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Por: Fermín Romero – noviembre 18 de 2009

El 7 de noviembre, en la finca Paramito, en San Juan del Cesar (La Guajira), una niña de 13 años de la comunidad Wiwa fue violada por un soldado del Batallón Santa Bárbara, adscrito a la X Brigada del Ejército. Según denuncia la comunidad indigena, el soldado se encontraba drogado cuando violó a la menor, que estaba siendo preparada para ser una saga, mujer que aplica medicina la tradicional según la tradición wiwa. La violación de la futura saga ha sido un motivo más para que las comunidades indígenas insitieran en la conformación de una comisión que investigue las denuncias de violaciones hacia mujeres kogui y wiwa, por parte de soldados de la X Brigada Blindada.

Según el comisario mayor del pueblo Wiwa, Sebastián Mojica, el soldado responsable de la violación entró en una comunidad Wiwa y  preguntó por la ubicación de las tropas y de la menor. Sabiendo a donde dirigirse, llegó al lugar en el que la niña se encontraba, junto con su mamá y sus tres hermanos, disparó entonces al aire y llevó a su victima a un rastrojo, donde abusó sexualmente de ella. El padre de la menor y otros familiares llegaron y protegieron a la niña, mientras el soldado huyó disparando.

Miembros de la comunidad aseguran que Sebastián Mojica acudió a una patrulla de soldados del Batallón Santa Bárbara, que se encontraba cerca de la comunidad, para pedir ayuda. Al comienzo se negaron, pero después neutralizaron al soldado.

Autoridades de la comunidad Wiwa de La Peña de los Indios, familiares de la menor y representantes del Batallón Santa Bárbara se reunieron el 9 de noviembre para hablar sobre el delito. A pesar de que, durante el encuentro, el capitán Álvaro Gómez reconoció que el soldado responsable hace parte de esa unidad, no fue posible que el mando militar hiciera pública su identidad, obstaculizando con ello el proceso penal a seguir por las víctimas.

La comunidad Wiwa se encuentra atemorizada por este hecho y por otra cadena de agresiones que atestiguan indígenas de toda la Sierra Nevada de Santa Marta. Por ello, el pueblo Wiwa y la Organización Wiwa Yugumaiun Bunkuanarrua Tayrona (Owybt) exigen que el soldado sea sancionado de forma ejemplar y que la niña, la familia y la comunidad sean reparadas por el delito que cometió el miembro del Ejército del que no se conoce el nombre. Además, la comunidad demada que el soldado agresor sea entregado a las autoridades del pueblo Wiwa, para que sea juzgado por las autoridades tradicionales.

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