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Por: Rebeca Buendía – junio 10 de 2009

La región fronteriza entre Colombia y Venezuela ha sido objeto de constantes controversias por problemas como la definición de límites, el conflicto armado, el contrabando y la emigración ilegal que han repercutido en las relaciones entre los dos países.

Las negociaciones fronterizas entre Venezuela y Colombia se inician inmediatamente después de haberse consumado la separación de la Gran Colombia y, desde el año 1833, las disputas territoriales y el trazado de la línea limítrofe se han consignado en documentos como el laudo español, del 16 de marzo de 1892; el arbitraje suizo, del 24 de marzo de 1892; y el Tratado López de Mesa-Gil Borges, del 5 de abril de 1941. A lo largo de este proceso, se han firmado tanto tratados de amistad como alianzas en comercio, límites y navegación entre los gobernantes de ambas naciones, que no han excluido permanentes conflictos, debido a la pérdida o ganancia de soberanía sobre algunos territorios que alguna de los dos países en los distintos convenios, especialmente en zonas de interés estratégico en la península de La Guajira, el Zulia, el Orinoco y el Táchira.

Las principales tensiones limítrofes entre los dos países se relacionan fundamentalmente con aspectos de orden físico y de orden económico, los cuales han determinado el ordenamiento en dicha zona. En cuanto al factor económico se encuentran la pugna por la explotación del potencial petrolero, la propiedad sobre territorios ricos en otros recursos naturales y, actualmente, el contrabando, por la diferencia en la tasa de cambio y el poder adquisitivo de las monedas. Entre los de orden físico, quizá lo mas determinante, están los debates históricos frente a qué determina los limites, si son los accidentes geográficos, especialmente los ríos, o se da prelación a las líneas artificiales establecidas mediante cálculos de latitud y longitud.

Golfo de Venezuela: zona de tensión

Una de las tensiones más importantes se ha localizado en el Golfo de Venezuela, en el cual existe una disputa sobre alrededor de 108.000km² de territorio. En un momento del proceso de ordenamiento se declaró que, a partir del concepto de ‘costa seca’, dicho territorio pasaría a ser de jurisdicción venezolana. Sin embargo, en la década del 60, la ONU promulgó el Tratado de Mar, declarando nulo el concepto de ‘costa seca’ porque ninguna de estas márgenes podría ser en sí misma una frontera sin tener un mar territorial. Desde ese momento, Colombia ha venido exigiendo la soberanía sobre una amplia zona marina y submarina, que se supone rica en petróleo, gas natural y otros recursos minerales.

Un punto importante de tensión es la soberanía sobre el archipiélago de Los Monjes: para el gobierno colombiano estos islotes deshabitados se encuentran dentro de su mar territorial, pues se encuentran a 20 millas marinas de la costa, y no constituyen plataforma continental de Venezuela, presentando una división de línea media entre los territorios continentales. Para Venezuela existe una línea de prolongación de la frontera terrestre, que le es favorable respecto a la perpendicular de la costa que implica la línea media entre territorios continentales, y una línea media entre la península de La Guajira y Los Monjes.

Crisis territorial

En agosto de 1987 se presentó una de las crisis contemporáneas más importantes, cuando la corbeta colombiana Caldas, acompañada de un submarino, ingresó en aguas consideradas por Venezuela como propias y por Colombia como territorio en litigio. El presidente venezolano del momento, Jaime Lusinchi, ordenó una fuerte movilización de las fuerzas armadas, situación que activó las discusiones diplomáticas para impedir una confrontación bélica y que terminó con la orden de retirada de la corbeta por parte del presidente Virgilio Barco. Desde ese momento se instaló una comisión binacional para avanzar en la solución definitiva del diferendo limítrofe, que aún no ha sido determinado.

En la actualidad, entre los gobiernos de Colombia y Venezuela se presenta una difícil relación, por cuenta de las diferencias políticas e ideológicas entre ambos gobiernos. Particularmente, se ha puesto al centro de la polémica el tratamiento del conflicto armado colombiano, que ha tenido repercusiones en casi toda la zona de frontera. Producto de esto, se ha presentado la ruptura de los vínculos comerciales y, muy seguramente, el atraso en la determinación definitiva de los limites que se deben acordar entre los dos países.

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