Stefania Maurizi, periodista investigativa - Foto: Valeria de Rose

Por: Francisco Contreras*

La periodista italiana Stefania Maurizi, durante su visita en Suecia habló con Francisco Contreras, editor internacional de la revista sueca Parabol y colaborador de El Turbión, y asegura que el gobierno de Estados Unidos accedió a liberar a Assange porque temía perder en los tribunales y porque Biden no quería un caso de espionaje durante la campaña electoral que pudiera poner a los medios en su contra.

La periodista Stefania Maurizi está en el centro de atención con su libro Poder Secreto, WikiLeaks y sus Enemigos , publicado por PLuto Press. El libro fue publicado el año pasado y ahora ha sido actualizado tras la liberación de Julian Assange. Cuando nos encontramos en Estocolmo, espera que pronto se publique en sueco, después de todo, Suecia jugó un papel central en los 14 años en los que Assange estuvo encerrado, primero en la embajada de Ecuador en Londres y luego detenido en la prisión de alta seguridad británica de Belmarsh.

Como periodista de investigación en los diarios italianos La Repubblica y L’Espresso, Stefania Maurizi publicó los documentos ultrasecretos filtrados por WikiLeaks sobre crímenes de guerra de Estados Unidos en Irak, Guantánamo y Afganistán, entre otros. Dejó L’Espresso en 2020 para poder continuar con su trabajo relacionado con WikiLeaks. Durante siete años, colaboró con el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, mientras este se encontraba refugiado en la embajada de Ecuador.

Actualmente, Maurizi trabaja para el prestigioso diario italiano Il Fatto Quotidiano, el único periódico, junto con el más pequeño Il Manifesto, que no está en manos de oligarcas, señala. Todos los demás periódicos pertenecen a empresarios ricos con grandes intereses económicos.

Stefania Maurizi en entrevista por el editor internacional de Parabol, Francisco Contreras. Foto: Arne Ruth.

FC: ¿Has visto a Julian Assange desde que fue liberado de la prisión de alta seguridad de Belmarsh?

SM: Sí, en una audiencia en el Consejo de Europa en Estrasburgo en octubre. Dio un discurso oficial allí y vi que se había recuperado bastante bien. No esperaba que lo hiciera tan rápido. Sin embargo, si lo conoces bien, puedes notar que todavía no está del todo bien. Aún necesita tiempo. Espero que la gente respete esto. Estuvo detenido por mucho tiempo. Fue terrible. No podía salir al aire libre. Estaba bajo constante amenaza. Fue realmente, realmente horrible.

FC: ¿Por qué liberaron a Assange?

SM: Creo que fue el resultado de varias circunstancias. Afortunadamente, se llegó a un acuerdo ahora. Con Trump en el poder, habría sido extraditado en solo unos meses. Primero estaba el caso judicial. Lo decisivo fue que si era extraditado a Estados Unidos, no podría ser protegido por la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos. Esta enmienda es una protección constitucional para la libertad de prensa en Estados Unidos, que protegió al New York Times y al Washington Post cuando publicaron la mayor revelación explosiva en la historia del periodismo: los Papeles del Pentágono. Desde Estados Unidos, se afirmó que Assange no podía estar protegido por esta enmienda porque no era ciudadano estadounidense.

“Afortunadamente, se llegó a un acuerdo ahora. Con Trump, habría sido extraditado en solo unos meses”

Otro factor fue la campaña a favor de Assange. Su esposa Stella y su familia llevaron a cabo una campaña fantástica. Activistas de todo el mundo se movilizaron, y periodistas escribieron sobre lo devastador que era el caso para la libertad de prensa. Parlamentarios y todo tipo de personas ejercieron presión sobre las autoridades británicas y estadounidenses. También fue vergonzoso que tanto China como Rusia utilizaran el caso para atacar a Estados Unidos y al Reino Unido: ¿cómo se atrevían a criticar a otros cuando tenían un caso de espionaje en su propia casa? Así que las presiones políticas y públicas funcionaron.

