Por: Javier Darío Restrepo – septiembre 7 de 2007
El proyecto Excelencia en Periodismo de Estados Unidos, publica anualmente un reporte sobre el estado de la prensa en ese país. En el correspondiente a 2006 registró las caídas de circulación de los diarios metropolitanos:” fueron las caídas de circulación más fuertes”, anotó. Se refería a los tres rotativos de mayor importancia en los Estados Unidos que “son las organizaciones de noticias que cuentan con más recursos y mayor motivación para actuar como vigilantes de las organizaciones gubernamentales, para identificar las tendencias y para definirse como el foro público de la comunidad mayor.”
Significativamente el mismo reporte registró: “mientras que los semanarios alternativos y la prensa étnica iban creciendo, muchos pequeños diarios locales han desaparecido.”
Más adelante el informe le puso números a sus afirmaciones: “La prensa semanal alternativa continuó creciendo. Su circulación llegó a 7.64 millones en 2005, el número más alto desde 2006. El resto de los medios continuaron pasando tiempos difíciles. Los periódicos tuvieron una preocupante caída en circulación durante 2005, del 3%. Entre 1990 y 2004, la industria ya había perdido el 12% en circulación diaria.”
Si ustedes querían conocer la importancia que hoy tiene la comunicación alternativa, estos datos proporcionan un elocuente indicio que nos lleva a preguntar: ¿por qué mientras la prensa comercial cae, a pesar de sus esfuerzos y la utilización de técnicas de mercadeo y la incorporación de innovaciones tecnológicas, la prensa alternativa, de modesta tecnología y sin recursos para contratar expertos en mercadeo, crece? Ensayaré unas respuestas que, a la vez, nos darán la pista de unos hechos que explican la importancia creciente que está adquiriendo la comunicación alternativa, entendida como opción ante la comunicación comercial.
Primer hecho. La prensa alternativa llena los vacíos que deja la comunicación comercial. Es lo que no es esta comunicación. La sola existencia de la prensa alternativa notifica que algo está mal; por eso la prensa alternativa tiene algo de grito de protesta, de denuncia de algo indebido. Acusa, por ejemplo, por la negación de un derecho a la información, libre de intereses o de sesgos impuestos por algún poder; quizás ha sido esta la razón para que se la vea como una comunicación marginal, clandestina y de controversia. Hace unas décadas se hacía como una forma de protesta contra el régimen político imperante o para difundir ideologías que buscaban desesperadamente un espacio para expresarse. Hoy, al responder a las necesidades informativas insatisfechas de las personas y de su sociedad, los medios alternativos se han convertido en una denuncia contra la comercialización de los medios, por eso son vistos como la otra comunicación, la que es distinta y en eso radica su fuerza y su importancia. De este, se deriva un segundo hecho.
Segundo hecho que constituye una paradoja. Mientras la comunicación comercial hace depender su éxito de la adopción de nuevas tecnologías, para el medio alternativo la innovación tecnológica es importante pero no es lo primero ni lo indispensable. Mantiene una actitud de entusiasmo condicionado frente a las brillantes y atractivas ofertas de la tecnología. No vuelve los ojos al otro lado cuando la evolución técnica despliega sus logros en productos de eficacia colindante con lo mágico y sobrenatural, pero es consciente de dos consecuencias dañinas para el acto de comunicación:
- La primera pone en peligro la eficacia del comunicador, en este caso el periodista, quien a medida que aumenta su confianza en los productos de la tecnología – primero fueron las grabadoras, ahora son las aplicaciones de lo digital- verde sus habilidades. Así como la grabadora está preparando la aparición de periodistas sin memoria, sin atención, sin capacidad de reacción frente al sofisma o la mentira, Internet con sus aplicaciones infinitas amenaza la capacidad crítica, la de análisis o la de investigación.
- Pero la consecuencia más visible de esta sumisión ante la tecnología ha sido el encarecimiento de los equipos de trabajo. Cada nuevo adelanto ha implicado venta a pérdida de los antiguos equipos y complejas operaciones financieras para adquirir los nuevos; trámite en el que suelen quedarse enredados jirones de la independencia y de la dignidad de los medios.
El medio alternativo, consciente de su condición y de su misión tiene en cuenta estas consecuencias y obra con una prudencia que le indica que la tecnología no es lo primero, sino un factor subordinado a sus más altos objetivos.
