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Por: Vicent Boix – noviembre 17 de 2009

Giorgio Trucchi ha pasado más de 50 días en las calles de Honduras, desde que el 28 de junio, el Ejército y los sectores más poderosos derrocaran al presidente legítimo Manuel Zelaya. Ha recorrido los barrios de diferentes ciudades del país, así como la zona fronteriza entre Nicaragua y Honduras. Ha estado en manifestaciones, conferencias de prensa, reuniones, actos de toda índole, cargas policiales, etc. Ha redactado más de 75 artículos, crónicas y entrevistas. Ha inmortalizado en cerca de 500 fotografías y más de 20 vídeos, los momentos más intensos, emocionantes y dramáticos que tienen lugar en la nación centroamericana.

Giorgio Trucchi es un periodista italiano afincado en Nicaragua. En los últimos tres meses ha cubierto los eventos que suceden en Honduras para la Regional Latinoamericana de la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación (Rel-UITA). También administra el blog Nicaragua y más en Español. Él hizo un pequeño hueco en su agenda y pude hablarle por teléfono, para que nos explicara de primera mano las últimas noticias que tienen lugar en Honduras.

Vicent Boix: -El primer interrogante, Giorgio, es obligado: ¿estás percibiendo en Honduras una fuerte, organizada y mayoritaria movilización social en defensa del presidente legítimo, Manuel Zelaya?

Giorgio Trucchi: -Definitivamente sí. La noche en que se supo que Zelaya había ingresado al país y se había refugiado en la embajada de Brasil, comenzó una movilización masiva, no sólo a nivel de la capital sino en todo el país. Cuando me enteré de la noticia, viajé de nuevo a Honduras y lo hice con otros periodistas de agencias internacionales. A escasos kilómetros de la capital, pudimos ver grandes caravanas de coches y autobuses que se dirigían a Tegucigalpa para dar apoyo al presidente Zelaya y que, por cierto, fueron detenidas por retenes militares que no les daban paso. Nosotros también estuvimos, cerca de una hora, retenidos por los militares y en todo el país se han instalado controles para impedir que la gente llegue a la capital.

Como digo, el respaldo es fuerte aunque es difícil cuantificar qué porcentaje de población apoya a Manuel Zelaya. Lo que sí es cierto es que existen movilizaciones en los barrios, en las aldeas y en las comunidades, no sólo de la capital, sino de diferentes departamentos de la nación.

VB: -Al leer los artículos que realizas desde los barrios de Honduras y al leer en los grandes medios algunas crónicas de periodistas, que no sé muy bien dónde están ubicados, percibo dos opiniones contrapuestas respecto a la respuesta del pueblo hondureño. El jueves 24 de septiembre, un diario español reproducía una foto de las protestas -algo tendenciosa desde mi punto de vista- en la que se observaba solamente a un manifestante sentado en una piedra. En el mismo artículo se calificaba al movimiento de resistencia popular como de “débil”. ¿Estás de acuerdo con esta afirmación?

GT: -No, para nada. Yo no sé si para escribir dicha nota se han tomado datos de una agencia o si ese medio tenía corresponsales aquí en Honduras. Además, hay que diferenciar. Hay marchas casi todos los días en Tegucigalpa y otras ciudades que son masivas, con miles y miles de personas. Mientras que las manifestaciones en los barrios, aldeas o comunidades no necesitan de mucha gente porque el objetivo no es ése.

Lo que hay que subrayar es que todo esto responde a una estrategia del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado (Fncge), que está
organizando diferentes actividades en los barrios para dispersar la protesta y crear cientos de pequeños focos de resistencia. En un
barrio pueden haber 600 personas movilizadas y en una plaza 100 ó 200. El número variará y, analizando individualmente cada grupo, hablaremos de poca gente o de que el movimiento de resistencia es débil. Pero lo realmente importante es que en estos momentos pueden haber entre 100 o 150 focos activos dispersados solamente en la capital.

El objetivo del Fncge no es solamente organizar grandes eventos para paralizar el país sino mantener una presencia constante de gente en las calles y en los barrios, para demostrar que el golpe de Estado del 28 de junio no puede quedar así y que hay una parte mayoritaria de la población que no renuncia al restablecimiento de Zelaya, al retorno a la democracia y al inicio de un proceso que lleve a una asamblea constituyente y a la reforma de la Constitución.

