigación sobre las llamadas ‘armas de letalidad reducida’ que la Fuerza Pública ha venido empleando contra quienes protestan y cuyo uso ha dejado un trágico saldo de personas heridas, con lesiones permanentes o muertas entre gente que, como tú, ha salido a manifestar su inconformidad a las calles en medio del estallido social.
Como siempre durante estos 18 años, todo lo que hace esta pequeña organización que es El Turbión sigue siendo posible gracias a una labor voluntaria que aportamos de acuerdo a nuestras posibilidades y a donaciones de gente que, como tú, apoya nuestros esfuerzos. Por esto, queremos invitarte a hacer tu aporte a nuestro crowdfunding, sin importar el monto, y a ayudar a que sigamos juntos, contigo, rompiendo el silencio.
Han sido 18 años en que hemos visto cosas que nunca imaginamos y que, sin duda, han pasado muy rápido. Hoy recordamos el camino recorrido con alegría y, gracias a tu apoyo, con esperanza. ¡Muchas gracias!
Fraternalmente,
Omar, Marcela, Camila, Andrés y Joana, la gente de El Turbión
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