Por: Fernán Medrano – marzo 27 de 2018
Todo lo que realiza el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela es observado con un telescopio espacial por todos los medios de comunicación del orbe. Este país caribeño no solo tiene la mayor reserva de petróleo del mundo sino que, además, ha sido transformado en una cantera de noticias, más falsas que reales, para las empresas de la desinformación.
La situación de la nación suramericana es compleja, por no decir más. Sufre un bloqueo comercial inscrito en una guerra económica. Con todo eso, el horizonte está claro para el pueblo bolivariano. Es claro que se debe persistir creyendo en la gente humilde. No hay otra solución. Más cultura, más educación, más conciencia, más paciencia y más ocupación que preocupación. Como el Ave Fénix, los pueblos siempre renacen de las cenizas.
El expresidente de Uruguay, José ‘Pepe’ Mujica, aseguró que en Venezuela hay exceso de democracia. Si la memoria no me falla, el expresidente de Brasil, Luiz Inácio ‘Lula’ Da Silva afirmó lo mismo durante una reunión con Hugo Chávez. Desde la llegada del chavismo al poder en Venezuela se han llevado a cabo una considerable cantidad de elecciones. Las cifras son exageradas. Es algo que no tiene precedentes en ninguna otra democracia. Esto es inconcebible en Estados Unidos, por ejemplo, donde el jefe de Estado no es elegido de manera directa por los ciudadanos estadounidenses sino a través de los miembros de un colegio electoral. Adicionalmente, el sistema electoral de Venezuela es electrónico, está blindado y ha sido verificado e incluso aprobado hasta por el expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter.
¿No les parece en verdad muy coherente con la lógica del absurdo el hecho de que la democracia en la antigua Grecia mantuviera a unos seres humanos postrados en la esclavitud? Era la ateniense una democracia con personas esclavizadas, pero era democracia, según nos enseñan en la escuela. ‘E pur si muove’. Y sin embargo se mueve, dijo Galileo Galilei.
A pesar de la campaña difamatoria contra Venezuela, nadie puede decir que en aquel país ha habido un solo ser humano ‘guillotinado’ por sus actuales líderes. Es verdad que en cualquier proceso humano hay fallas, hay una curva de aprendizaje. Bienvenidas las críticas solidarias, pues lo que ocurre allí tiene pocos años de existencia y no se le debe exigir madurez todavía.
No estoy seguro de que en Venezuela haya un ‘arroz con mango’, una mezcla poco imaginable. Pero, como indica el refrán popular, en el camino se van ajustando las cargas. El país bolivariano ha ido avanzando hacia el equilibrio en diversos aspectos, sobre todo en el asunto de las elecciones. La falta de votaciones había obedecido en parte a la búsqueda persistente de armonía política. No se debe decir que la ausencia de sufragios es síntoma de dictadura, lo cual da cabida para una mala interpretación de lo que es la democracia. No perdamos de vista que hasta Adolfo Hitler fue elegido por el pueblo alemán en las urnas y la sociedad de ese país en ese momento no puede tomarse por un ejemplo de democracia.
Ernesto Sábato escribió que hay cosas cuya definición sabemos si no nos la preguntan, pero que titubeamos cuando nos interrogan sobre su significado. Acaso la democracia es una de esas cosas. Sin embargo, ya sabemos que los pueblos siempre han encontrado la solución ante los desafíos que les platea la marcha de la historia. Venezuela avanza en esa dirección. El bravo pueblo venezolano resiste, persiste y no desiste.
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