Foto: Rebelión

Además, creo que la administración de Biden no quería un caso de espionaje durante la campaña electoral. Habría sido algo así como una pesadilla, con todos los medios en su contra. Los medios estadounidenses entendieron que, si el caso de espionaje contra Assange, un periodista que reveló crímenes de guerra, avanzaba por primera vez en la historia de Estados Unidos, ellos serían los próximos. Todos comprendieron que el día en que Julian pusiera un pie en Estados Unidos y fuera juzgado por espionaje, sería un circo mediático.

Parlamentarios y todo tipo de personas ejercieron presión sobre las autoridades británicas y estadounidenses.

Con Trump, no se sabe, porque hay una guerra constante entre él y los medios. Además, fue la administración de Trump la que presentó cargos contra Julian, no Biden. Pero la administración de Biden fue completamente cómplice, ya que podrían haber desestimado tanto el caso como el procedimiento de extradición y los cargos de espionaje, pero no lo hicieron.

El problema con el acuerdo es que ahora estamos en una situación que es una pesadilla desde el punto de vista legal. Él está libre gracias a un acuerdo que no pasó por un tribunal. Esto no constituye un precedente jurídico.

FC: Así que fue un acuerdo político.

SM: Sí, fue un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos. No tiene el mismo valor que una decisión de la Corte Suprema. Una sentencia habría establecido un precedente jurídico, al igual que la decisión de la Corte Suprema en el caso de The Pentagon Papers, que determinó que es legítimo publicar documentos clasificados. Pero en el caso de Assange no tenemos tal sentencia.

A pesar de ello, Estados Unidos ha logrado crear un precedente que establece que si publicas documentos secretos, puedes ser procesado por violar la Ley de Espionaje (The Espionage Act).

“Las leyes de seguridad de Estados Unidos se aplican sin importar si eres sueco, alemán o australiano.”

Esto es devastador para la libertad de prensa, ya que el próximo periodista que obtenga un video secreto y lo publique, corre el riesgo de enfrentar la misma pesadilla y ser aplastado como lo fue Julian. Utilizarán la Ley de Espionaje y no aplicarán la protección de la Primera Enmienda si el periodista no es ciudadano estadounidense.

No ganaron el caso de alguna manera. No pudieron extraditarlo ni encarcelarlo de por vida. Pero tampoco perdieron, porque crearon un precedente que implica que utilizarán la Ley de Espionaje contra cualquiera que se atreva a revelar secretos incómodos.

FC: ¿Qué dice el acuerdo?

SM: El acuerdo en sí es terrible. Según el acuerdo, su “crimen” es haber recibido y publicado documentos clasificados. Su “crimen” es el periodismo. Publicó documentos de un interés público excepcional que revelan crímenes de guerra, abusos, ejecuciones extrajudiciales y tortura. No se le acusa, por ejemplo, de hackeo, de haber recibido los documentos de forma ilegal o de haber conspirado con Chelsea Manning para descifrar contraseñas.

Tuvo que aceptar el acuerdo. No tenía opción. La alternativa era ser extraditado y condenado a cadena perpetua. Hizo lo correcto para salvar su vida. En Estados Unidos no habría tenido un juicio justo. Con la Espionage Act, no puedes argumentar que publicaste documentos porque revelaban crímenes extremadamente graves. Eso no se tiene en cuenta. Ni siquiera se te permite explicar por qué revelaste documentos sobre las guerras en Afganistán e Irak o sobre Guantánamo. Haberse resistido habría sido sacrificarse por completo y destruir su vida inútilmente. Por eso hizo lo correcto, porque no había otra alternativa.

Lo preocupante es cómo utilizarán la Ley de Espionaje en el futuro. Están creando un precedente por primera vez en la historia. Hasta los años 70, era posible publicar este tipo de documentos, como ocurrió con los Pentagon Papers. La sociedad aceptaba que los periodistas tenían el derecho de publicar documentos clasificados para exponer crímenes extremadamente graves contra los derechos humanos. Ahora, eso se considera un crimen.

Pero esto debe ser posible en una democracia. Esa es la diferencia entre las democracias y los estados autoritarios. En los estados autoritarios, no puedes hacerlo. Te matan. Envían asesinos. Te encarcelan de por vida. En una democracia, debe ser posible exponer los crímenes del estado, revelar los secretos sucios del estado.

