Por: César Molinares Dueñas -noviembre 16 de 2016
Un óleo que Pablo Picasso pintó en honor a su enamorada Marie-Thérèse Walter en la década de 1930 quedó en medio de un entramado financiero por el cual salió de Colombia, donde estuvo en poder de la familia Marulanda Ramírez por cerca de una década, y terminó años después en una lista de venta de la casa de subastas londinense Sotheby’s.
La “Tete de Femme” la donó su propietaria, la matrona colombiana de 96 años Cecilia Ramírez de Marulanda, a una fundación creada en Panamá por el bufete Mossack Fonseca. El ‘generoso’ gesto ocurrió el 23 de enero de 2007, cuando la obra se entregó a la Fundación Styland con sede en Panamá.
La salida de la obra de arte de Colombia, como de cualquier otro activo de la familia, debió reportarse ante la autoridad tributaria por ser un cambio en el patrimonio personal y familiar de los Marulanda Ramírez, según explicaron abogados tributaristas y funcionarios de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) a Consejo de Redacción. Y, en el caso del cuadro, por tener un valor tan alto, debió además ser registrado ante una notaría como una insinuación y su salida del país debería estar registrada ante la DIAN.
El problema para el registro en el cambio de propiedad podría ser que nunca se reportó la compra y, con ello, tampoco se tendría que reportar su donación. Como la información tributaria en Colombia goza de reserva no es posible conocer si los trámites se hicieron o no. Lo cierto es que la donación tiene un tratamiento diferente en la legislación colombiana, básicamente porque no paga impuestos: como no se trata de un negocio donde haya un interés económico tampoco hay que pagar.
Por una transacción de doce millones de dólares como la del Picasso, los Marulanda hubieran tenido que pagar el impuesto de ganancia ocasional, que para ese momento era de 33%. Es decir, al donar y no vender el cuadro, el núcleo familiar se ahorró el pago de USD 3,5 millones a la DIAN, algo así como $10.500 millones que es lo que cuestan los contrato de alimentación para los niños de La Guajira, Atlántico y Cesar juntos. Pero, como se trató de una donación, los Marulanda no pagaron un solo peso en impuestos por la salida del cuadro.
Lo paradójico es que detrás de la Fundación Styland están los mismos Marulanda. La filtración de los archivos secretos de la firma Mossack Fonseca y revelados por el periódico alemán Süddeustche Zeitung y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por su sigla en inglés) permitieron a Consejo de Redacción obtener las escrituras de la fundación donde la señora Cecilia Ramírez de Marulanda aparece como beneficiaria principal y su nieto, el cuestionado empresario español Fernando Sarasola, es el beneficiario sustituto.
En otras palabras, la donación fue de la señora Ramírez de Marulanda en Colombia a la señora Ramírez de Marulanda en Panamá.
Una vez el cuadro llegó a manos de la Styland Foundation, esta le donó el cuadro a otra empresa creada por Mossack Fonseca: la Keystar Promotion Inc., sociedad en la que aparecen como directivos varios empleados de la firma de abogados, aunque solo en el papel porque en realidad la sociedad la controla la familia Marulanda Sarasola.
La donación no tuvo nada de filantrópico ni tuvo como objeto que la obra llegara a las paredes de un museo. Tres años después, el 9 de abril de 2010, Keystar Promotion Inc. hizo un contrato con la casa de subastas londinense Sotheby’s para la venta del cuadro.
El contrato entre Keystar Promotion Inc. y Sotheby’s no fue firmado por ningún miembro de la familia Marulanda Sarasola sino por dos prestanombres: los panameños José Jaime Meléndez Núñez y Jenny Zahedi Martínez Dutari, quienes fijaron un precio mínimo de venta por la pintura de USD 12 millones.
Este cuadro, “sin marco, algo sucio y en buenas condiciones”, como escribe de su puño y letra un empleado de la subastadora al momento de recibirlo en Londres, fue adquirido entre 1995 y 1996 por la señora Ramírez de Marulanda como una “inversión y parte de su patrimonio para el futuro”, como se puede leer en un correo de Mossack Fonseca fechado el 25 de mayo de 2010.
Los empleados de Mossack Fonseca se explican entre sí que otro cuadro del maestro español, pero de fondo azul, fue vendido por otra casa de subastas Christie’s y que el coleccionista, a través de un investigador privado, estaba detrás de la pintura en poder de la señora Ramírez de Marulanda. “La sra. Ramírez donó el cuadro a la fundación Styland Foundation (sic.), la que a su vez lo ha donado a la sociedad Keystar Promotion Inc., que es la sociedad que ha suscrito los contratos de venta con Sotheby’s”, explica una empleada de Mossack Fonseca pidiendo diligencia para la apertura de una cuenta en Bahamas a nombre de Cecilia Ramírez de Marulanda, en donde se espera que depositen el dinero de la venta del cuadro.
El 26 de mayo del 2010, Lurys Madrid, empleada de Mosffon en Panamá, le escribe a una colega pidiéndole ayuda con el caso y la apertura de una cuenta en donde Sotheby’s debería depositar el dinero, el cual describe de “alto nivel”. En el mismo correo le advierte que otra funcionaria de Mossack Fonseca conversó con ella sobre los escándalos que han rodeado a la familia Marulanda en Colombia “con el tema de tierras y la lucha con los campesinos, etc., para que no te asustes de lo que puedas encontrar en las búsquedas”.
Una búsqueda mostraría que el cuadro del maestro Picasso fue adquirido un año después de que los paramilitares desplazaron a las familias que habían invadido una franja de la Hacienda Bellacruz en Cesar, propiedad de la familia Marulanda. Para desestimar estas sindicaciones, por las cuales Carlos Arturo y Francisco Marulanda Ramírez han sido investigados por la justicia colombiana, la ejecutiva de la empresa que realizó la debida investigación sobre los clientes sostiene que la familia rechazó esas acusaciones tildándolas de “un tema político”, que ha sido “mal manejado por los gobiernos socialistas anteriores en Colombia que buscaban favorecer a los campesinos, sin importarles los derechos de los propietarios de la Hacienda Bellacruz, quienes compraron las tierras de la manera formal”, señala un aparte.
Un día antes, el 25 de mayo de ese año, la ejecutiva del trust de Mossack Fonseca, Daisy Chacón, le envió instrucciones a su colega Dirk Brauer, a Axel H. Gauster de Mossfon Asset Management y Ramsés Owens de Mossfon Trust para la “apertura de la cuenta en Soc. Gen., Bahamas”. Esta cuenta era un asunto urgente para la venta del cuadro.
En ese mismo correo, el funcionario de Mossack Fonseca explica que Keystar “es una estructura fiduciaria administrada por Mossfon Trust Corporation desde hace 3 años”, que fue creada para la “protección de sus activos”:
La clienta ha sido introducida por el hijo del BO de las cuentas de Eroland/Murray, el Licdo. Diego Pretus. Diego es amigo personal del nieto de la sra. llamado Fernando Sarasola con residencia en Madrid. Fernando igual como su hermano Enrique son miembros de la dicha ‘farándula’ de España (sic.).
Sobre el destino que tuvo la “Tete de femme” no hay información, ya que no se obtuvo respuesta de Sotheby’s como tampoco de la familia Marulanda.
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* Equipo de investigación de Consejo de Redacción.
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