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Indígenas misak encabezaron actos simbólicos rechazando la conmemoración oficial del bicenteario - Foto: Plaxy

Por: Omar Vera – julio 23 de 2010

La carrera séptima de Bogotá, antaño calle real de Santafé, recibió a los más de 5.000 marchantes que llegaron a la capital colombiana a participar del acto de apertura del Congreso de los Pueblos y a conmemorar por su propia cuenta el bicentenario de la independencia. Ante la Casa del Florero, la casa de Manuelita Sáenz, el monumento a Policarpa Salavarrieta y la Quinta de Bolívar, lugares de gran significación para la gesta independentista, miles de indígenas, trabajadores, maestros, estudiantes, pobladores de los barrios e integrantes de decenas de organizaciones sociales realizaron una serie de actos simbólicos con los que, desde la realidad de sus comunidades, hicieron un reconocimiento a quienes lucharon hace 200 años por tener una nación libre, pero también fueron enfáticos en señalar el incumplimiento de gran parte de los propósitos de la independencia y la marcada exclusión que siguen viviendo las mayorías en estos dos siglos de vida republicana.

 

Ante la Casa del Florero se realizaron actos simbólicos en rechazo del bicentenario oficial - Foto: Omar Vera

Ante la Casa del Florero –ubicada en una de las esquinas de la Plaza de Bolívar, sede de los tres poderes públicos en Colombia–, más de 2.000 indígenas misak, cubiertos de sus mantillas azules y sus bombines, encabezaron el primero de los actos simbólicos. Ante el lugar donde se iniciaron las revueltas que originaron el Grito de Independencia de 1819 la guardia indígena rodeó a los manifestantes para que en ese lugar una comparsa y la lectura de una proclama permitieran declarar que el proceso que hoy se conmemora no cumplió con sus objetivos, que la terminación del dominio español no trajo consigo cambios de fondo para la mayoría pobre del país, que la nueva elite criolla privilegió sus beneficios sobre el proyecto nacional que enarbolaron los patriotas, que esa misma clase dominante definió alianzas con nuevas potencias que hoy mantienen formas más sofisticadas para sojuzgar la nación y que los más sacrificados en la gesta de independencia, indígenas, afrocolombianos y campesinos, siguen hoy ignorados por el Estado, sin reconocimiento por su aporte a la construcción de lo que hoy es Colombia y en difíciles condiciones de vida.

Indígenas denunciaron exterminio de 71 pueblos originarios durante estos 200 años - Foto: Plaxy

No es para menos, reconocer el exterminio sistemático de las comunidades indígenas y el creciente empobrecimiento de la población colombiana durante la época republicana es una tarea que sigue pendiente y que ninguna de las instituciones que hoy se encarga de celebrar institucionalmente el bicentenario realiza. Por eso, la insistencia de los participantes del Congreso de los Pueblos en una conmemoración alternativa, que reivindique el papel de los excluidos en estas gestas y que muestre que los procesos por venir necesitan de la unidad de diferentes procesos políticos y sociales en nuevas luchas por la emancipación se vuelve de una relevancia enorme en un momento en que el país vive una grave crisis social, la pérdida de su soberanía y la destrucción de los movimientos sociales que pueden darle una nueva orientación a su destino.

Con espectáculo de danzas se rindió homenaje a Manuelita Sáenz - Foto: Omar Vera

En la casa de Manuelita Sáenz, destacada dirigente de la lucha independentista, organizaciones de mujeres y de estudiantes rindieron homenaje a la ‘Libertadora del Libertador’ y a su papel como mujer rebelde. En el reducido espacio que separa al Palacio de San Carlos –que aloja hoy a la Cancillería–, al Teatro Colón y a la casa de Manuelita, el grupo de danzas La Tulpa, conformado por estudiantes de la Universidad Nacional, realizó una puesta en escena para representar la exclusión y la desigualdad contra la que han luchado los colombianos durante los 518 años que han transcurrido desde la conquista española.

Homenaje a Policarpa Salavarrieta - Foto: Omar Vera

Por el histórico barrio capitalino de La Candelaria continuó la movilización hacia el monumento a Policarpa Salavarrieta y la casa de Bolívar, donde se reconoció el papel de ‘La Pola’ como luchadora social y su sacrificio, además de denunciar el uso del asesinato como método para silenciar al opositor político y destruir cualquier movimiento que luche por cambios.

Instalación del Congreso de los Pueblos en 'La Media Torta' - Foto: Omar Vera

La movilización desembocó, sobre las tres de la tarde, en el teatro al aire libre de La Media Torta, donde se dio lectura a la proclama con que se da inicio oficialmente al Congreso de los Pueblos, como un proceso de encuentro de organizaciones, comunidades y ciudadanos del común para hacer leyes desde abajo, desde las propias necesidades del pueblo.

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