No ganaron el caso. Pero tampoco perdieron, porque crearon un precedente que significa que utilizarán la Ley de Espionaje contra cualquiera que se atreva a revelar secretos incómodos.

FC: ¿Cómo entraste en contacto por primera vez con Assange y WikiLeaks?

SM: Entré en contacto con WikiLeaks en 2008. Antes de empezar a trabajar en el caso de Assange y WikiLeaks, ya había realizado varios trabajos de investigación, como sobre la proliferación de armas nucleares. Sin embargo, creo que mi trabajo relacionado con WikiLeaks es el más importante que he realizado como periodista.

Me conecté con WikiLeaks debido a mi interés por proteger a las fuentes. Una de mis fuentes, que quería hablar conmigo sobre una información sensible que tenía, estaba convencida de que sus conversaciones estaban siendo interceptadas. En realidad, no hay manera de saber con certeza si estás siendo vigilado. Puede ser una idea paranoica o puede ser verdad. Pero esta fuente tenía tanto miedo que se negó a reunirse conmigo, y hasta el día de hoy, 15 años después, todavía no sé qué sabía. Entonces me di cuenta de que necesitaba buscar mejores formas de proteger a las fuentes. Las computadoras, los teléfonos móviles y los correos electrónicos están bajo una fuerte vigilancia. Incluso organizaciones pequeñas pueden acceder a tu teléfono y correo electrónico.

FC: ¿Quién espía a los periodistas?

SM: Hoy en día, todos. No sólo los servicios de inteligencia y la policía espían a los periodistas. Incluso las grandes empresas tienen un departamento de seguridad para espiar a los periodistas que podrían amenazarles con denunciar sus actividades. Intentan averiguar quién habla con los periodistas. Tengo historias increíbles de colegas que cubren la corrupción empresarial y que han sido espiados. Así que si no protegemos a las fuentes, las fuentes no hablarán con nosotros.

FC: ¿Y cómo se hace eso?

SM: Es difícil. Tenemos tecnología, por supuesto. Pero la tecnología también permite a nuestros enemigos, a los que espían a los periodistas, conocer las fuentes que hablan con nosotros.

Pensé que tenía que proteger mejor las fuentes. El correo electrónico y el teléfono no son buenos, ni siquiera las reuniones cara a cara. Porque pueden seguirte. Pueden ver quién está hablando contigo. Mi idea era utilizar la criptografía, porque soy matemática. Pero no sabía cómo utilizarla en la práctica. Por aquel entonces, la criptografía no era común. No había WhatsApp, no había Signal, no había nada. Lo que había era PGP, que no es fácil de usar.

Quería aprender de alguien que pudiera darme esa experiencia y una de mis fuentes, un experto en criptografía me aconsejó que comprobara lo que estaban haciendo un grupo de locos, y los locos eran WikiLeaks. Habían publicado documentos increíbles, como el Manual de Guantánamo para el grupo de trabajo militar que todavía dirige la prisión de Guantánamo. En aquel momento, todavía no habían publicado el vídeo Collateral Murder (Asesinato colateral) que les hizo famosos en todo el mundo.

Momento previo a que un helicópetro Apache asesinara a un periodista de la agencia Reuters que había herido antes y a sus rescatadores – Fotograma del video “Asesinato Colateral”

FC: ¿Así que la criptografía fue el principio de su colaboración?

SM: Sí, en aquel momento eran la única organización periodística del mundo que utilizaba sistemáticamente la criptografía para proteger sus fuentes. Entré la página web de WikiLeaks y me impresionó mucho. Muchos periodistas habían intentado hacerse con el manual de Guantánamo, pero no lo habían conseguido. La Unión Americana de Libertades Civiles, una de las organizaciones de libertades civiles más poderosas, había demandado a la administración estadounidense para intentar conseguir una copia, pero también había fracasado.

Wikileaks recibió inmediatamente una carta del Pentágono pidiéndoles que retiraran el documento, ya que no estaban autorizados a publicarlo. Pero en su lugar, publicaron tanto el correo electrónico del Pentágono como la respuesta negativa. Me impresionó profundamente, porque después del 11 de septiembre, los periodistas desconfiaban mucho del Pentágono, la CIA y la administración estadounidense.