Tercer hecho. Lo que la comunicación alternativa no tiene en tecnología se lo compensa su credibilidad, por eso entrega un producto de tecnología modesta, pero en el que se puede creer. Dentro de la civilización actual, marcada por la desconfianza, mantenerse confiable es un sello original, pero sobre todo, es una garantía. En las últimas décadas del siglo XX Alvin Toffler registró la creciente desaparición de los medios comerciales y el aumento de as publicaciones alternativas cuya fortaleza, pronosticó, sería su alta credibilidad. Al reducir los costos de su producción por el uso de tecnologías baratas, al romper l dependencia de fuentes de financiación, al configurarse como instrumentos de servicio para comunidades concretas y definidas, los medios alternativos preservan su independencia y la convierten en el punto de apoyo de su credibilidad. Que en esto también se destaca su diferencia con el medio comercial, expuesto a toda hora a las presiones de los poderes y bajo permanente sospecha de sumisión a toda clase de intereses.
Cuarto hecho. Los hechos anteriores hacen posible este otro: el medio alternativo está respondiendo a las expectativas que el medio comercial no satisface.
A medida que los medios comerciales se concentran en pocas manos, disminuyen las posibilidades de acceso a la información, bien sea por la vía del derecho a participar y a decir su palabra, o del derecho a ser informado veraz y oportunamente.
Sí, se publican cartas de lectores, se hacen encuestas entre ciudadanos para responder sí o no a preguntas cerradas, se abren los micrófonos y las vías de Internet, pero nada de esto quiere decir que el ciudadano tenga acceso libre a los medios. La legislación colombiana limita el derecho de réplica a los políticos y medios oficiales; en los medios comerciales dueños y directores determinan quién escribe, qué personajes figuran, cuáles se invisibilizan. Funcionan como clubes privados con derecho de admisión. La tendencia en el medio alternativo es, o debe ser, la contraria. Todas sus técnicas están enderezadas a la sintonía y captación de la voz de la comunidad porque a más participación de la base popular, mayor arraigo del medio alternativo.
El medio comercial suele producir información en una sola dirección, desde el poder en cualquiera de sus instancias, hacia los receptores. Las voces de la mayoría de la población se sienten como voces menores y subordinadas, al contrario de lo que sucede en el medio alternativo que prioriza la palabra de la población y subordina la de los poderes a esa expresión.
El medio comercial, sometido a las leyes del mercadeo, se mantiene a la caza de la información trivial pero llamativa y afina sus habilidades para convertir en ligeras, hasta las más importantes de las historias diarias; criterio que el medio alternativo descarta sistemáticamente porque lo suyo es darle despliegue e importancia a todo lo que es importante para la comunidad de sus receptores.
El acceso del medio comercial a los sectores populares se está haciendo por la vía de los tabloides vespertinos y periódicos populares, que crecen a la sombra de los diarios tradicionales, como otra fuente de ingresos. Su filosofía está inspirada en la idea que los empresarios tienen del lector popular. Según ellos estos grupos humanos solo tienen capacidad para entender y asimilar los hechos sórdidos: crimen, sexo sin dignidad, corrupción, catástrofes y aberraciones. El mundo que se diseña desde estos diarios es un universo de presidiario. Allí no tienen cabida los temas que se destacan en el diario de la mañana, dirigido a una parte de la sociedad que, según estos empresarios, necesita informarse sobre economía, política, vida internacional, cultura, ciencia, arte, temas que no venden en el medio popular, según dicen y repiten los editores y gerentes de la prensa comercial.
La prensa alternativa tiene una mejor idea de la inteligencia y de la sensibilidad de los sectores populares y les entrega un material diferente con el que responde a sus expectativas de información.
La prensa alternativa tiene ante sí el reto de enormes proporciones de responder a la expectativa de una sociedad que necesita una información que la dignifique y que le de elementos para ser libre. Ante el hecho universal de la contaminación de la información, la prensa alternativa sabe que debe producir información descontaminada. Es cierto, el mundo está reaccionando a la defensiva frente a la contaminación del aire, del agua, de los alimentos, de las medicinas e incluso frente a la contaminación visual y auditiva, pero apenas si está tomando nota de la contaminación informativa. Los que sienten necesidad de protección también en este campo son los que aprecian la diferencia en el medio alternativo en tanto, en cuanto este medio es consciente de que parte de su singularidad es la respuesta a esta expectativa.
Finalmente aparece otra expectativa nacida de la percepción de una prensa que siempre habla desde arriba, con la arrogancia propia de los dueños de la verdad y del poder. Al medio alternativo se lo percibe en una actitud distinta, que es la clave de su eficacia comunicativa. De alguien tomo prestada la expresión: la mejor comunicación es la que se hace entre iguales. Esta comunicación horizontal en que comunicador y receptor están al mismo nivel, es la que se presiente en el medio alternativo, nacido en la comunidad, al servicio de la comunidad y con la ayuda y el lenguaje de la comunidad.
