Jineth Bedoya - Por: Andrés Monroy

Jineth Bedoya - Foto: Andrés Monroy Gómez

Por: Andrés Monroy Gómez – junio 5 de 2013

El pasado 6 de abril se realizó en Bogotá una marcha de rechazo contra todo tipo de violencia de género. Las calles de la capital colombiana fueron recorridas por miles de mujeres y hombres que protestaron contra todo tipo de estigmatización, agresión y discriminación contra las mujeres y la población Lgbti.

Una de las asistentes a la actividad, que finalizó en la céntrica Plaza de Bolívar, fue la periodista Jineth Bedoya Lima, quien en el año 2000 fue secuestrada, torturada y violada por paramilitares. Este caso fue declarado por la Fiscalía como crimen de lesa humanidad y actualmente también está en conocimiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El juicio a los responsables de estos delitos puede convertirse en un hito, no sólo frente a la violencia sexual como arma de guerra sino frente a los riesgos y desprotección de las mujeres periodistas en Colombia.

Jineth Bedoya, en entrevista con El Turbión, expresó su opinión sobre la situación las mujeres periodistas en Colombia, la percepción de  la sociedad colombiana en torno a las periodistas y cómo avanza su caso en la CIDH.

Andrés Monroy: –¿Cómo identifica la situación de las mujeres periodistas en Colombia?

Jineth Bedoya: –Nuestra situación es más que complicada. Nos siguen tratando dentro de un círculo machista, fijándose en nuestro cuerpo y no en la verdadera capacidad que tenemos para hacer nuestro trabajo en otro ámbito y demostrar que somos profesionales. Siempre nos ven como un objeto sexual y más durante el cubrimiento de información de orden público, especialmente cuando hay que interactuar con los grupos armados, el Ejército y la Policía.

Creo que mi caso y el caso de otras periodistas nos han llevado a reivindicar nuestros derechos y, sobre todo, los derechos de todas las mujeres.

AM: –¿La sociedad colombiana apoya a las periodistas?

JB: –La sociedad colombiana es totalmente indiferente con las periodistas y lo digo por mi caso. Durante muchos años estuve completamente sola. Sólo cuando me hicieron entender que era necesario hablar y contar lo que había pasado, para sanarme pero también para ayudar a otras mujeres, empecé a tener apoyo. Pero la sociedad en general, creo, es indiferente, no sólo con las mujeres periodistas sino con las mujeres en general.

AM: –Además de la indiferencia, ¿qué más le ha afectado después de los hechos de los que fue víctima?

JB: –Lamentablemente, la sociedad cree que las periodistas nos buscamos lo que nos pasa y que somos culpables de ello. Lo más injusto es que, en mi caso, han dicho que yo me lo busqué por ir a hacer un reportaje a la cárcel.

AM: –¿En qué etapa está su caso en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos?

JB: -En este momento está en etapa de admisibilidad. La CIDH ya le exigió al gobierno colombiano que entregara una respuesta clara sobre qué había hecho en mi caso. Tres veces ha respondido que no tiene responsabilidad y nosotros esperamos que, tal como argumentamos el caso, éste sea admitido y llegue hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

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