Por: Andrés Gómez – junio 25 de 2014
Joaquín Pérez Becerra, periodista sueco y director de la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), fue detenido el 23 de abril de 2011 en Venezuela cuando ingresaba desde Frankfurt (Alemania). El gobierno de Colombia, a través de Interpol, solicitaba su captura alegando delitos tales como concierto para delinquir, financiamiento del terrorismo y administración de recursos relacionados con actividades terroristas. Joaquín fue deportado dos días después a Colombia, a pesar de las protestas de movimientos sociales venezolanos, y desde entonces permanece recluido en la cárcel de máxima seguridad La Picota. El Turbión habló con Miguel Suárez, director de Radio Café Estereo, periodista cercano a Anncol y quien denuncia que la CIA está involucrada en la detención del periodista sueco y que la Fiscalía colombiana compró testigos desde la embajada colombiana en Suecia.
Andrés Gómez: -Miguel, ¿cuál es la situación actual de Joaquín, ahora que ha pasado más de tres años en la cárcel?
Miguel Suárez: -Joaquín enfrenta un proceso que es complicado. Él tiene una demanda desde hace más de un año en el Tribual Superior de Cundinamarca, rebatiendo las pruebas compradas que hizo la Fiscalía, y no pasa nada. Parece que sólo atienden a los Uribes. El caso de Joaco empezó hace tres años y, ya que en Venezuela la cosa se está moviendo mucho con las tales guarimbas, digo yo que es la primera guarimba que se hizo contra el proceso bolivariano en Venezuela. Joaquín Pérez vive aquí [en Suecia], iba a viajar a Venezuela y ni aquí ni en Alemania había circular roja, pero sí la hubo en Venezuela. En Francia hablé con un funcionario del gobierno de Venezuela y me dijo: ‘sabemos que todo esto se organizó desde una oficina de la CIA en París y es un montaje contra el gobierno de Venezuela’. ¿Qué pretendían? Romper las relaciones y la solidaridad con el gobierno bolivariano de Venezuela.
La cosa no pasó a mayores, pero hubo funcionarios que tenían camiseta roja que no eran bolivarianos y que engañaron al presidente Chávez, porque lo engañaron, y puedo citar nombres: el ministro de Comunicaciones, Andrés Izarra, quien era amigo de Joaquín. Cuando capturan a Joaquín, me acuerdo, ese domingo en la mañana me llamaron de Venezuela y me dijeron, ‘han cogido a Joaquín preso y Andrés Izarra llamó a los periodistas de Telesur y de la Radio del Sur a prohibirles cubrir lo que estaba pasando’. Ellos no le hicieron caso y los despidieron del cargo, los despidieron de Telesur y de la Radio del Sur. A mi manera de ver las cosas, Andrés Izarra engañó al presidente Chávez, que como jefe de Estado dijo: ‘asumo la culpa’ y la asumió. Chávez no podía saber en qué loma pelada se está moviendo una piedra y en qué municipio se está cayendo un puente, pero para eso tiene los ministros. A él lo engañaron y creo que fue Andrés Izarra quien lo hizo. Fue la primera guarimba, tratando de desastibilizar el gobierno de Venezuela con nuestro compañero que ahora está preso en las cárceles colombianas y que en estos días le envió una carta al presidente Maduro simplemente diciendo ‘oiga, reconozca el error’.
AG: -¿Cuál es la situación de Joaquín?
MS: –Es muy delicada. En las cárceles colombianas hay una superpoblación, viven como murciélagos pegados del techo. Él un día me envió una relación de cómo viven allá: hay que pagar por la comida, por el espacio, mejor dicho, pagar por todo. Si uno hace la cuenta, es más económico irse a vivir al Hilton. Viven situaciones increíbles, con mucha inseguridad. Pero el compañero se mantiene. Ahora, en el acto que hicimos por él dijo que la lucha no es por él sino por los 9.500 o más presos políticos y él ha estado al frente tratando de organizar la denuncia y la lucha por los presos políticos. Siento que tiene la moral muy en alto.
AG: -¿Cuál ha sido la reacción del gobierno sueco en este caso, teniendo de cuenta que él viajaba con pasaporte sueco cuando fue capturado?
MS: –Él dice que la reacción del Estado sueco es buena. Él dice que cuando él llama a la embajada ellos vienen y lo atienden. Pero, a mi manera de ver, ¿cómo va a ser buena si les han cogido un ciudadano y no han hecho nada? No sé si entenderán los colombianos pero acá somos ‘cabezas negras’ porque los demás son ‘monos’, entonces, por un mono que cogieron en otro país hicieron todo lo posible y lo trajeron, pero al ‘cabeza negra’ que está en Colombia… bueno, son muy amables, van y lo visitan y lo atienden, pero no lo traen, no exigen traerlo, aún cuando él es ciudadano sueco. Él había renunciado a la ciudadanía colombiana hace muchos años.