VB: -¿Qué sectores de la población y organizaciones sociales se han sumado activamente a las marchas y acciones por el regreso de la normalidad democrática?

GT: -Hay de todo, pero el hecho más interesante es que el Fncge logró juntar y sentar en una misma mesa a sectores dispersos, que antes trabajaban muy poco entre ellos. Esto es un aspecto positivo del golpe de estado. Hay centrales sindicales que estaban muy divididas y que ahora empiezan a moverse juntas.

Dentro del FNCGE, aparte de los sindicatos, también hay ONG, colectivos de maestros, gente de los barrios, estudiantes, organizaciones campesinas, indígenas, afrocaribeñas, colectivos de mujeres, de artistas y también partidos políticos que antes estaban confrontados.

Con el golpe de Estado, el Partido Liberal del presidente Zelaya se fragmentó entre los partidarios de éste y los que apoyan al gobierno de facto. Pues bien, esa fracción leal al presidente también forma parte de la resistencia.

Éste es, sin duda alguna, uno de los hechos más interesantes acaecidos en los últimos meses: que un hecho tan contundente y fuerte como un golpe de Estado haya precipitado la unión y el trabajo conjunto de diversos actores sociales.

VB: – […] ¿En qué momento has visto más intensidad y más protestas de la sociedad?

GT: -Han habido varios momentos especialmente activos. Los primeros días, el 28 y 29 de junio, fueron jornadas especialmente intensas porque se instauraba el gobierno golpista, el presidente era expulsado del país y comenzaba la represión. Otro momento especial fue el 5 de julio, cuando Zelaya hizo el primer intento de regresar. Hubo movilizaciones que fueron contestadas con violencia, lo que propició la muerte del primer manifestante, el joven Isis Obed Murillo, quien lamentablemente fue el primero de muchos que perdieron la vida […] Otro instante muy fuerte fue durante la segunda tentativa de Zelaya por ingresar en el país, por el paso fronterizo de Las Manos (Ocotal, Nicaragua).

No obstante, el momento más intenso está siendo ahora que el presidente ya se encuentra de nuevo en la nación. Esto demuestra, independientemente de su pasado […], que Manuel Zelaya sigue siendo un agente catalizador. La resistencia siempre se mantuvo en que el primer paso o condición es la restitución de Zelaya como presidente legítimo de la nación. Afirman que no puede haber paz ni democracia hasta que no se restituya al presidente de la república.

VB: -Me comentas que […] hubo una marcha de los partidarios de Micheletti. ¿Fue mucha gente a la misma?

GT: -Las marchas de los que aquí llaman ‘blancos’ o ‘perfumados’ siempre han sido masivas. Después de las grandes concentraciones de las organizaciones sociales, el propio gobierno llama a la ciudadanía para que participe en otras manifestaciones para contrarrestar lo que organiza y realiza la resistencia.

El Fncge ha denunciado en muchas ocasiones que estas marchas se componen de trabajadores y trabajadoras de empresas en manos de los grupos económicos que participan del golpe de Estado, que obligan e incluso amenazan a sus empleados para que acudan. Llegan a reunir a miles de personas, sobre todo a obreros y obreras de las zonas francas, y les proporcionan la famosa camisa blanca para que participen en los actos.

VB: -Inicialmente, varios gobiernos del mundo se opusieron al gobierno ilegítimo de Roberto Micheletti y, con el paso de las semanas, todo se fue enfriando. ¿Crees que la comunidad internacional, con su silencio, está permitiendo que se asiente y se acomode el gobierno golpista?

GT: -Eso es evidente y es un punto que siempre ha denunciado el Fncge. Por una parte, reconocen la importancia de la respuesta inmediata de la comunidad internacional cuando se da el golpe de Estado: hubo una resolución por unanimidad de la Organización de Estados Americanos (OEA), así como pronunciamientos de la Asamblea General de la ONU, además, muchos gobiernos europeos y el norteamericano retiraron sus cuerpos diplomáticos de Honduras.

