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Marzo 9 de 2009

Ecopetrol y la empresa multinacional Glencore hasta hace poco trabajaban en el desarrollo del Plan Maestro de la Refinería de Cartagena, la cual procesa unos 75.000 barriles de crudo al día y tiene proyectado alcanzar los 200.000. Sin embargo, Glencore anunció, el pasado 16 de febrero, que se retirará del proyecto, lo que ha revivido la propuesta de la Unión Sindical Obrera (USO) para que Ecopetrol asuma el proyecto en su totalidad y las utilidades de la refinería queden en Colombia.

Contrario a esto, Álvaro Uribe ha dado la bienvenida a Petrobras, contradiciendo al ministro de Minas y Energía, Hernán Martínez Torres, quien está de acuerdo con seguir el proyecto sin empresas multinacionales de por medio. Además, existe la posibilidad de que Glencore no cumpla con las cláusulas por el incumplimiento del contrato y por el retraso de las obras de infraestructura, al proponer el gobierno que se le debe pagar a la multinacional lo aportado en la sociedad.

A pesar de que la USO había manifestado que Ecopetrol podía adelantar el plan maestro cuando éste se empezó a formular, en 1995, y de un aval del Ejecutivo en ese entonces, los gobiernos siguientes desecharon la iniciativa con el argumento de evitar comprometer las cuentas centrales del Estado, al ser Ecopetrol una empresa pública por acciones que influía en las cuentas de cada administración. De esta manera, un negocio que recupera la inversión en cinco años y tiene una taza de retorno del 20% se compartió con Glencore como socio mayoritario.

Ecopetrol aportó la refinería de Cartagena y 150 millones de dólares. Glencore, por su parte, se comprometió a terminar el resto de las obras. Sin embargo, la compañía con experiencia en extracción de carbón y diamantes no ha cumplido con las obras de adecuación de los terrenos donde se construirían las plantas de tratamiento, lo que significaría un retraso de año y medio en la ejecución del contrato.

Tras el anuncio de Glencore de retirarse, la empresa adujo que la crisis mundial y el bajo costo del petróleo eran las razones para terminar la sociedad y, luego de advertir que no terminaría la etapa de adecuación de terrenos para junio de este año, pidió que se venda su participación. Después de las declaraciones de Glencore, el presidente de la USO, Germán Osmán, manifestó que “está muy bien que se retire, porque nosotros podemos hacerlo directamente; pero nos parecería un absurdo que, además de incumplir el contrato, tengamos que pagarle por ese retiro”. Además, le pide a los órganos de control del Estado, como la Procuraduría y la Contraloría, que vigilen las cláusulas de incumplimiento que debe tener el contrato, con el objeto de evitar que Glencore evada sus responsabilidades.

Ecopetrol compró el 5% de la producción de Perú y tiene el capital necesario para invertir en un negocio que no tiene el riesgo de perforar y que, por el contrario, genera rentabilidades cuantiosas al producir, según cálculos, 40.000 toneladas diarias de petroquímicos de la mejor calidad. Por eso, sorprende que el presidente invite a Petrobras como socio estratégico para que se quede con el 51% de las acciones de la refinería. Además, la intervención de un socio estratégico demorará aún más las obras que se necesitan para que la última planta de tratamiento pueda funcionar, hasta una fecha que puede estar entre 2013 y 2015, lo que afecta la rentabilidad del negocio y que se pueda cumplir con los protocolos de Kyoto en cuanto a reducción de azufre en gasolina y ACPM.

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