NULL

Por: Alpher Rojas Carvajal – abril 29 de 2008

¿De manera que ochenta y cuatro por ciento? ¡Mamola!, diría el gran caudillo Jorge Eliécer Gaitán.

El enmascaramiento de la realidad a través, por ejemplo, de la alteración de las estadísticas que registran los indicadores sociales es una variable deliberadamente puesta en función para distorsionar los escenarios de inversión social, desvirtuar el contrato laboral y propiciar el coloniaje de las corporaciones transnacionales que desplazan el trabajo nacional. Cabe recordar que, por cuenta de intentar oponerse a estas maniobras torticeras, han salido del DANE dos de sus más recientes directores.

En la misma dimensión se sitúan las mediciones o ‘investigaciones de mercado’ llamadas encuestas, las cuales son realizadas por empresas que tienen contratos con el gobierno y cuyos productos están mediados por una suerte de autocensura preventiva.

El caso de la empresa Yanhaas –dedicada al mercadeo y sondeo de opinión–, del antioqueño Jorge Londoño, que sostiene relaciones personales de amistad con el presidente de la República, constituye una limitación que debiera ser ética y pone de presente el juego estratégico que concurre con las demás ‘formas de lucha’ para crear la ‘matriz de opinión’ mediante la cual la gente observa al presidente: no como el mandatario político responsable de la crisis que atraviesa la sociedad sino como el campeón indestronable y solitario a quien hay que aplaudir, y no incomodar con críticas.

Mediante apenas ¡mil entrevistas telefónicas en sólo cuatro ciudades!, el paisa Jorge Londoño le hace creer al país que sólo el 13 por ciento de los 43 millones de colombianos y colombianas está por fuera de la gloriosa hegemonía. Como si no hubiera caído ya un referendo, como si en las elecciones en que ganó no hubiera habido fraude paramilitar, como si, de todas maneras, no representaran esos comicios apenas el 25 por ciento del universo electoral del país y como si las dos últimas marchas no hubieran tenido componentes anti uribistas. La primera, porque entrañaba la presencia de gente alerta que no admira a Uribe ni a las FARC, y, la segunda, porque fue claramente anti gobiernista. ¿Contaron para Yanhaas los desplazados, los sin tierra, los sin trabajo, los sin salud, los sin papeles, los sin educación, los cerebros fugados, las víctimas del conflicto?

La tétrica narrativa del paramilitarismo también hace parte de esta ‘combinación’, con su correlato de desplazamiento forzado, desapariciones, ejecuciones extrajudiciales, fraudes electorales, desapariciones y muertes de líderes sociales y campesinos, de activistas de derechos humanos, de dirigentes políticos y académicos; acciones recrudecidas por “orden de José Obdulio”, a partir de la gran marcha del 6 de marzo, según denuncia del valeroso líder del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, Iván Cepeda Castro.

Si encuentras un error, selecciónalo y presiona Shift + Enter o Haz clic aquí. para informarnos.