Pero, por otra parte, critican que las medidas de presión tomadas por estos países han sido muy débiles y, sobre todo, muy lentas. En un país como Honduras, que es el tercero más pobre de América Latina, sería muy fácil doblegar a su gobierno con simples medidas económicas. El 80% de los movimientos comerciales son con Estados Unidos, por lo tanto, creo que se podría presionar en ese sentido.

¿Por qué no se hace? Porque con este gobierno de facto se frena el proceso de integración centroamericana y latinoamericana, sobre todo los avances alrededor de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) […] Se estaba creando un clima muy diferente en la región, si se compara con décadas pasadas, y Honduras era el eslabón que se pensaba más débil para romper la cadena.

Retrasar estas medidas yo lo veo como un intento, por un lado, de presionar al gobierno de facto para regresar a la institucionalidad, pero por el otro, se pretende aprovechar la coyuntura para detener el proceso de integración del cual te hablaba.

[…]

VB:¿Esta visión de los acontecimientos, que acabas de exponer, está ampliamente extendida dentro del Fncge?

GT: -Si, totalmente. […] La gente del Fncge lo dice claramente, el golpe de estado se originó para detener el ALBA. De hecho, inmediatamente después, una de las primeras medidas del gobierno de Micheletti fue expulsar a los educadores cubanos que estaban desarrollando trabajos de alfabetización, y que tenían previsto en el próximo mes de enero declarar Honduras como país libre de analfabetismo. En las primeras declaraciones de los golpistas ya se culpó de todo a Hugo Chávez, al ALBA y el propio Ejército manifestó que gracias a este ‘cambio presidencial democrático’ se podrá detener el proceso de entrada del ‘socialismo disfrazado de democracia’.

[…]

VB:¿Cómo valora el Fncge el papel de Barack Obama y de la Unión Europea?

GT: – […] Reconocen que Estados Unidos rechazó lo que pasó en junio, aunque sin referirse a ello como golpe de Estado. También apoyaron la intermediación del presidente de Costa Rica, Óscar Árias, para facilitar el diálogo entre las partes y que desembocó en el Acuerdo de San José.

Pero, por otra parte, […] piden que Estados Unidos sea más contundente. Recuerdan que el gobierno norteamericano tardó más de dos meses en retirar a su embajador de Tegucigalpa y todavía no ha reconocido que aquí existió un golpe de Estado.

VB:¿Por qué la administración Obama no reconoce los hechos tal cual sucedieron?

GT: -Porque sus leyes determinan que si en algún país del mundo hay un golpe de Estado, automáticamente, Estados Unidos debe cancelar cualquier ayuda económica […] Eso no lo quieren hacer en Honduras y sabemos que numerosas agencias norteamericanas siguen financiando algunas instituciones del gobierno de facto. El chorro de dinero no se ha parado.

También sabemos que el día del golpe, el Ejército entró con violencia, disparando, en la casa del presidente Zelaya, lo agarraron y luego lo condujeron a la base militar norteamericana de Palmerola para que despegara hacia Costa Rica. La resistencia nunca ha acusado al presidente Obama de estar involucrado en ello, pero sí de no haber prestado la suficiente atención a lo que estaba pasando.

VB: -¿Y con la Unión Europea?

GT: -Pues pasa un poco de lo mismo. El Fncge reconoce que la UE denunció el golpe de Estado, pero las medidas que emprendieron desde Europa para sofocarlo han sido poco eficaces, poco contundentes y sobre todo muy lentas. Esto ha permitido que el gobierno de facto se haya consolidado.

VB: -Al presidente de Costa Rica, Óscar Árias, le otorgaron el premio Nóbel de la paz por su papel en los procesos de negociación durante los conflictos armados de Centroamérica en los años 80. Sin embargo, cuando fue presidente de Costa Rica durante esa década, su territorio ofreció cobijo a comandos de la contra nicaragüense y para muchos Árias fue la marioneta diplomática de Reagan. ¿Cómo valoras el papel de Óscar Árias en el proceso de intermediación?

GT: -El presidente Árias, claro, es un instrumento en manos del Departamento de Estado de Hillary Clinton. Fue ella quien lo propuso como mediador ante la crisis. Además, si analizamos los doce puntos del Acuerdo de San José o Plan Árias, exceptuando el primero, que es la restitución del Zelaya, el resto van totalmente en contra del presidente legítimo de Honduras.