AG: -Además de sabotear procesos bolivarianos, como lo manifiesta, ¿cree que hay otros objetivos respecto a la detención de Joaquín?
MS: -Yo creo que los objetivos eran dos: uno, acabar con Anncol, eso es claro. Anncol les rompe el esquema desinformativo en Colombia; y el otro, romper la solidaridad del proceso bolivariano que necesita solidaridad y Anncol reclama la solidaridad con un proceso que es muy complicado, pero que es un sostén de los nuevos aires en América Latina. No pudieron cumplir con los dos objetivos, los pueblos superamos en mucho, los pueblos latinoamericanos no somos mezquinos […]
AG: -Ochocientas mil personas visitan Anncol mensualmente. ¿A qué adjudica que, a pesar de que nadie quiera hablar de Anncol, ésta sea una página tan consultada?
MS: -Porque cuenta la verdad. Yo escucho los discursos de Álvaro Uribe porque como uno critica a la contraparte o al enemigo de clase, porque ésta es una guerra de clases. No hablemos de que son ricos y pobres sino de clases. Uno tiene que saber qué piensan ellos. Por eso consultan Anncol y lo atacan, porque hace el trabajo de contar lo que pasa en Colombia, como lo hacen muchos otros medios alternativos.
AG: -Desde los medios colombianos se ha ligado a Anncol con las FARC- EP, como si fuera parte orgánica de la guerrilla. ¿Qué es Anncol y cómo está fundada?
MS: -Yo he sido testigo de Anncol. Pero, es que en Colombia, ¿quién no es de las Farc? […] Ahora cualquiera que proteste es de las FARC, entonces, el cuento de que usted es de las FARC porque dice la verdad…
AG: -Volviendo al caso de Joaquín, él trabajaba cuidando enfermos y dirigiendo Anncol, ¿sobre qué bases está siendo juzgado en Colombia?
MS: -Eso me da pie para contar una cosa: tenemos documentos firmados [en su defensa], pero no los podemos hacer públicos porque la gente que los firmó luego se asustó por el terrorismo de Estado en Colombia. Un amigo que fue a la embajada de Colombia y le ofrecieron dinero. Este señor, Miguel Antolinez, fue contratado para que declarara contra Joaquín Pérez. La Fiscalía está pagando a la gente, pasando un papel y diciendo ‘mire, declare esto y le pagamos’. Por eso Joaquín está allá, Miguel Antolinez fue el testigo contra Joaquín y le pagaron. Tenemos documentos pero no los podemos sacar [como pruebas] porque la persona que nos lo suministró dijo: ‘yo tengo familia en Colombia, si ustedes publican eso me matan a mi familia’.
AG: -¿Cómo apoyan a Joaquín en la difícil situación que afronta en una cárcel en Colombia?
MS: -Con la denuncia y, como contaba, él envió una vez una relación detallada de los costos de estar en la cárcel y pues bueno, acá hay un grupo de apoyo a Joaco que realiza actividades para recoger algún dinero y apoyarlo para que el compañero allá pueda tener una comida decente y pueda pagar por el espacio donde duerme. Él incluso me ha dicho ‘no diga eso’.
AG: -Tengo entendido que Joaquín está enfrentando enfermedad y situaciones bastante serias, ¿me puede confirmar cuál es la situación de Joaquín como preso político en Colombia?
MS: -Él tenía un problema: necesitaba una operación. No le estaban prestando atención, pero de tanta presión que se hizo, inclusive por medio de la embajada sueca, que son muy, muy amables, fue operado. Se está recuperando y, en apariencia, todo va bien.
AG: -¿Cómo ve el futuro del proceso de Joaquín?
MS: -Le vería futuro si concluyese una negociación con las FARC y los presos políticos fueran liberados. El único futuro que le veo es que haya un proceso en el que la oligarquía reconozca que tiene presos políticos y los libere, así como la insurgencia en Colombia ha liberado los presos de guerra que ha tenido.
AG: -¿Considera, entonces, que una negociación con las FARC también aliviaría la situación humanitaria en las cárceles?
MS: No sé, pero aliviaría la situación del pueblo colombiano, que es muy complicada con esa oligarquía terrorista que tiene. Pero incluso, no me imagino una firma de paz, no me la imagino, porque en la historia la oligarquía ha firmado muchos acuerdos y no ha cumplido ninguno. No vamos a repetir la historia acá.
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