Por: Marcos Silva – septiembre 11 de 2007
El costo de la carne de res se disparó y el consumo decrece. Éste, a principio de los noventa, era de 36kg/habitante/año. Hoy es de 15.5kg. Ha crecido el consumo de pollo, pero lejos está de ser equivalente. En Argentina era y es de 60 kilos/habitante/año.
El consumo medio se concentra en los estratos 5 y 6. Si el 60%, o más, de los colombianos viven bajo la lìnea de pobreza, con menos de dos dólares diarios, ¿cuál será su consumo medio?
Aunque nutricionistas y otros trabajadores de la salud pontifiquen sobre la inconveniencia del consumo de carnes rojas, estas siguen siendo la mejor fuente de proteínas para los humanos. La desnutrición en Colombia ha crecido. Han reaparecido enfermedades asociadas a la desnutrición. En el alto gobierno, hay funcionarios que son conscientes de esta realidad pero prefieren soslayarla para no interferir los intereses de los potentados ganaderos y terratenientes.
El gobierno y sus congéneres ganaderos y <em>paracoganaderos</em>, alborozados, anuncian la exportación de carne bovina, sin interesarles lo que ocurra con el costo y el consumo de los colombianos. Entre tantas otras, ésta es prueba fehaciente de que el actual gobierno sólo defiende los intereses de los ricos.
El presidente Kirchner, el año pasado, al dispararse la exportación de carne Argentina, intervino el mercado para garantizar la estabilidad de los precios y el consumo interno. En Colombia, con la tendencia de precios, la carne de res se convertirá en producto de lujo, inalcanzable para más del 60% de colombianos.
¿Tiene el gobierno políticas para la producción ganadera? No. Queda a voluntad, capricho y tradición de ganaderos, que siempre son aliados del gobierno de turno, pero en especial del presente. Se conoce que más de 40 millones de hectáreas son sabanas dedicadas al hato ganadero, pero el inventario no supera los 22 millones de cabezas, mientras que Argentina supera los 58 millones, con 36 millones de habitantes.
La pobreza en el campo supera el 80% y es donde se concentra la mayor desnutrición. La mayoría de campesinos no tienen ni una vaca: ¿no tienen derecho?
No hay políticas para democratizar la industria ganadera. A los campesinos los engaña el gobierno con la falacia politiquera del programa de guardabosques y las afrentosas e indignantes limosnas para las llamadas familias en acción. Con programas de esta índole nunca se podrá superar la pobreza y la miseria, y los alimentos de mayor potencial nutricional cada día serán más inalcanzables para las mayorías empobrecidas. ¿Qué piensan y proponen los congresistas al respecto? La solución sostenible del conflicto interno, sin equidad y democracia real es imposible. Colombia lo que tiene es una democracia de papel.
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