FC: Tras el 11/9, el clima mediático no era muy bueno.

SM: Todo el mundo tenía miedo y todos pensaban que podía haber otro atentado como el 11/9. Así que los periodistas no se atrevían a ir contra la CIA y los servicios de seguridad. Los chicos de Guantánamo eran tratados como lo peor de lo peor. Así que el clima mediático era muy malo.

Pero tuvieron el valor de publicar el documento. Yo quería hacer este tipo de periodismo agresivo. Como periodista, tenía claro que nunca debía ser un instrumento de gobiernos, instituciones o aparatos estatales. Quiero informar y publicar lo que pueda verificar. Así que decidí aprender de ellos a trabajar con criptografía.

¿Cómo fue la primera colaboración con WikiLeaks?

WikiLeaks me llamó en plena noche. Me dijeron que tenía una hora para descargar un archivo de Italia que querían que comprobara un periodista italiano con capacidad de investigación. Querían saber si era auténtico y si era de interés público. El documento resultó ser auténtico y trataba de supuestos negocios de la mafia estatal. Esto fue antes de que publicaran el vídeo Collateral Murder. Mi editor de entonces pensaba que WikiLeaks no era importante. Teníamos muchos problemas propios, corrupción, mafia. ¿Por qué debería importarnos WikiLeaks?

Pero seis meses después publicaron el vídeo y se hizo conocido en todo el mundo. Entonces mi editor pensó que esto era importante y desde entonces he estado trabajando con WikiLeaks en documentos sobre la guerra de Afganistán, la guerra de Irak, los telegramas.

En 2015, tras años trabajando con WikiLeaks, me di cuenta de que Julian, que estaba en la embajada de Ecuador, corría el riesgo de ser extraditado primero a Suecia y luego a Estados Unidos. Y ningún periodista había intentado conseguir la documentación completa del caso. Así que pensé que tenía que hacerlo, porque si no miramos la documentación, no entenderemos el caso.

Julian Assange. Foto: Espen Moe.
Julian Assange. Foto: Espen Moe.

FC: ¿Ningún periodista se había interesado por conocer los hechos del caso?

SM: Me parece increíble, incomprensible, que nadie haya intentado obtener la documentación completa. Porque ¿cómo puedes entender un caso judicial si no tienes los documentos? Has citado a la defensa, has citado a la acusación. Pero cuando sólo se cita a ambas partes, no se está haciendo un trabajo periodístico serio. Tratar de entender los hechos, quién está equivocado, quién tiene razón. Assange seguía siendo investigado desde 2010 y después de cinco años, en 2015, ningún periodista había intentado hacerse con la documentación del caso y tratar de entender lo que estaba pasando.

Para mí fue increíble. Empecé intentando conseguir los documentos de la fiscalía sueca y de la fiscalía británica. Estaba en Londres y al mismo tiempo bajo investigación en Suecia. Los suecos y los británicos tenían que cooperar y hablar entre ellos. Pedí a ambos la documentación. Suecia me dio inmediatamente 226 páginas. Cuando leí los documentos… no podía creer lo que veían mis ojos. Los documentos permitieron entender el gran misterio de por qué el fiscal sueco no fue a Londres a interrogar a Julian. Para luego decidir si lo acusaba de violación o abandonaba el caso de una vez por todas.

FC: La investigación por violación se cerró bastante inmediatamente, pero se reabrió rápidamente.

SM: La investigación preliminar fue reabierta por la fiscal Marianne Ny el 1 de septiembre de 2010, cinco días después de que la fiscal jefe Eva Finné cerrara la investigación por violación pero mantuviera abierta la investigación por acoso sexual.

