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Por: Luz Edith Cometa L. – octubre 23 de 2008

Mientras más de 26 mil indígenas caucanos reiniciaban caminando su marcha desde Santander de Quilichao hacía Villarrica para acercarse a Cali, donde esperaban que el presidente Uribe se reuniera con ellos, otros indígenas, también del Cauca, apuraban el paso para cumplir su meta de llegar a Popayán. Ellos, los indígenas guambianos, se unirían más adelante con los trabajadores afiliados a la CUT, Asoinca, los estudiantes, los trabajadores de la salud y de otros sectores populares que participan en el Paro Nacional convocado por la Central Unitaria de Trabajadores.

El gobernador indígena de la comunidad de Guambia en Silvia, municipio ubicado en el centro oriente caucano, Lorenzo Muelas, asegura que el motivo de esta marcha es un problema viejo porque el Estado colombiano siempre les ha negado sus derechos, no sólo de tierra sino también los que se relacionan con lo económico, político y social. “La tierra es muy importante, pero además de la tierra tenemos otras reivindicaciones: la violencia es generalizada en el campo, donde ya casi la situación es invivible, nos estamos manifestando para reivindicar estos derechos, porque si no resuelven nuestra situación económica y política es imposible
vivir”, aseguró el líder indígena.

Él afirma que, a pesar de que no estén con los indígenas nasa en la gran minga de resistencia, están unidos porque su lucha es una sola. “Muchos han querido tergiversar, diciendo que si unos van a Popayán y otros a Cali hay una división interna dentro del movimiento indígena; así se manifieste en el Amazonas o en La Guajira, el movimiento indígena es el mismo, entonces, hoy no vamos a permitir la filosofía capitalista de la clase política, que siempre divide para reinar”, afirmó categóricamente Muelas.

Los guambianos tienen claro, además, que los atentados contra los indígenas con armas de fuego en medio de las movilizaciones vienen de tiempo atrás, lo único es que esta vez el presidente no pudo ocultarlo. “Todo el tiempo contra los indígenas han disparado, unas veces con oscuridad y otras veces al público, pero esta vez ha sido muy visible, no ha podido negar el presidente de la República los hechos, tuvo que reconocerlo; consideramos que el presidente, en su hipocresía, quiere reconocer a los pueblos indígenas pero nosotros no confiamos, sabemos que el presidente no es amigo, el negó a Colombia cuando las Naciones Unidas reunió a 160 países en Suiza: los demás países reconocen a sus comunidades indígenas, menos Colombia, Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda y otros, por eso no es amigo de nosotros y así nos seguirá manejando, pero nosotros también seguimos en pie de lucha, trabajando por nuestras reivindicaciones, porque no vamos a permitir más violaciones”, afirmó finalmente el gobernador indígena.

A pesar de que se dice que ellos podrían quedarse en Popayán para negociar con Uribe, quien estuvo en el Cauca el 2 de noviembre, el tata Lorenzo fue enfático en asegurar que no cree en el presidente y que la marcha indígena guambiana que llegó a Popayán no tiene el fin de negociar con el presidente. “Nosotros nosotros no venimos a negociar con el presidente, ni nos vamos a sentar con él, conocemos la hipocresía que él maneja”. Así las cosas, a Uribe le corresponde es atender a los indígenas, campesinos, afrocolombianos, corteros de caña y representantes de otros sectores populares que participan de la gran Minga indígena y popular.

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