Minas de oro en la Amazonía brasilera - foto: Bruno Kelly/Amazônia Real

Por: Andrés Gómez

El lucrativo negocio de las drogas y la falta de políticas de prevención de consumo, ha ocasionado que las 22 millones de personas adictas a la cocaína junto con las mafias transnacionales, propicien la deforestación y la contaminación por productos químicos en la Amazonía. Pero esta demanda no es la única amenazas que enfrenta el bosque húmedo más biodiverso del mundo y único capaz de absorber gran parte del dióxido de carbono que produce el planeta; la demanda de oro también es un amenaza que pone en riesgo a la la Amazonía y su biodiversidad de fauna, flora y cuerpos de agua, lo que aumenta la degradación de un ecosistema vital ante el calentamiento global y agrava el exterminio físico y cultural de los pueblos indígenas que lo han habitado durante miles de años.

La producción de cocaína y la minería ilegal de oro no están separadas. Los dueños de los laboratorios y de grandes cocales, que operan en la Amazonía, han migrado parte de sus activos a operaciones mineras para controlar una renta ilícita lucrativa y lavar el producto de ambas economías ilegales en los mercados globales.

Esta realidad ha sido observada por varios periodistas de investigación que se reunieron en la Conferencia Latinoamericana de Periodismo Investigativo (Colpin) que se celebró del 23 al 26 de octubre de 2024, en Madrid, España, y a la que El Turbión fue invitado por EJN para presentar la investigación periodística: “La gasolina inunda a la Amazonía colombiana”.

Durante la Colpin, Daniel Yovera, fundador del medio peruano Epicentro T.V., expuso cómo hoy, en la frontera amazónica colombo-peruana, entre los departamentos del Amazonas (Colombia) y Loreto (Perú), los autodenominados Comandos de Frontera, disidencias de las antiguas Farc-ep, manejan la economía de la cocaína y del oro, e indicó:

Este río [Cotuhé, ubicado en la frontera colombo-peruana] del que no se tiene noticias prácticamente en el Perú, porque no es un nombre conocido, es uno de los que actualmente concentra la mayor cantidad, en este punto de la frontera, de dragas para minería ilegal […] Un tubo que succiona todo. Y luego viene el refinamiento. Y de allí salen algunos gramos de oro. Para sacar unos gramos, arruinan miles de metros cuadrados y lo contaminan, porque para el refinamiento del oro se necesitan miles de litros de combustible, miles, miles. Más hoja de coca. Todo esto antes era una selva virgen, hasta hace muy poquito, pero ahora hay enormes cantidades, enormes extensiones de entre comillas canchas de fútbol [cocales] decenas y centenas de canchas de fútbol

Las áreas de rosado con cocales manejados por los Comandos de Frontera en Pacorá, Perú – Cartografía: Fuente reservada

¿Y por qué tanta demanda de oro de la Amazonía?

Según Nelly Luna, periodista del medio peruano Ojo Público, durante su presentación en la Colpin, sobre la metodología utilizada en su investigación para identificar la trama de tráfico de oro ilegal en países de la cuenca Amazónica, el oro de esta zona es muy rentable dada la cantidad que se extrae por tonelada removida y por su calidad:

Mientras que el oro de socavón, que es una empresa formal, digamos, que cumple supuestamente estándares se echa aproximadamente 0,3 gramos de oro por cada tonelada de tierra. En la Amazonía lo que ocurre es que por cada tonelada se puede llegar a extraer alrededor de 10 gramos. Entonces, lo que nosotros hemos estado viendo es que precisamente cuando es oro amazónico, el oro que se exporta llega a tener pureza en el 90% y el 97%.

Nelly Luna también aclaró que los narcotraficantes están usando la minería del oro por la facilidad de lavar dinero, ya que el comercio de este metal es legal con algunos países en Oriente Medio y sur de Asía, quienes compran oro sin certificar la procedencia:

(…) Iraq, Arabia Saudí y la India se han convertido en los principales compradores de ese oro sospechoso. Y lo segundo, es que los grupos narcotraficantes en Sudamérica han encontrado en el oro el principal insumo para lavar todo el dinero, porque es muy fácil lavar el oro. El oro es legal. Entonces basta que alguien tenga una barrita de oro, y se puede vender en alguna parte del mercado. Ecuador es el mejor laboratorio, esta es la investigación que hicimos con los socios de Vistazo y Código Vidrio y nos permitió identificar que “Los Lobos”, que es un grupo que nació del dinero del narcotráfico y que en ese momento se encarga de las rutas del narcotráfico, opera más de 20 minas de oro en Ecuador.

¿Hacia dónde va el oro?

