Rompiendo el silencio - Ilustración: Felipe Ramírez

Rompiendo el silencio - Ilustración: Felipe Ramírez

Diciembre 12 de 2014

El pasado 4 de diciembre, quienes usan el nombre de Águilas Negras para confundir e intimidar amenazaron de muerte a 13 equipos de comunicación alternativa, comunitaria y popular, entre ellos el Periódico El Turbión, y a catorce periodistas. Estas amenazas aparecieron días después de las dirigidas al Canal Capital, la cadena Telesur, la Agencia Reporteros sin Fronteras y el director de Patio Bonito al Día.

Los colectivos de comunicación alternativa y popular amenazados son medios y propuestas culturales que han realizado un trabajo de memoria, investigación y visualización de realidades y problemáticas sociales que medios ligados a los sectores empresariales y políticos censuran, ignoran y acallan. Estos medios de comunicación alternativa y popular han recorrido rincones del país con el objetivo de comprenderlo y de informar rigurosamente sobre sus realidades, sin la censura política que impide a los monopolios de medios cumplir con esta labor.

Carlos Castaño, Leandro Murillo, Luis Alberto Castaño, Milena Galvis, Nelson Lombana Silva, Óscar Castaño, Ricardo Murcia y Silvia Oviedo son algunos de los periodistas amenazados, personas que informan, generan diálogos y debates. Visto así, las amenazas no sólo atacan la libertad de prensa, sino el derecho de los colombianos a estar informados, el cual se vulnera si sólo quedan como opción informativa los medios ligados a los sectores empresariales y políticos que definen a su gusto el rumbo del país.

Las amenazas en contra de El Turbión y otros medios de comunicación alternativa hacen parte de una estrategia sistemática de miedo que se ha utilizado contra diferentes sectores sociales para desestabilizar, aislar y silenciar a quienes luchan por una Colombia diferente, todo esto con el objetivo de imponer un discurso único en la forma de pensar, sentir y actuar de los colombianos. Generar temor entre los medios alternativos y la población es una manera de escribir la historia, manejar la memoria colectiva y hacer política. Este objetivo no será logrado por quienes buscan intimidarnos porque no guardaremos silencio ante las mezquinas desigualdades que siguen siendo el rasgo principal de un país que tiene que recobrar su derecho a contar su historia a su manera y soñar con un destino de dignidad.

Andrés Gómez, Camila Ramírez, Ernesto Che Mercado, Omar Vera y los demás miembros del equipo de El Turbión seguirán realizando su labor periodística con la rigurosidad conocida por nuestros lectores, seguirán escribiendo sobre la situación minera en Colombia, seguirán cubriendo los diálogos de paz desde un punto de vista propio e independiente, así nos vuelvan a chuzar como sucedió cuando fuimos víctimas de la operación Andrómeda.

El Turbión seguirá cubriendo la actualidad del movimiento social y solidarizándose con las comunidades en resistencia y las organizaciones de campesinos, obreros, indígenas, afrodescendientes, estudiantes, jóvenes, mujeres, etc. que se enfrentan a un sistema político y económico que impone los intereses de una minoría a través del despojo de tierras, la devastación ambiental, la sobre explotación de los trabajadores, la discriminación contra las mujeres y la violencia generalizada en contra del pueblo.

Sabemos que el origen de esta amenaza es engañoso y responsabilizamos a agentes estatales por su autoría, muy posiblemente en coordinación con paramilitares. Quienes buscan atemorizarnos buscan que se siga narrando la guerra como un conflicto necesario, que la corrupción se ignore, que no se hable de objeción de conciencia y que el silencio acompañe notas de reinados y novelas. Se quedarán esperando: El Turbión seguirá recorriendo el país, escribiendo y fotografiando sobre infamias y esperanzas para seguir rompiendo el silencio.

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