Por todas estas razones la comunicación alternativa es importante. Pero así mismo puede perder su importancia por la vía de estas equivocaciones.
Primera equivocación. Cuando el medio alternativo comienza a parecerse a un medio comercial. Y esto ocurre al copiar la misma lógica comercial y empresarial de los medios comerciales, apremiado por urgencias económicas.
Esos mismos apremios inclinan al medio alternativo a reproducir la agenda de los grandes medios: temas ligeros para entretener, temas importantes presentados en tono liviano y divertido, acercamiento al poder para obtener beneficios, compromisos políticos y sociales convenientes para la empresa, en fin, que el medio alternativo a fuerza de andar, hablar, vestirse y sentir como el medio comercial, acaba por ser él también un medio comercial, perdida progresiva y casi insensiblemente, su singularidad.
Segunda equivocación. La improvisación de sus mecanismos de financiación. Se trata de una generación autónoma de ingresos, de diversificar las fuentes de financiación o de entrar al mercado de servicios sin perder su fisonomía propia ni su independencia. El ideal, sin duda, sería la combinación de dos factores: la austeridad en materia de tecnología y una financiación proveniente de la comunidad que retribuye en parte al medio alternativo. Los empresarios están comenzando a aprender que la credibilidad vende y buena parte de las más productivas reformas en las empresas tienen que ver con ese hecho. Es un activo que el medio alternativo tiene a su disposición.
Tercera equivocación. La singularidad misma del medio alternativo da lugar a otros errores:
- La tendencia a concentrarse en sí mismos, por tanto es acertado intercambiar información e iniciativas con otros medios, crear redes para influir en los medios masivos, apoyar grupos de consumidores de información. Alternar, compartir, colaborar, es ser alternativos. Desconfiar de los otros, clasificar como competencia todo lo que se mueva más allá de la propia ventana, temer el intercambio, es manejar la lógica solipsista de los medios comerciales obsesionados y aterrorizados por la competencia.
- Es cierto que el medio alternativo no se compromete en la carrera tecnológica de los medios comerciales, pero esto no significa apostarlo todo al desgreño técnico. Las propuestas para lograr calidad, parten de la capacitación del personal en técnicas de comunicación –internet, por ejemplo,- que con sus inmensas posibilidades, no se le abre a las improvisaciones. Se agrega a esta propuesta la de crear una base de datos con un inventario de recursos humanos, técnicos, institucionales, financieros y de ejes temáticos. Complementa lo anterior, la práctica de la autocrítica y el propósito de mantener estándares de calidad cada vez más exigentes.
- También es un error común de los medios alternativos el sobreuso de la denuncia y la victimización. La protesta equilibrada con la propuesta, la denuncia que es una parte de la realidad, completada con la otra parte, o sea la información de lo que se hace o se puede hacer para superar el mal denunciado, dan una visión completa de los hechos, descubren el potencial re creador que hay en la sociedad y en las personas y crean un clima de esperanza, necesario para salir de las crisis.
- El medio alternativo, denso en contenidos ideológicos y políticos suele caer en el error de prescindir de contenidos culturales. Un medio alternativo, convertido en un desierto sin música, sin drama, sin relatos, sin colorido, es un error empresarial y refleja una visión indigna de los receptores. La propuesta consiste en una operación entusiasta de rescate de la identidad de la sociedad. Se trata de recuperar lo humano, la historia común, la afectividad.
Termino estas reflexiones compartiendo con ustedes mi reacción cuando en una revista costosa encontré, desplegadas, como informe central, las imponentes fotografías de los directivos de los más importantes periódicos del continente. Aparecían allí, enmarcados en ambientes señoriales y lujosos, y en algunos casos en poses que me hicieron recordar las pinturas de reyes poderosos de la antigüedad . A partir de ese detalle, la memoria activada me hizo volver a aquellas épocas en que los reyes franceses, anteriores a la revolución, retenían el monopolio de la información con tal rigor que en 1789 los presos encerrados en la Bastilla eran, en su mayoría, personas vinculadas a la prensa que habían osado imprimir alguna hoja periódica en contra del mandato real. La revolución le puso fin al privilegio de los reyes, que con los años pasó a estas castas dominantes, aunque no coronadas, de los dueños de los grandes periódicos.
Subvierte ese estado de cosas, una prensa alternativa capaz de reemplazar la lógica del poder por la del servicio, una lógica comercial por una de cooperación, una actitud de exclusión y de menosprecio de una parte de la población, por una de dignificación y valoración de todos los receptores de la información. Es como descubrir un mundo nuevo, o mostrar la cara oculta de la luna, ni más ni menos. Por eso entiendo que es importante y apasionante el mundo de los medios alternativos: es un mundo nuevo.
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