Por: Elisena
Ahora que siento tanto frío,
que mis huesos cala,
pienso en que sufrimos
dolores y miseria.
A aquellos que lo causan
veo pasar.
También, perezoso del tiempo,
generación tras generación,
su cosecha y su incendio.
¿Cuándo será el nuestro?
Tanto crujir de huesos,
muerte y desolación.
Basta ya de llantos sordos:
que la furia invada el viento.
Oigo gritos de contienda,
preparativos para la faena.
No más esperas inútiles,
ni silencios eternos:
lo que no es justo
no lo es.
A nadie deben obligar más
a morir cerca de la fuente.
Con paciencia se construye
el contendor.
Pronto fiera, bestia,
verás a tu oponente.
La ignominia se vengará,
como un gigante se alzará,
desde los confines
de la pequeñez,
barrerá tu hediondez.
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