Por: Rebeca Buendía – 30 de marzo de 2010
Según la página web de Isagen, ésta es “una empresa de servicios públicos mixta, constituida en forma de Sociedad Anónima, de carácter comercial, de orden nacional y vinculada al Ministerio de Minas y Energía” y “se dedica a la generación y comercialización de energía eléctrica, la comercialización de gas natural por redes, la comercialización de carbón, vapor y otros energéticos de uso industrial y la promoción y ejecución de proyectos de generación en el ámbito nacional”. De hecho, ésta es la tercera empresa más importante en generar y comercializar energía en Colombia.
El gobierno de Uribe, con el pretexto de capitalizar la empresa y expandir sus inversiones, en el año 2007 vendió un 9% de las acciones a particulares por $562.000 millones. Desde entonces, el 15% de la empresa es de fondos de pensiones y el 57% pertenece a la nación, mientras el restante 19% es de otros grandes accionistas, como Empresas Públicas de Medellín (EPM) y la Empresa de Energía del Pacífico.
A pesar de una supuesta crisis económica de las empresas púbicas, Isagen reportó un total de $385.751 millones de utilidades para 2009. Según el Ranking de las cien empresas más grandes de Colombia, Isagen se ubicó para 2008 en el puesto cuarenta y en cuanto a utilidades en el puesto 17, aumentando en 18,5% respecto al año anterior. Isagen también se ubica entre las de mayor patrimonio, ocupando el puesto trece, y se podría afirmar que en la actualidad es una de las empresas más grandes y rentables del país. Si no, basta que recordemos como cada año se anuncia al público cómo subió el precio de la acción de la empresa y cómo sus accionistas obtienen cada año dividendos: por ejemplo, la empresa pagó un dividendo por acción de $54.7 en 2008 y de $49.7 para 2009.
En 2008, el Gobierno Nacional realizó una comisión de gasto que determinó la venta de varias empresas, entre ellas Isagen. Según los cálculos, el Estado se quedaría con menos de la mitad de dicha empresa, lo que ocasionaría que quede bajo el control de la empresa privada. El principal argumento para vender acciones de Isagen es cubrir un déficit del Estado que hoy se calcula en, por lo menos, tres billones de pesos. Según el gobierno, se requiere pagar los gastos del Estado, pero no ha dejado claro hacia dónde irían esos recursos o hacia dónde se dirigirían las inversiones.
Numerosos expertos opinan que para cubrir el déficit del gobierno no es perentoria la privatización total de Isagen, más cuando las tendencias mundiales indican que sectores estratégicos, como el de la generación de energía, deben mantenerse en manejo del Estado. El gasto público, que debería estar soportado desde lo que recibe anualmente por impuestos y por las utilidades de sus empresas rentables, se pretende financiar con los dineros de la privatización, dejando al país sin posibles entradas a futuro y convirtiendo los bienes públicos en plata de bolsillo de los gobiernos de turno.
La venta de Isagen es claramente una mala decisión, pero, aún así, se busca concretar el anuncio que en junio de 2007 realizó el Ministerio de Hacienda y en el que no se ha avanzado. Al parecer, Uribe busca concretar en los poco más de 120 días que le quedan como presidente, la venta de Isagen.
¿Qué pretenderá? ¿Tapar algún hueco fiscal no justificado o regalar Isagen a alguno de sus amigos empresarios?
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