Por: Marcela Zuluaga Contreras – marzo 11 de 2014
El pasado 20 de febrero, la Coordinación Nacional de Organizaciones y Movimientos Sociales y Políticos (Comosopol), convocó a diferentes organizaciones sociales, regiones y sectores, al Segundo Encuentro Nacional de Unidad Popular, evento que apunta hacia la unificación política y de acción de los participantes. Durante la confluencia de organizaciones, posturas políticas y análisis de la realidad nacional e internacional, los representantes de diferentes movimientos sociales, populares y de diferentes procesos políticos de la izquierda, apoyaron la realización de la Cumbre Nacional Agraria, Campesina, Étnica y Popular el próximo 15, 16 y 17 de marzo, reunión que proyecta una movilización de masas durante la tercera semana de abril como continuación del paro agrario y popular.
La agenda del Encuentro se desarrolló en tres grandes etapas; primero, la caracterización del momento político, que se refiere al análisis de lo que ha sido el proceso de discusión y desconocimiento de las políticas aprobadas por el Gobierno Nacional y el Congreso de la República.
De las políticas gubernamentales se concluyó que la política minero energética, que tiene como eje fundamental la concesión y entrega de recursos naturales a empresas trasnacionales, ha generado degradación del medio ambiente, violación de la soberanía nacional y la vulneración de los derechos humanos a partir del escalonamiento del conflicto; también se caracterizó la reforma judicial y la criminalización de la protesta social como medidas que van en contravía del movimiento social y popular, ya que a través de ejercer el derecho a la protesta se ha exigido la reivindicación de los procesos de derechos humanos, ambientalistas, de libertades democráticas y la búsqueda de la solución política al conflicto social y armado con justicia social.
El segundo momento se caracterizó por abordar la proyección político organizada de unidad. Por ello se discutió la coyuntura electoral y la perspectiva a largo plazo de la creación de un bloque popular de masas o frente político amplio como ejercicio de la unidad de agendas puestas en común. Durante el tercer periodo, se abordó la articulación de la lucha social, la cual define la agenda de movilización nacional y los planes de acción.
La agenda base, en referencia a la acción política coordinada y conjunta de muchas plataformas nacionales y procesos organizativos en lucha de nuestro país, incluye aspectos como la lucha contra la impunidad; defensa y permanencia en los territorios; Ley de víctimas con verdad, justicia y reparación; confrontación y resistencia al sector financiero; defensa de la soberanía nacional; derecho a la intimidad y reforma estructural de las fuerzas militares; solución política al conflicto social y armado; ley alternativa de educación superior; además de la exigencia de plenas garantías para el libre ejercicio de la participación del movimiento popular y de la oposición política.
De movilización y articulación
Sobre los procesos de movilización nacional, Javier Cuadros, Coordinador de la comisión de comunicaciones del movimiento político y social Marcha Patriótica, mencionó que “es necesario profundizar el trabajo social y popular, en los barrios, en los colegios, en las universidades, en las fábricas, en los campos y ciudades y avanzar con los demás sectores” Para Cuadros, es necesario el trabajo social para cambiar el miedo por la posibilidad, “porque es precisamente esa página de violencia, de miedo, esa página oscura que debemos pasar para pasar a una página nueva, la de esa nueva Colombia, la que estamos luchando”.
Por su parte, Bayardo Ariza, miembro de la Coordinación de movimientos y organizaciones sociales y políticas de Colombia y la Organización Colombiana de Pensionados (OCP), manifestó que para continuar el trabajo avanzado en búsqueda de la unidad de acción política en las organizaciones de izquierda es necesario construir una coordinación de movimientos políticos: “Necesitamos construir en cada regional, en cada sector del país, necesitamos constituir una coordinación de movimientos que permita que superemos las diferencias entre los sectores políticos de vieja data, necesitamos construir unidad para poder avanzar”.
Por ello, en este marco de unidad, es posible que las diversas expresiones sociales y procesos populares, en concordancia con las políticas propuestas, logren mayor coordinación de movilización nacional.
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