Por: Camila Ramírez – octubre 20 de 2013
El Paro Nacional Agrario del mes de agosto demostró la capacidad del movimiento campesino para sacudir al país y una creativa solidaridad de parte de los sectores sociales que desde las ciudades realizaron decenas de jornadas de movilización, plantones, cacerolazos, marchas de antorchas y caravanas de apoyo a la lucha en el campo y rechazo a la brutalidad policial. En las localidades de Ciudad Bolívar y Bosa de Bogotá, cientos de niños, niñas, jóvenes, mujeres y hombres se hicieron presentes para acompañar la movilización campesina, minera y camionera.
Caminando la memoria de Ciudad Bolívar
El pasado 8 de septiembre, en la localidad de Ciudad Bolívar, se realizó una caminata popular en apoyo al paro agrario. Desde tempranas horas de la mañana, cientos de personas llegaron al Centro Cultural Kirius 19, sede del Modep, desde donde fueron irrumpiendo, con pancartas, consignas y tambores, entre las calles de la localidad hasta el barrio Paraíso.
La primera parada la hicieron en la Biblioteca Semillas Creativas, ubicada en el barrio Juan Pablo II, escenario de la masacre del 25 de junio de 1992, cuando nueve jóvenes, una niña de 11 años y una señora de 50 años fueron asesinados por paramilitares que contaban con el apoyo de la Fuerza Pública, en el marco de un operativo de la mal llamada ‘limpieza social’. Posteriormente, los marchantes siguieron hacia la Biblioteca Popular Villa Gloria, un espacio que lleva tres años funcionando y está conformado por diversos colectivos juveniles de la localidad, para continuar luego su recorrido por una parte rural de la quebrada Limas hasta llegar al barrio Paraíso.
La comunidad del barrio y la organización Arte y Cultura, que lleva once años construyendo un proceso artístico, cultural y comunitario en el barrio Paraíso, recibieron con una olla comunitaria a los caminantes, a quienes durante el camino se fueron sumando muchos otros habitantes de la localidad. Ruth Ríos, habitante del barrio Arabia Sur y líder comunal, expresó que la caminata permitió “la posibilidad del encuentro, de compartir nuestras experiencias, de recorrer un territorio valioso con una gran historia y rescatar nuestra historia a partir de los hechos y sucesos del paro campesino agrario”. Resaltó, además, que se invitó a la comunidad a que “conozcan estos lugares históricos que han sido importantes para el desarrollo de Bogotá y que aún lo son: con el desarrollo del botadero de Doña Juana y con el tema del desarrollo del Centro Minero Industrial, se han convertido en problemáticas de fondo, que deterioran la calidad de vida de nuestra gente”.
Bosa se movió, a pesar del temor
En la localidad de Bosa también se desarrollaron acciones de movilización en solidaridad con el Paro Nacional Agrario. El 29 de agosto en horas de la noche, se realizó una marcha de antorchas desde el parque central del barrio La Estancia (Ciudad Bolívar) hasta Bosa Centro, en la que participaron diversas organizaciones. Mientras la marcha avanzaba entre los barrios, las antorchas y consignas llamaban la atención de los trasuntes. Gerson, integrante de Tejuntas, expresó que “la gente es muy receptiva, la gente sale a la calle y escucha las cosas, pero con una problemática tocada, que la sienta, y el paro tocó muchos lugares de la gente […] muchas personas se pusieron a pensar en la comida, sobre todo en los barrios populares”.
A pesar de que en la localidad se decretó el toque de queda y esta fue militarizada, la gente continuó pronunciándose frente a la coyuntura nacional. Así, el 30 de agosto se movilizaron sectores cívicos, populares y organizaciones sociales de la localidad. El paro agrario logró posicionarse por un mes en la agenda de los medios del monopolio, rompió con la cotidianidad en las regiones y en la ciudad de Bogotá, puso al país a debatir sobre problemáticas del sector campesino, minero y de transportes, y permitió el resurgir del movimiento social, popular y del conjunto de la sociedad. Gerson manifestó que “los sectores populares urbanos volvieron a salir […] Vamos haciendo una movilización en la ciudad que hace bastante tiempo no se hacía y eso es una ganancia”.
Persecución a las organizaciones
Por su parte, el colectivo juvenil Kirius 19, el Colectivo de Derechos Humanos Tierra de Todos y el Movimiento por la Defensa de los Derechos del Pueblo (Modep) manifestaron, a través de una denuncia pública, su inconformidad y preocupación por los “actos de represión, intimidación y violación de los derechos a la libre reunión, organización y expresión por parte de la Fuerza Pública, en cabeza de la Policía Metropolitana” que se vienen dando en la localidad de Ciudad Bolívar, especialmete después de la instalación de un Centro de Atención Inmediata (CAI) móvil, con uniformados las 24 horas, en la puerta de su sede.
Después de desarrollar una movilización el 27 de mayo del presente año, convocada por organizaciones comunales y barriales de la localidad, durante la cual manifestaron su inconformidad y exigieron soluciones a varias problemáticas sociales, económicas y culturales que los aquejan, se incrementó la vigilancia por parte de patrulleros de la Policía y a finales del mes de julio se instaló una carpa de esa institución junto a la entrada del centro cultural. Las organizaciones denunciaron que “han circulado camionetas sin placas por el centro [cultural], fotografiando a las personas que salen y entran de allí” y que “a principios del mes de agosto trasladaron la carpa a la puerta […] demostrando así el control que quieren ejercer sobre las actividades y los niños, jóvenes, mujeres y organizaciones sociales que hacemos uso del centro cultural”.
Javier Moreno, integrante de Kirius 19, declaró que “las organizaciones han pasado un último periodo de señalamientos de la Policía, porque han reforzado el tema de los cuadrantes […] han colocado CAI en todos lados. Digamos que se ha aumentado el nivel de presión del Estado”.
Actualmente, las organizaciones sociales y populares de Ciudad Bolívar continúan trabajando y desarrollando varias actividades de movilización. El 11 de octubre se conmemoraron veinte años del paro cívico popular de 1993. La Coordinadora Cívico Popular de Ciudad Bolívar invitó a las demás localidades a que se unan, desde las diferentes organizaciones sociales, barriales y comunales, a esta conmemoración, pero también a discutir las problemáticas que han existido por años en los barrios populares de Bogotá.
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*Esta nota se realizó con el apoyo del Colectivo Juvenil Kirius 19 y el colectivo La Alborada
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