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Octubre 31 de 2007

En carta remitida el martes 30 de octubre a la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara de Representantes, el Procurador General de la Nación, Edgardo Maya, solicitó que se investigara al presidente Álvaro Uribe por las denuncias presentadas por el Polo Democrático Alternativo (PDA), en voz del senador Luís Carlos Avellaneda. Con la polémica desatada entre este partido y el presidente Uribe, tras la jornada electoral del pasado domingo 28 de octubre, el Procurador no tuvo más remedio que remitir la investigación al organismo competente.

La denuncia se fundamenta en diferentes pronunciamientos del presidente en  Soacha (Cundinamarca), en Algarrobo (Magdalena), en Chiriguaná (Cesar) y en la jornada pedagógica para las elecciones hecha el sábado en Palacio, donde invitaba a los ciudadanos, días antes de las elecciones, a no votar  por los candidatos que apoyaban la compra de votos y que aparecían en la página de Internet de las FARC.

Advirtiendo que los comentarios del presidente iban dirigidos directamente contra el candidato del Polo Democrático a uno de los cargos públicos más importantes como es la Alcaldía Mayor del Distrito Capital, Samuel Moreno, el partido de izquierda asumió tareas concretas conforme había anunciado su presidente,  Carlos Gaviria Díaz, en el discurso por el triunfo en las votaciones.

Gaviria Díaz indicó que Uribe actuó de forma “ilegal, inconstitucional e indecente”, desatendiendo a la prohibición de  tomar parte en las actividades de los partidos, movimientos y en las controversias políticas. El presidente del PDA informó, además, que esta organización adoptaría las medidas correspondientes. Ahora, la propuesta se ha concretado y la denuncia es respaldada con diferentes artículos de prensa y la relación de las intervenciones presidenciales, que evidencian la falta en la que incurrió Uribe V.


Uribe se defiende

Apelando, como acostumbra, a su concepción de democracia, Uribe V. afirma que sus intervenciones estaban dirigidas a promover la claridad del proceso electoral y no a intervenir en política. Estos argumentos resultan risibles, sobre todo cuando no quedó duda de a quién se estaba refiriendo con afirmaciones como: “que Bogotá no se equivoque […] que no se equivoquen allá eligiendo alcaldes respaldados por la guerrilla y que además compran votos”. Es imposible desligar sus acusaciones del candidato polista.

Sin embargo, la actitud de Uribe no sorprende: el desconocimiento de la Constitución ha distinguido su  administración y es por ello que en los últimos años se ha presentado el mayor número de actos legislativos desde la promulgación de la Carta Magna, lo que ha hecho de ésta una prenda remendada y amorfa. Particularmente, llama la atención el Acto Legislativo No. 2 de 2004, que en su oportunidad garantizó el desarrollo de su candidatura a la reelección. Parece ser que, en esta oportunidad, el presidente pasó por alto tan importante trámite para avalar sus arbitrariedades.


El tiro por la culata

Es evidente que el crecimiento en la cantidad de sufragantes a favor del PDA del fin de semana pasado obedeció, entre otras cosas, a la vuelta de hoja de la estrategia uribista. Con esto se demuestra la falacia de la inmunidad y omnipotencia presidencial, pues, a pesar de las acusaciones y exhortaciones efectuadas por Uribe, el éxito del Polo en las últimas elecciones fue evidente, como evidente fue que sus señalamientos tenían nombre y apellido propios, y que no se emitían en abstracto, como pretendió explicar el asesor presidencial José Obdulio Gaviria.

Pero el tiro por la culata no sólo afectó al presidente Uribe. Los contenidos emitidos por los grandes medios de comunicación, quienes en su momento publicaron editoriales y artículos en los que se hacía campaña al opositor de Moreno, Enrique Peñalosa, adscrito al partido uribista Cambio Radical, y las noticias de los ataques que el presidente lanzó con el mismo propósito ahora servirán como pruebas que soportarán la acusación en trámite ante la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara.

En tono hipócrita, ahora los medios que otrora identificaron con claridad el destinatario de los señalamientos presidenciales, ahora se lavan las manos mostrando la denuncia del Polo como una interpretación más de los hechos, procurando preservar una imposible neutralidad.


El destino de la acusación

Aunque el fortalecimiento del Polo se hace cada vez más claro, es innegable que Uribe se ha encargado acuciosamente de concentrar en su cabeza todos los poderes. Por esto, con una fuerte bancada uribista en el Congreso, el progreso de la acusación está en veremos.

Sujeta, entonces, a la presión no sólo por parte del Polo, que lidera el proceso, sino de toda la comunidad colombiana para exigir el respeto a la Constitución y al invaluable principio de separación de poderes que ésta exige, no queda más que hacer un seguimiento para que la iniciativa alcance su justo propósito.

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