Durante seis años, la fiscal Marianne Ny se negó a interrogar a Julian Assange y la pregunta es por qué. Se había ofrecido a ser interrogado en la embajada en Londres o por teléfono. Ambas soluciones son perfectamente legales según la legislación sueca. Además, nunca estuvo fuera del ámbito de la ley, ni siquiera cuando fue a la embajada y pidió protección. Por tanto, no había ninguna explicación para que se negaran a interrogarle en Londres,

Lo primero que hizo Ecuador antes de conceder asilo a Assange fue ponerse en contacto con las autoridades suecas. Tengo la carta, que recibí de las autoridades suecas, en la que Ecuador informa a Suecia de que pudieron proporcionar un sistema que permitió a Suecia interrogar a Assange en la embajada. Llegó a la embajada el 19 de junio de 2012 y se le concedió asilo el 16 de agosto de 2012. Pasó dos meses en la embajada sin estatuto de refugiado. Pero Suecia nunca respondió a la carta de Ecuador. Pregunté a las autoridades suecas si podían darme una copia de la respuesta de Suecia a Ecuador. Me dijeron que no había respuesta sueca.

Reino Unido (Londres), 16 de Junio del 2013. El Canciller Ricardo Patiño se reunió con Julian Assange – Foto: Xavier Granja Cedeño/Ministerio de Relaciones Exteriores.

FC: ¿Tiene una teoría de por qué?

SM: Tengo una explicación, no una teoría. La explicación oficial está en las 226 páginas que me dieron. Hay un correo electrónico de las autoridades británicas, la Fiscalía de la Corona británica, aconsejando al fiscal sueco no ir a Londres para interrogar a Julian Assange. Y que podrían interrogar a Assange cuando fuera extraditado a Estocolmo.

Básicamente, le quitaron la única posibilidad de resolver el caso rápidamente, de interrogarle inmediatamente y decidir si se le procesaba. Lo pusieron en un limbo en el que no tenía salida, ninguna posibilidad, siempre estaba bajo investigación, siempre sospechoso de ser un violador, pero nunca fue acusado. Nunca fue interrogado. Era una forma de mantenerlo en ese limbo, en una pesadilla legal.

FC: ¿No es eso Law Fare?

SM: Sí que lo es. En 2013, la fiscal sueca Marianne Ny consideró abandonar el caso de extradición porque Assange no podía ser interrogado. Ella escribió a Londres: “Esto sería un problema no sólo para nosotros, sino también para ustedes”. ¿Por qué un problema para los británicos? Si se tratara de un caso de violación en Suecia, ¿por qué sería un problema para los británicos? Y continúa: “Espero no haber vuelto a arruinaros el fin de semana”. ¿Por qué lo haría? ¿Por qué dejar el caso de extradición sueco arruinaría el fin de semana a las autoridades británicas?

Es obvio que detrás de esto está la investigación británico-estadounidense de WikiLeaks para poner sus manos sobre Julian. Si conseguian extraditar a Julian a Suecia, podrían inmediatamente extraditarlo a los EE.UU. Eso es lo que los abogados de Julian tambien le decían a Julian. No vayas. Porque si vas a Suecia, serás extraditado mucho más fácil que desde el Reino Unido. Espera aquí, que te interroguen aqui. El sistema de justicia britanico es bien conocido y hay una gran cobertura de la prensa.

El destacado abogado Michael Ratner, fundador del Centro para los Derechos Constitucionales, también advirtió a Assange que no fuera a Suecia. “Se te acusará de delitos en virtud de la Ley de Espionaje. Si vas a Suecia, serás extraditado mucho más fácilmente. Es un país pequeño. En el Reino Unido puedes obtener una mejor defensa de los abogados más eminentes. Suecia también tiene una jurisdicción diferente”, le dijo el Señor Ratner.

Las autoridades británicas entendían que, pasara lo que pasara, saldrían ganando. Si lo extraditaban a Suecia, la extradición a Estados Unidos sería mucho más rápida. Pero si no podían extraditarlo a Estocolmo, lo mantendrían en este limbo. La investigación no se cerraría y le mantendrían en esta pesadilla legal en la que todo el mundo le consideraría un violador.

FC: ¿Has hablado con él de esto?

SM: Sí, el estigma de la violación fue devastador para su reputación y credibilidad. En particular, este caso de violación destruyó su reputación entre las personas que se preocupan por los derechos humanos. Especialmente en Suecia. Más aún entre las personas que se preocupan por los derechos de las mujeres, que suelen ser las que protestan contra los crímenes de guerra y la tortura.

