Cien días contra las alzas - Foto: Ricardo Araújo

Cien días contra las alzas - Foto: Ricardo Araújo

Por: Beatriz Muñoz – mayo 26 de 2012

El pasado 22 de mayo, en Montréal (Canadá), una manifestación de más de 400.000 personas marcó el día número cien de la huelga general ilimitada llevada a cabo por el movimiento estudiantil de Quebec, que se opone al alza de las matrículas y a la nueva Ley 78 que criminaliza la protesta social.

Desde el 12 de febrero, los estudiantes de toda la provincia de Québec declararon la huelga general ilimitada como medida radical para oponerse a la mercantilización de la educación que trata de imponer el primer ministro liberal Jean Charest. El gobierno anunció, antes de 2010, un alza en las matrículas de la educación superior de 325 dólares canadienses anuales y escalonada durante cinco años que entraría a regir en este otoño.

El movimiento estudiantil está organizado en tres asociaciones, a saber: la Coalición Ampliada de la Asociación por una Solidaridad Sindical Estudiantil (Classe), la Federación de Estudiantes Preuniversitarios y de Carreras Técnicas de Quebec (Feucq) y la Federación de estudiantes universitarios de Quebec (FEUQ).

Luego de dos meses de huelga y de masivas movilizaciones estudiantiles, apoyados de otros sectores sociales, el gobierno de Charest hace dos propuestas que terminan siendo rechazadas unánimemente por el movimiento estudiantil por considerarlas un insulto. El gobierno propone extender el alza durante siete años, lo que suprondría 250 dólares canadienses al año, además de crear unas comisiones de verificación en las diferentes insituciones para tratar de ahorrar dinero de los gastos extras obligatorios de las matrículas, como el derecho a los laboratorios, para reducir de esta manera el dinero pagado por los y las estudiantes.

Todas las asociaciones rechazan la oferta y la huelga continúa en su dinámica de acciones de perturbación económica, de bloqueos de calles, de manifestaciones y de asambleas generales semanales de cada asociación y de congresos semanales, en el caso de la Classe, para tomar desiciones acerca del modo de actuar en la huelga. […]

Luego del rechazo unánime del movimiento estudiantil a la oferta del gobiero y en el contexto de una continua condena de los medios de comunicación y de la violenta represión policiaca, la ministra de Educación, Line Beauchamp, renunció a su cargo y fue sucedida por Michel Courchesne, quien anuncia la puesta en práctica de una ley especial cuyo objetivo es criminalizar, por medio de multas exhorbitantes, la protesta social y el derecho de asociación estudiantil.

Es importante resaltar que la Policía ha arremetido de manera violenta contra el movimiento estudiantil: hasta la fecha se han presentado más de 2.000 arrestos, se han impuesto multas hasta por 600 dólares y se han abierto procesos penales a alrededor de 700 personas. Además, dos estudiantes han perdido el uso de uno de sus ojos, como consecuencia de lesiones causadas por balas de caucho y bombas de aturdimiento utilizadas por las fuerzas policiacas.

Sin embargo, el estudiantado no se ha dejado amedrantar por la represión física y judicial. Luego del anuncio de la Ley 78, el viernes 18 de mayo, 20.000 personas marcharon en la noche en contra de la medida y continuaron, igualmente, con la tradicional marcha nocturna. Es en este contexto que, el martes 22 de mayo, 500.000 personas salieron a las calles contra el alza de las matrículas y contra la Ley 78. Además, desde hace tres días, en diferentes barrios de la ciudad la gente está saliendo a las calles para participar de los cacerolazos en contra del gobierno y sus medidas regresivas. Parece que de movimiento estudiantil está generando un amplio movimiento social, hecho que es consecuencia de otras medidas regresivas que quiere imponer el gobierno liberal de Charest, como el impuesto a la salud, la privatización de los servicios públicos y las leyes racistas contra la población inmigrante. Esto ha hecho que, el pasado 24 de mayo, la ministra de Educación haya lanzado un nuevo llamado para negociar con el movimiento estudiantil, aunque no se vean de momento soluciones concretas a las exigencias de los universitarios.

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