Noviembre 23 de 2008
Los estudiantes de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP) lideran, desde mediados del mes de octubre, un importante movimiento en rechazo a la política nacional de privatización de la universidad pública. La semana anterior, varios de ellos protagonizaron una protesta en la que su desnudez pretendía dar cuenta de la difícil situación que afronta la institución.
Desde las vacaciones del primer semestre, la Coordinadora Estudiantil Amplia realizó un estudio riguroso de la situación de la UTP dividido en tres ejes: autonomía universitaria y democracia, situación financiera y derechos humanos. Como conclusión primaria se planteó la necesidad de sacar un pliego de peticiones, donde los estudiantes sustentan siete puntos fundamentales para la vida universitaria y buscan salidas a la crisis que atraviesa la universidad: ampliación responsable de cobertura, autonomía y democracia, garantías organizativas, calidad académica, estudio de lenguas extranjeras, jornada especial, negociación con el
gobierno nacional y recuperación de espacios en la universidad.
Según declaraciones de la secretaria del comité estudiantil de derechos humanos, quien además hace parte de la comisión negociadora del pliego de peticiones, los hechos que se han suscitado en el segundo semestre de 2008 demuestran que el movimiento estudiantil de esta universidad, organizado en asamblea general, tiene razones justas para reclamar el cumplimiento del piliego, que fue entregado el martes 7 de octubre al rector, Luis Enrique Arango.
Contrario a la apertura de un espacio de dialogo e intercambio, los estudiantes se encontraron con la decisión del Consejo Académico de suspender las clases por cerca de dos semanas y, simultáneamente, con la suspensión de 10 lideres estudiantes, mediante la resolución 5078, acusándolos de dañar las instalaciones de la universidad, al parecer como medida para apaciguar o contener el movimiento estudiantil.
Los estudiantes han adelantado acciones jurídicas, marchas al interior de la universidad y por las principales vías de Pereira, pupitrazos, desnudos, exposiciones en la Asamblea Departamental, un campamento universitario, un alumbrado que denominaron “una luz de esperanza por la universidad publica” y, desde el martes 18 de noviembre, 12 estudiantes del movimiento han iniciado una huelga de hambre.
Con un semestre a punto de finalizar y los ánimos muy caldeados el panorama no es claro: aunque la administración anunció que las clases se reanudan esta semana y se modifica el calendario académico hasta diciembre, los estudiantes continúan exigiendo que se haga la mesa de negociación y, como dicen ellos mismos, seguirán hasta las últimas consecuencias.
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