Los documentos que recibí de Suecia no dejan lugar a dudas sobre lo que ocurría entre bastidores. Todavía me pregunto por qué Suecia me los dio. Podría ser porque soy una periodista italiana y pensaron que haría un reportaje local en italiano. O quizás porque alguien en la fiscalía sueca vio que algo andaba mal en este caso y quiso entregar los documentos al primer periodista que los solicitó.

Julian Assange, Londres 18 de Agosto 2014, Foto: David G Silvers.

FC: Puede ser también porque Suecia tiene la Ley de Libertad de Información.

SM: Sí, ustedes tienen la mejor ley de libertad de información del mundo. Ustedes tienen esta ley desde el siglo XVIII. En Italia se introdujo una ley de libertad de información en 2016. Pero no creo que esperaran que publicara esta gran investigación en inglés. Porque después de eso, dejaron de cooperar. Ya nunca me dieron documentos importantes, solo documentos irrelevantes y triviales.

FC: Tú escribes en tu libro que sospechabas que también destruyeron documentos.

SM: No, no sospecho eso. Es oficial. Sé que tenían miles de páginas. ¿Cómo lo sé? Porque en cuanto las autoridades suecas dejaron de darme documentos, utilicé los primeros documentos que conseguí en Suecia para conseguir documentos en el Reino Unido. Al principio, el Reino Unido básicamente dijo que no. Pero cuando les demostré que Suecia ya me había entregado su investigación, no podían aplicar la confidencialidad a las conversaciones con los suecos. Saqué 336 páginas. Pero pronto me di cuenta de que había lagunas de semanas cruciales, como la semana en que se refugió en la embajada o cuando le concedieron el asilo. No era creíble que no tuvieran conversaciones durante esas semanas.

FC: ¿Y los confrontastes con esto?

SM: Sí, claro. Volví a la Fiscalía de la Corona Británica y exigí que me dieran toda la documentación de las comunicaciones con los suecos. Y me dijeron que no podían porque la habían destruido. Habían borrado la cuenta de correo electrónico del abogado que aconsejó a los suecos que no interrogaran a Julian en Londres.

FC: ¿Es legal?

SM: Esa es la cuestión. Cuando descubrí que habían destruido los documentos, eso fue en 2017, fui a la embajada para hablar de ello con Julian Assange. Fue entonces cuando abrieron mi teléfono y sacaron la tarjeta SIM. Quienquiera que hizo eso fue lo suficientemente estúpido como para tomar fotos de mi teléfono siendo abierto.

Hay fotos de mi teléfono abierto, de mis códigos IMEI y de mis aparatos electrónicos desmontados. La cuestión es quién lo hizo. No lo sabemos. Pero he demandado a la empresa española UC Global, que entonces se encargaba de la seguridad de la embajada y que sospechamos que había sido contratada por la CIA. Ese caso sigue abierto en España. Todavía estamos esperando a que la Audiencia Nacional española finalice su investigación.

FC: Ahora que Assange está libre, ¿dejará de implicarse en el asunto y seguirá adelante?

SM: No me doy por vencida. Pensé que Assange iba a morir en Belmarsh, lo vi morir lentamente, que se iba a suicidar o algo así. Estoy muy feliz de que ahora esté libre. Me alegro por él, por su familia, por sus hijos, por todos nosotros. Si decide dejar de publicar, lo entiendo, porque fueron los peores años de su vida. Pero al mismo tiempo, espero de corazón que WikiLeaks no desaparezca. Necesitamos WikiLeaks en el mundo. Sin WikiLeaks, sin la posibilidad de exponer los crímenes de guerra, de exponer la tortura, sería un mundo en el que no quiero vivir. Quiero vivir en una sociedad en la que se puedan denunciar los crímenes de guerra sin acabar en la cárcel. Donde son los criminales de guerra sean los que van a la cárcel, no los que tienen la conciencia y el valor de denunciarlos. Eso es la democracia.


* Este artículo fue públicado originalmente en sueco por la revista Parabol, número 12-2024, pero editado especialmente para El Turbión

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