Dicho acuerdo lo vuelve a situar en el poder pero sin poder. Por ejemplo, un punto del Acuerdo de San José establece que si Zelaya regresa a la presidencia no iniciará ningún proceso hacia una asamblea constituyente. Otro apartado es que las elecciones se adelanten a finales de octubre y que el Ejército maneje todo la logística del proceso. Fíjate, porque es curioso que a un Ejército que acaba de protagonizar un golpe de Estado se le quiere confiar el control de unas elecciones.

Por el contrario, este acuerdo no tiene previsto en ningún momento que se restauren los proyectos consensuados con la sociedad civil, que había emprendido el presidente y que fueron cancelados uno a uno tras el golpe de Estado. Zelaya, por ejemplo, aprobó un incremento del 60% del salario mínimo y, tras el golpe, muchos empresarios dejaron de aplicarlo. También las autoridades ilegítimas plantean salirse del ALBA y de Petrocaribe. O sea, toda la situación que se había creado durante tres años quedó en cero y ninguno de los puntos del Acuerdo de San José analiza estos aspectos.

VB:Si bien es cierto que en el golpe de Estado de Venezuela la movilización social fue el factor más importante para que Hugo Chávez recuperara el poder, no es menos cierto que esto sucedió porque una parte del Ejército apoyó dicho regreso y abandonó los planes desestabilizadores. Por los comentarios de la gente con la que hablas y del Fncge, ¿crees que un sector del Ejército podría apoyar el regreso a la normalidad democrática?

GT: -No creo, de hecho se ha percibido una fuerte unidad. Se pensaba que con Zelaya en el país, algún sector o algún alto mando del ejército podría adoptar otro tipo de posición, pero con la represión de estos días han demostrado que, por el momento, siguen firmes al lado de los poderes fácticos que propiciaron el golpe de Estado.

Los elementos fundamentales para que cambie algo son, por una parte, que la resistencia mantenga y profundice su presencia. El otro punto, como decía antes, es Estados Unidos, porque económica y políticamente pueden condicionar y acorralar al gobierno de facto. El tercer elemento es que el Ejército empezara a mostrar síntomas de división interna, ante la presión internacional y ante juicios por violación de derechos humanos durante estos últimos meses. Y es que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha reconocido precisamente que se han violado derechos humanos de todo tipo. El Plan Árias incorpora una amnistía para delitos políticos, pero no para delitos penales por haber infringido los derechos humanos de la población. Entonces, esto podría ser un elemento que tal vez rompa la unidad del Ejército y de la Policía, si la comunidad internacional presiona y fomenta procesos legales contra aquellos que se excedieron en sus funciones.

VB: – […] ¿Percibes suficiente presión para que los golpistas abandonen el poder?

GT: -Hasta el momento no. Yo creo que los autores intelectuales y materiales del golpe de Estado no tenían previsto una respuesta de la gente como la que se está dando. Tal vez pronosticaron revueltas y protestas por un corto periodo de tiempo, para luego poder seguir adelante con su plan. Tampoco esperaron, creo, la respuesta inmediata y contundente de la comunidad internacional, en el sentido de que aislaron a Honduras, la suspendieron de la OEA y en la ONU rechazaron el golpe de Estado y no reconocieron al gobierno de facto. Pero, repito, yo creo que se necesita mucho más para que se tambalee el gobierno ilegítimo. Un elemento importante es la presencia de Manuel Zelaya en el país, que ha originado una explosión de júbilo y optimismo entre el pueblo. Seguramente, otro elemento es que la comunidad internacional puede presionar de la manera que comentaba antes.

Esto puede abocar al gobierno de Micheletti a un diálogo, que para mí es un arma de doble filo, ya que puede limitar la capacidad de movimiento que tenía Zelaya antes del golpe de Estado, para emprender nuevos proyectos que redunden en la sociedad hondureña.

Si hay un diálogo para obligar al gobierno de facto a que abandone la presidencia, pero se le otorga prácticamente cualquier cosa a cambio, y el único punto de interés es que Zelaya sea rehabilitado por el plazo de un mes y medio hasta que se realicen las elecciones, yo creo que este hecho podría provocar una división entre el presidente Zelaya y la resistencia.

[…]

http://www.rel-uita.org/internacional/honduras/videos-11.htm

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