Al igual que la cocaína, el oro ilegal pasa por diferentes puertos antes de llegar a su destino, pero primero se legaliza en los países de origen. La alianza Ojo Público, Vistazo y Código Vidrio, encontró que hay conversaciones entre líderes del narcotráfico con representantes de las empresas formales de minería del oro para lavarlo, así lo explicó Nelly Luna:

¿Cómo se blanquea ese oro? Con un documento de una empresa formal que diga, yo tengo la autorización para extraer o producir 20 kilos de oro. Y a pesar de que no lo ha producido esta persona jurídica, ese papel es utilizado para lavar ese oro ilegal. Y eso pasa en Brasil, pasa en Colombia, pasa en Perú y también en Ecuador.

Luego de que este oro es lavado llega a EE.UU., Suiza, India y Arabia Saudí, países que a pesar de las denuncias siguen comprando este oro ensangrentado, así lo manifiesta el líder Awajún, Wilfredo Tsamash, representante de pueblos indígenas del departamento de San Martín, en Perú:

El 70 % del oro exportado del Estado peruano es dinero ilegal (…) Se pide a Suiza, Estados Unidos, Arabia Saudí, la India, quienes son compradores, cesen esta acción porque este mineral está manchado con la vida que ha cobrado de pueblos indígenas y la biodiversidad.

La cadena del oro al no ser regulada ha terminado fortaleciendo a los grupos armados ilegales que siguen devastando la Amazonía, solo en Perú según la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), entre 2014 y 2024:

La minería ilegal ha generado 7.800 millones de dólares (casi 7.050 millones de euros), una cifra 11 veces mayor a la estimada para el narcotráfico.

Edilma Prada, periodista colombiana del medio independiente de cocreación periodística intercultural latinoamericano, Agenda Propia, al hablar de las metodologías para abordar historias, desde la voz de las comunidades locales, expuso que en Colombia, la transición de la coca al oro hace parte de la reconfiguración de las economías ilegales luego del proceso de paz con las antiguas Farc-ep:

Las realidades que estamos viendo en los dos últimos años o más, que empezaron a crecer [las disidencias] después de la firma del Acuerdo de Paz … justamente es la reconfiguración de muchos grupos armados y la presencia fuerte en ese momento de la criminalidad, que está centrada en la explotación ilegal del oro y también por el otro lado llega lo legal con todo el tema de minas como de cobre y por supuesto la explotación también petrolera cada vez más fuerte.

La transición de la cocaína al oro no se presenta solo en la Amazonía

El bosque tropical lluvioso del Chocó biogeográfico, es compartido en Colombia por los departamentos de Valle del Cauca, Cauca, Nariño y Antioquia, y en la mayoría están viviendo devastación y contaminación por cultivos de coca con fines de narcotráfico y la aspersión de glifosato desde hace 25 años, cuando llegó la coca a las vidas de los territorios ancestrales de los consejos comunitarios afrocolombianos y a los resguardos Awá y Eperara Siapidara en Tumaco (Nariño), Timbiquí (Cauca) y Buenaventura (Valle del Cauca). Hoy estas comunidades afrocolombianas e indígenas viven, al igual que las comunidades en la Amazonía, no solo la degradación ambiental que deja la producción de cocaína, también están viviendo la que ocasiona el oro.

El Turbión calculó que para 2022 se usaron 1.7 millones de metros cúbicos de gasolina para procesar cocaína en Colombia y concluyó que mucha de esta gasolina se filtró en las aguas de los departamentos de mayor producción: Nariño, Putumayo y Norte de Santander, y en menor proporción en: Cauca y Valle del Cauca. A esta contaminación que altera la vida acuática, la fauna y flora, se le suma que la minería del oro usa mercurio para amalgamar el oro de entre el barro, las piedras trituradas y los sedimentos de los ríos dragados, lo que hace que gran parte de este neurotóxico quede en los ríos. En la vecina república del Ecuador el problema se está dimensionando:

Un informe publicado por el Ministerio de Ambiente ecuatoriano (MAATE) en 2020 concluyó que al menos un 40% del oro es obtenido a través de la amalgamación. Usando esta cifra conservadora, el mismo informe estima también que 29.6 toneladas (29,600 kilogramos) de mercurio fueron liberados anualmente al medio ambiente . Para hacerse una idea de la escala de esa contaminación, la cantidad generalmente contenida en un termómetro tradicional es de 1 gramo de mercurio, suficiente para contaminar un lago de ocho hectáreas hasta niveles no seguros.

La falta de políticas públicas diferentes a la guerra, que enfrenten la demanda de cocaína, y la falta de acuerdos que impidan la comercialización de oro ensangrentando, resultan en vacíos que promueven las economías ilegales y que los grupos armados ilegales se fortalezcan mientras dinamizan la destrucción de la biodiversidad, y profundizan la exclusión de pueblos ancestrales y originarios. Así, ambas economías, la de la cocaína y la de oro ilegal, no solo contribuyen al ecocidio de la Amazonía sino al genocidio de los pueblos que la habitan y a que empeore el cambio climático.

Si encuentras un error, selecciónalo y presiona Shift + Enter o Haz clic aquí. para informarnos.