Por : Luz Edith Cometa L. – octubre 19 de 2007
En el marco del cierre de campaña del Polo Democrático Alternativo (PDA), el presidente del partido de oposición, Carlos Gaviria Díaz, visitó la capital caucana, donde fue recibido por las diversas fuerzas que se congregan alrededor de lo que él llamó: “el nuevo partido que, con solidez, coherencia y fuerza, espera hacer las reformas que el país requiere”.
El maestro Gaviria llegó a Popayán acompañado por el senador Jorge Enrique Robledo y la senadora wayúu Orsinia Polanco. Afirmó que el camino hacia el poder se está recorriendo y resaltó la importancia de adquirir ese poder, primero, a nivel local, desde las alcaldías, gobernaciones y los demás cargos en los concejos municipales y las asambleas departamentales. Destacó, asimismo, que en este país es indispensable realizar transformaciones profundas y que “para que Colombia funcione al derecho es necesario volverla al revés”, haciendo alusión a las informaciones oficiales que entrega el gobierno cuando dice “cómo va de bien el país y es porque les está yendo bien a las pequeñas elites tradicionales que se han beneficiado en los planos económico y político, aunque a la mayoría de los colombianos les esté yendo mal”. Las mismas elites que, según la tesis de Gaviria, son protagonistas de la “simulación de democracia” que oculta los intereses particulares que únicamente benefician a unos pocos.
En ese sentido, el senador Jorge Enrique Robledo llamó la atención sobre las declaraciones que hiciera recientemente el procurador General de la Nación, Edgardo José Maya Villazón, quien, según Robledo, “estaba aterrado de la corrupción en las elecciones antes, durante y después del voto, incluso dijo que ni siquiera debería haber elecciones en Colombia”. El senador señaló, además, que en Colombia “las campañas electorales son un mar de corrupciones”, refiriendo que el triunfo del presidente Uribe y sus congresistas, manchados con el escándalo de la parapolítica, no debería ser cuestión de orgullo sino más de vergüenza.
Así, la participación electoral en Colombia, aunque necesaria en ciertos momentos, actualmente se da en condiciones antidemocráticas, en las que ganar unas elecciones sea, en buena medida, fuente por lo menos de sospecha, dado el tipo de prácticas. Aquí entra a jugar un papel importante la participación en política de la mayoría de funcionarios públicos del país, empezando por el presidente Álvaro Uribe Vélez: ha sido notoria la dedicación que ha tenido para repartir los subsidios del programa Familias en Acción en época de campaña, para citar solo una de sus dádivas, con el obvio propósito de estimular una práctica politiquera y clientelista para favorecer a las fuerzas uribistas. La evidente participación en política de prácticamente todos los alcaldes, gobernadores y ministros es otra muestra de la corrupción que señala el procurador. “Basta con mirar al sr. Andrés Felipe Arias, que anda como el niño dios: repartiendo regalos con la plata del presupuesto nacional, con obvios propósitos electorales. Entonces, ya ha debido renunciar hace rato, pero en el mar de la desfachatez de este país nada pasa”, afirmó Robledo.
Otro de los puntos que aportan significativamente a que la “simulación de democracia” sea más profunda y la democracia real se aleje cada vez más es la inseguridad de los candidatos a elección popular en todo el territorio colombiano. En ese sentido, el senador Robledo, afirmó que “los supuestos beneficios de la ‘seguridad democrática’ son bien diferentes a lo que dice la propaganda oficial: estamos bien lejos de que el Estado tenga el monopolio sobre las armas y eso se está expresando en un ambiente antidemocrático en estas elecciones, debido a las amenazas, presiones, zozobra y violencia que han tenido que soportar los candidatos en todo el territorio colombiano”.
Pese a esas precarias condiciones, que no sólo son señaladas por la oposición sino que son reconocidas por entidades estatales como la Procuraduría, la invitación de los dirigentes del PDA a todos los candidatos a concejos, asambleas, juntas administradoras locales, alcaldías y gobernaciones, así como a los ciudadanos que van a participar eligiendo, es a que se continúe en el camino de la construcción de la democracia, de manera que cuando se hable de que “le está yendo bien al país” se entienda que es porque está allí incluida la inmensa mayoría de los colombianos.
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