Mayo 5 de 2005

En lo que se convierte, sin duda, en un caso paradigmático en cuanto a la actitud del Estado colombiano frente a la comunidad de estudiantes de la universidades públicas colombianas, debido al tipo de medidas y los medios de los cuales se están valiendo los cuerpos represivos, en las últimas horas se ha presentado una situación de alarma y confusión al interior de la Universidad de Antioquia –ubicada en la ciudad de Medellín, la segunda más grande del país–.

Esta situación se desata a partir de la detención arbitraria de la que han sido objeto 15 estudiantes de esta importante casa de estudios por parte de la DIJIN [inteligencia judicial de la policía] y de las informaciones que han circulado el día de hoy al interior de la universidad de un plan para capturar y procesar judicialmente a más de 30 líderes estudiantiles con el fin de desarticular el actual movimiento de protesta pacífica que se organiza en ese campus, así como en numerosas universidades del país, alrededor de la defensa del derecho a la educación pública y contra algunas de las reformas que ha impuesto el gobierno de Uribe Vélez y que hacen peligrar el futuro de estas instituciones.

Detenciones y judicializaciones arbitrarias

Los relatos de diversos testigos de los hechos hablan de una serie de detenciones que se presentaron ayer, miércoles 4 de mayo, aproximadamente a las 8:30pm, mientras centenares de estudiantes se dirigían a sus casas luego de una larga asamblea estudiantil, que se desarrollaba al interior de la UniAntioquia como parte de las actividades del Paro Nacional Universitario que se adelanta actualmente en Colombia. En ese momento, hombres de civil, que luego se identificarían como miembros de la policía, abordaron una por una a las personas a quienes venían a detener y, luego de las agresiones que se presentaron en varios casos, les notificaron que quedaban bajo arresto por cargos de terrorismo y rebelión, conduciéndoles a diferentes sitios de reclusión.

Así mismo, durante la madrugada de hoy, jueves 5 de mayo, las residencias de otros dirigentes estudiantiles, miembros de diversas organizaciones, fueron allanadas por parte de la policía y la fiscalía de Medellín, dándose una serie de casos en los que, luego de la diligencia de registro, los estudiantes fueron detenidos y muchos de sus objetos personales, que no guardan relación alguna con las acusaciones de las que son objeto, fueron sustraídos de sus residencias. En una de estas diligencias, realizada hacia las 3:00am, uno de los funcionarios de estos organismos mostró, a uno de los habitantes de la casa, una orden de registro en la que se anexaba una lista de unas 30 personas a las cuales se implicaba en un operativo de detenciones masivas por los cargos citados, relacionados con los trágicos hechos de febrero de este año en esta universidad.

En total, hasta la elaboración de este reportaje –5:00pm del jueves 5 de mayo–, han sido detenidas 15 personas de distintas facultades de la Universidad de Antioquia y, en estos precisos momentos, al interior del alma máter se presenta un ambiente de miedo generalizado por parte de los estudiantes, quienes temen una ola de represión similar a la que se presentó hace algunos años en contra de esta comunidad, mientras Álvaro Uribe se desempeñó como gobernador del departamento de Antioquia.

Se espera que, durante las próximas horas, se presenten nuevos hechos similares y que, nuevamente, se presente a las personas que sean capturadas como “auxiliadores de la subversión y de los terroristas” a través de los medios de comunicación monopólicos, como ocurrió, durante el día de hoy, en el canal Teleantioquia y en el diario El Colombiano, donde se anunciaron falsamente hallazgos de explosivos y de armas en las diligencias realizadas.

Un historial trágico

La comunidad estudiantil de la Universidad de Antioquia ha sufrido la peor parte, durante los últimos años, de las duras campañas de represión realizadas por parte del Estado, o de escuadrones paramilitares, en contra del movimiento de estudiantes que se ha mantenido a través de los años en su campus.

La situación más conocida se inicia en 1998, mientras Álvaro Uribe Vélez se desempeñaba como gobernador del departamento de Antioquia, con el asesinato del líder estudiantil Gustavo Marulanda que se sucedió por una serie de detenciones y de la publicación de listados de personas a las cuales se amenazaba de muerte por parte de las AUC, quienes empezaron a hacer presencia política en la universidad y asesinaron a varias personas en este periodo sin que las directivas universitarias de entonces se pronunciasen al respecto. Este momento, el más trágico de la historia de la segunda universidad pública del país y que se extendió varios años, es recordado con amargura por parte de profesores, estudiantes y trabajadores por los hechos terribles que se vivieron y que fueron perpetrados tanto por organismos estatales como por parte de los escuadrones paramilitares relacionados con el narcotráfico.

A este terrible historial se suman los hechos ocurridos en febrero de 2005. Durante una jornada de protesta contra el TLC, se presentaron disturbios en la UniAntioquia entre un amplio número de estudiantes y la policía durante los cuales ocurrió, en muy confusas circunstancias, una explosión en uno de los laboratorios de química, en la que murieron dos estudiantes y que las autoridades relacionaron con la protesta. A partir de allí, se volvió cotidiana la presencia de patrullas policiales y de individuos y vehículos sospechosos en los alrededores de la universidad que realizan registros a estudiantes y han intimidado a la comunidad dejando en ella fuertes temores por la posibilidad de una nueva ola represiva.

La charla de los pasillos

Al consultar con los estudiantes de Medellín, se encuentran diversas reacciones frente a esta grave situación. Sin embargo, los puntos comunes han sido el temor por el regreso de los hechos represivos que se vivieron años atrás y una creciente rabia por las arbitrariedades cometidas en los procedimientos judiciales.

“En la U, la gente anda muy preocupada por esto: nadie quiere que nos sigan diciendo guerrilleros o que nos señalen, porque eso es muy peligroso –declaró una estudiante– y lo que queremos es que respeten la universidad y las actividades que hacemos para defenderla”.

“Nadie quiere que sea igual que hace años, cuando vos no podías ni decir lo que pensabas. Ahora se están pegando de lo del 10 [de febrero] pa’ echarnos el mote de terroristas y nosotros no somos nada de eso” –planteó otro estudiante preocupado.

La situación de la comunidad universitaria de la UniAntioquia es bastante preocupante. Se espera que los operativos masivos de captura y judicialización de estudiantes, que no se presentaban en el país desde los tiempos más oscuros del ‘Estado de Sitio’ y del ‘Estatuto de Seguridad’, se continúen en las próximas horas y días y se teme por la situación jurídica y la seguridad de las personas que han sido detenidas o que se encuentran en las listas de la Fiscalía.

Desde Medellín, los universitarios llaman urgentemente a toda Colombia y al mundo a solidarizarse con su situación y a prestar toda la ayuda posible a la siempre altiva, crítica y rebelde Universidad de Antioquia.

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