Por Camila Ramírez – marzo 16 de 2016
Desde hace siete años, cada 24 de febrero se realizan jornadas de movilización y denuncia contra el abuso de la fuerza por parte de la Policía y otros agentes del Estado, conmemorando la fecha de nacimiento del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad).
Este año en Bogotá se realizó una intervención artística en la carrera séptima, entre las calles 18 y 19, zona en la que fue asesinado Nicolás Neira, un menor de edad que murió el 1 de mayo en 2005 a raíz de los golpes que le propinaron agentes del Esmad, y donde hoy se encuentran instaladas placas conmemorativas a su memoria y a la del defensor de derechos humanos Carlos Alberto Pedraza. La jornada fue convocada por la Fundación Nicolás Neira y la Campaña Nacional contra la Brutalidad Policial, y contó con la participación de diversos colectivos juveniles, defensores de derechos humanos, organizaciones sociales y familiares de las víctimas de los crímenes de Estado.
Hacia las 3 pm comenzó a reunirse la gente, en medio de las actividades culturales, y con arengas se recordó a jóvenes como Jhonny Velasco Galvis, Cristian Delgado, Jhonny Silva, Carlos Giovanni Blanco, Jaime Alonso Acosta, Héctor Martínez, Diego Felipe Becerra, Óscar Salas y Adriana Jiménez, entre otros, que han sido asesinados por la Policía Nacional. La mayoría de los casos continúan en total impunidad, mientras los familiares y amigos de las víctimas exigen justicia.
La jornada estuvo marcada por varias actividades artísticas, proyección de videos, estampado y la elaboración de un mural. Además, se presentaron las agrupaciones musicales Black Riddim Band, Rima RojiNegra y BaldeBoys.
También se realizó el prelanzamiento del periódico El Clavel Negro, que busca sistematizar y denunciar las agresiones, abusos de autoridad, el uso excesivo de la fuerza y crímenes cometidos por agentes del Estado. Al respecto, Ángel Molano, integrante de la Fundación Nicolás Neira, manifiesta que:
Hemos estado buscando la posibilidad de articularnos con organizaciones defensoras de derechos humanos y con organizaciones sociales para sistematizar cada una de las acciones de violación a los derechos humanos […] sabemos que no son acciones aisladas: son acciones sistemáticas”.
Video: Ernesto Che Mercado Jones.
Violaciones sistemáticas de los derechos humanos
Desde el 24 de febrero de 1999, fecha en el que fue creado el Esmad mediante la Directiva Transitoria 025 de la Policía Nacional, los ciudadanos de a pie, organizaciones sociales, campesinos, indígenas, jóvenes, mujeres, estudiantes y trabajadores han sido víctimas de asesinatos, detenciones arbitrarias y lesiones graves por parte de agentes del Esmad. Actualmente, se siguen registrando múltiples denuncias de abuso de la fuerza y centenares de violaciones a los derechos humanos.
Uno de los actos más recientes se dio el 2 de marzo, cuando agentes del Esmad y el Ejército desalojaron a 15 familias que vivían en el sector conocido como Nueva Esperanza, ubicado en el corregimiento del Yeso del municipio de Morroa (Sucre). Los afectados son, en su mayoría, son familias con niños, mujeres y personas de tercera edad que han sufrido durante los desalojos, agresiones físicas y violaciones a los derechos humanos por parte del Esmad y la policía.
Otro desalojo se realizó el 24 de febrero. La familia Ustate Fuentes, afrodescendiente y de la comunidad de Roche, ubicada en el municipio de Barrancas (La Guajira), fue desalojada por el Esmad, que no dudó en usar en su contra gases lacrimógenos, proyectiles de goma y balas de plomo. La razón del operativo es que la vivienda de esta familia se encuentra en el terreno que se va utilizar para ampliación del proyecto minero de la multinacional Carbones del Cerrejón y, hasta el momento, la empresa no ha garantizado un reasentamiento digno para estas personas.
Además, el mismo día de la Jornada Nacional contra la Brutalidad Policial y por el Desmonte del Esmad, el Movimiento Nacional de Victimas de Crímenes de Estado (Movice), denunció en un comunicado que Emilio Torres, integrante del Movice Bogotá, fue víctima de abusos por parte de la Policía después de haber participado en las actividades contra los abusos de la Fuerza Pública. Emilio se encontraba en un establecimiento donde se presentó un malentendido con un policía identificado con el número 176878, quien lo insultó y detuvo. Emilio fue conducido por los uniformados a un Comando de Acción Inmediata (CAI) de la localidad de Teusaquillo, donde fue golpeado y le fueron retenidos ilegalmente sus documentos de identidad, antes de ser llevado a la Unidad Permanente de Justicia (UPJ) de Puente Aranda.
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