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Por: Johana Casaleth Bravo – abril 19 de 2009

El pasado 9 de marzo, el presidente Obama levantó por decreto las restricciones para que las investigaciones de Células Madres sean financiadas con fondos federales, lo cual ha llevado a un debate mundial entre la comunidad científica y grupos religiosos de diversa índole, especialmente la iglesia católica. El propósito de Obama, es de ayudar a las comunidades científicas que están interesadas en estas investigaciones y poner a su país a la vanguardia médica, con el fin de ayudar al mundo a recuperarse de enfermedades que no tienen cura. Sin embargo, tambien se mantuvieron algunas limitantes, como la investigación de aplicaciones relacionadas con la clonación de seres humanos a partir de dichas células.

La polémica de este asunto es la forma de llegar a estas células, puesto que los métodos que se aplican hasta ahora obligan a destruir embriones humanos para poder conseguirlas. Por esta razón, tanto la iglesia como los grupos no abortistas no están de acuerdo: sostienen que los seres humanos tienen vida desde el momento de la fecundación, contrario a lo que afirman los científicos, que argumentan que, en los primeros días del embarazo o reproducción, los embriones son sólo una masa que está en proceso de división celular.

Las células madre son células aún inmaduras y primitivas, que se pueden convertir, con ayuda de estímulos específicos, en células especializadas, lo que permite restaurar tejidos de órganos del cuerpo que estén fallando o que han perdido alguna sección.

Existen dos tipos de células madre: las células madre embrionarias, que son las que se encuentran en la en la etapa inicial del embrión, pero se van perdiendo en su desarrollo, y también están presentes en el cordón umbilical y la placenta; y las células adultas, que se consiguen en la medula espinal de un paciente que ha alcanzado cierta edad.

Nuevos métodos para obtener células embrionarias demuestran que la forma más práctica para obtenerlas es en el momento del parto. Se saca la sangre que esta en el cordón umbilical y la placenta, realizando una sedimentación para separar las células madres de otras, clasificándolas y congelándolas, empleando tecnología criogénica –o congelamiento con nitrógeno líquido–, con lo que se las puede preservar hasta por 150 años. El producto más viejo ya lleva 19 años congelado y listo para ser utilizado.

A principios del la década de los 90, los científicos se dieron cuenta de la importancia de estas células y se iniciaron investigaciones exitosas en áreas tan importantes como los trasplantes de médulas o la reparación del sistema inmunológico.

Las grandes potencias mundiales ya han empezado con las investigaciones y se están destinado los fondos necesarios para llegar resultados favorables. En España e Italia, solo por mencionar dos casos, se destaca la importancia que se da a estas investigaciones.

En Colombia, el senador Jairo Clopatofsky, junto con la regulación del Consejo Nacional de Bioética, presentó el Proyecto de Ley 172 de 2006, que aún no ha sido aprobado por la Cámara de Representantes. En nuestro país sólo se pueden obtener estas células por el cordón umbilical, pero las investigaciones pertinentes están a cargo de Enrique Osorio, con el apoyo de Jorge Ramírez y otro grupo de investigadores que lideran el proceso, liderado por Manuel Elkin Patarroyo.

La pregunta ahora es cuánto debe pagar cada persona para preservar sus células madre, dado que en Estados Unidos se deben pagar en promedio U$1.200 para congelar las células y otros U$100 para mantenerlas cada año. En Colombia se paga entre $950.000 y $1’200.000 por congelarlas, y por año el costo de mantenerlas es de unos $400.000. Las únicas entidades que guardan las células son Record de Colombia, Cordón de vida y Células Stem de Colombia. Lastimosamente, la situación del país no permite a cualquiera acceder a tratamientos tan costosos y se podría decir que sólo la minoría adineradas estaría en capacidad de acceder a este tipo de medicina avanzada.

A pesar de los constantes cuestionamientos acerca de las células madre y la forma de obtenerlas, se están buscando nuevos medios para no dañar los embriones. Por ejemplo, en España ya se ha logrado sacar células madre  sin dañar el embrión y otras investigaciones señalan que se pueden encontrar células madre pluripotentes en pacientes adultos, que tienen las mismas capacidades de las que se encuentran el cordón umbilical, llegando incluso a ofrecer mejores resultados que éstas.

El debate seguirá entre los cultos religiosos y la comunidad científica. Sin embargo, quienes decidirán si utilizar este medio o no serán los mismos seres humanos, los pacientes que pueden emplear este método para tratar sus dolencias y una sociedad que ún no afronta este debate. Sólo se espera que las investigaciones den sus frutos y que se puedan curar más de 45 enfermedades con las células madre.

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