Por: Sara Wiederkehr González – mayo 1 de 2014
En Berlín, la celebración del histórico primero de mayo empieza la noche anterior, la noche del 30 de abril, conocida en alemán como la Walpurgisnacht o la noche de Walpurgis. Tiene sus orígenes en las celebraciones paganas germanas cuando se celebraba esta noche la fertilidad, el inicio de la primavera, en honor a Belenos, dios del fuego. Al prender las hogueras se purifica y se da comienza a un nuevo ciclo.
En la actual Berlin, a las 6 pm de la tarde del 30 de abril, se reunió la gente en Wedding –barrio berlinés donde se concentra la acción política de izquierda–, para manifestarse en contra de la xenofobia y de las fronteras sociales en la Antikapitalistischen Walpurgisnacht, o la noche anticapitalista de Walpurgis. En un momento histórico donde fuerzas conservadoras y xenófobas suman votos, fronteras nacionales se cierran y aumenta la presión del capitalismo sobre la clase trabajadora y sobre los inmigrantes, los colectivos de izquierda se tomaron las calles para, por una parte, frenar la avanzada fascista del Partido Nacional Demócrata Alemán (NPD) y apoyar a los inmigrantes recientemente echados del parque Oranien, lugar donde habían acampado; y, por otra, llamar a la reivindicación social en contra del alza de los arriendos, del encarecimiento de la seguridad social y a favor de las libertades sociales.
A diferencia del año pasado, donde hubo confrontación abierta con la Policía, este año la noche de Walpurgis transcurrió en una extraña calma: mucho fuego y muchas hogueras, pero sin heridos.
1 de mayo berlinés
La celebración del 1 de mayo inició por la mañana. Se organizaron los bloques antifascistas en distintos puntos de la ciudad para impedir el paso a los bloques fascistas que también salen el primero de mayo. A las 5 de la tarde se concentró la marcha alternativa y espontánea que salió a las calles bajo el lema “¡Estamos hartos! Marcha por una buena vida con acceso a vivienda, educación, salud y cultura para todos” (“Schnauze voll – Demonstration für ein gutes Leben mit Zugang zu Wohnraum, Bildung, Gesundheit und Kultur für Alle!”). 200 personas salieron en esta otra marcha y más de 1.000 llegaron al Lausitzer Park donde se juntaron con la manifestación ‘revolucionaria’ que salió a las 6 de la tarde, acompañados por 2.400 policías.
Una gran pancarta sobre la que se leía “Los refugiados son bienvenidos“ le plantaba cara a la política alemana, acusándola de dificultar el asentamiento de los inmigrantes, y le respondía a la propaganda política del NPD que reza “fuera inmigrantes de Alemania, Alemania para los alemanes“.
A las 10 de la noche la marcha sumaba más de 20.000 personas, 16 personas habían sido reseñadas por la Policía por llevar el rostro tapado. 11 minutos después, los organizadores disolvieron la marcha por la presencia policial, sin reportar ningún altercado.
Según cifras oficiales, la marcha de este 1 de Mayo en Berlín fue la más grande en mucho tiempo, tal vez de la historia. Los organizadores dicen que convocaron a 20.000 personas, la Policía dejó su conteo en 19.000, casi el doble de las personas participantes del año pasado. 6.400 policías estuvieron vigilando la manifestación. El balance general es de una marcha tranquila, con pequeños incidentes y lanzamiento de agua de parte de la Policía. En total, fueron arrestados 6 manifestantes.
Es interesante transitar por Berlín un 1 de mayo. Observar que si bien es un día de lucha social, donde los colectivos se manifiestan por sus reivindicaciones y la policía escolta la marcha hasta el punto de no permitir que nadie salga o entre en ella, la ciudad celebra también las luchas sociales ganadas en el pasado.
Paralelo a las manifestaciones, en Berlín se organiza la Myfest –juego de palabras entre la lectura de ‘my’ ,’mío’ en inglés, y ‘Mai’, mayo en alemán–. Es una fiesta en la ciudad que se organiza desde las 10 de la mañana en el barrio Kreuzberg, con 20 tarimas y música desde la mañana hasta el anochecer de verano. La idea original: una fiesta del pueblo. Con el tiempo, un carnaval en la gran ciudad, donde conciertos, comida y cerveza atraen a nativos y turistas. Este año participaron 40.000 personas, con la idea de celebrar la integración y de rechazar las fronteras, nacionales y sociales.
El 1 de mayo no es sólo una gran marcha que impide la circulación de vehículos o que genera un caos en el transporte. Es un día de lucha, reivindicación y celebración. Algo se ha ganado desde finales del siglo XIX. Se tiene que seguir luchando para ganar aquello que aún falta: aceptar a los inmigrantes africanos en la sociedad alemana, construir albergues para los refugiados, abrir las fronteras nacionales y sociales, por ejemplo, manteniendo los arriendos en los precios justos y el salario mínimo en 8,5 euros la hora.
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