Noviembre 29 de 2007
La situación cotidiana de la población en países como Colombia está enmarcada en la inequidad en la distribución de ingresos y la aguda desigualdad social. Para el caso del empleo de Colombia se caracteriza por ser un país con altas tasas desempleo y desmedido crecimiento del sector informal.
En este sentido, los jóvenes y mas aun en situación de pobreza, son uno de los sectores más perjudicados por tal situación, las altas tasas de desempleo en promedio duplican a las de los adultos, con baja calidad, escasa productividad del trabajo y bajísimos salarios.
Según un estudio sobre economía informal de la Oficina Internacional del Trabajo en Ginebra se corrobora que los jóvenes -especialmente los pobres- acceden de forma mayoritaria al mercado laboral en el sector informal con cifras de hasta el 71.7% para el grupo entre 15 y 19 años y 51.4% para el grupo de 20 a 24 años.
La Tasa General de Participación en Colombia -TGP- para las edades entre los 18 y 22 años alcanza el 65.1% una de las mas altas en toda la población. Es necesario tener en cuenta que esta medición considera que una persona ocupada es aquella que labore al menos una hora a la semana con algún ingreso sin importar la cantidad ni origen y a algunos miembros de la familia que no reciben remuneración como amas de casa y menores de edad. Igualmente, después de los 18 años, los jóvenes irrumpen de manera masiva en el mundo del trabajo y su TGP alcanza 65.1% en el rango entre 18 y 22 años, cuando deberían estar cursando estudios superiores.
En este sentido, es a los jóvenes a los que más afecta las nuevas formas que ha adquirido el mundo laboral, como son los contratos de aprendizaje, contratos a destajo o por resultados, subcontratación y contratos de prestación de servicios modalidades que han sido resultado de la aplicación de la flexibilización laboral reforzada con la más reciente reforma laboral. Las cifras comparativas entre 1994 y el 2003 para los jóvenes lo demuestran: los contratos laborales pasaron del 65.5% al 40.8%, los trabajadores por cuenta propia o independientes, fórmula del rebusque y de los contratos de prestación de servicios, se duplican del 14.3% al 25.6%, los ayudantes familiares sin remuneración en el agro y tiendas y pequeños negocios del 1% al 15.2%.
Esta es la precariedad del mercado laboral, cada vez más aguda en Colombia. Según las cifras la precariedad en los mercados laborales de la región afecta a uno de cada tres trabajadores y entre los jóvenes a dos de cada tres.
La situación laboral de la juventud es compleja y más aun con la precarización del empleo, la que trae consecuencias a corto y largo plazo. A corto plazo fundamentalmente bajos ingresos pues se estima que los ingresos de los trabajadores informales fluctúan entre 60% y 77% de los ingresos de los ocupados en el sector formal y la casi inexistencia de prestaciones sociales “vacaciones, cesantías, primas, etc“ .
En el mediano y largo plazo al vincularse los jóvenes al mercado laboral informal como mano de obra baja o medianamente calificada o con sus negocios propios, reciben con malos salarios e inestables sin reunir el número de semanas necesarias o bonos suficientes, o el capital que acumulan no es suficiente para autofinanciarse una jubilación digna, en otras palabras: el futuro pensional de los jóvenes de hoy es totalmente incierto.
Teniendo en cuenta lo anterior, cada vez es más precaria la situación de los jóvenes en el país, y las consecuencias que esto traerá, sin políticas sensatas de empleo que la contrarresten, serán más nefastas para la población en situación de pobreza en el país, pues son los jóvenes el futuro de Colombia.
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