Por: Sara Wiederkehr González – junio 25 de 2013
En la madrugada del pasado 24 de mayo, en Chiapas (México), el subcomandante insurgente Marcos, miembro del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), leyó sus “últimas palabras públicas”. En medio de un acto de homenaje al compañero ‘Galeano’, maestro asesinado que trabajaba en una escuela zapatista del EZLN en el poblado de La Realidad, Marcos leyó una carta escrita en seis partes en la que se declaraba la desaparición del subcomandante.
José Luis Solís López, conocido como ‘Galeano’, fue asesinado brutalmente el pasado 2 de mayo por “paramilitares pertenecientes a la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos Histórica (Cioac-H), al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y al Partido Acción Nacional (PAN)”, según el informe de la Junta de Buen Gobierno del Caracol, formada por representantes de los municipios autónomos zapatistas de las comunidades que forman el caracol y que tiene entre sus funciones velar por el bienestar de la comunidad. Especialmente en vísperas de un encuentro entre los zapatistas y distintas organizaciones sociales e indígenas, en el que aparecería nuevamente el subcomandante insurgente Marcos después de una prolongada ausencia de 6 años.
En el ataque perpetrado contra el Caracol de La Realidad, el primer espacio construido por los zapatistas para organizar su autonomía y que se encuentra ubicado en la selva fronteriza, resultaron heridos también 15 zapatistas, mientras la escuela y el hospital fueron destruidos. Los zapatistas piden justicia y practican la rebeldía. El EZLN, a través del subcomandante insurgente Moisés, su vocero, afirmó: “Tienen un plan para asesinar al EZLN y beneficiar a los grandes empresarios. Piensan que con tomar un Caracol y matar un compañero se acaba la lucha, pero no, así como hubo caídos en el 94 y Galeano siguió su ejemplo, ahora seguiremos el ejemplo de Galeano. Quieren que perdamos la cabeza y nos matemos entre nosotros, pero no vamos a dar pretexto para que el mal gobierno asesine indígenas y diga que es un conflicto intercomunidades. Buscamos justicia y no venganza, justicia para siempre y la venganza será contra el capitalismo neoliberal”.
Por su parte, el 24 de mayo, frente a más de tres mil bases de apoyo entre milicianos e insurgentes zapatistas, y más de mil adherentes a la “Sexta declaración de la selva Lacandona” que asistieron al homenaje a ‘Galeano’, el subcomandante insurgente Marcos leyó su última carta pública. En ella explicaba la desaparición de Marcos, del personaje de mil colores de ojo y profesiones varias, del rostro y de la voz que tenían los zapatistas desde 1994 para que les miraran y les escucharan, para distraer a las fuerzas paramilitares y militares mexicanas, argucia que les ha permitido a los zapatistas crecer en clandestinidad. Sin embargo, Marcos afirmó que volvería a nacer.
Después de unas frases de transición:
P.D.1.- ¿Game is over?
P.D.2.- ¿Jaque mate?
P.D.3.- ¿Touché?
P.D. 4.- Ahí se ven, raza, y manden tabaco.
P.D. 5.- Mmh… así que esto es el infierno… ¡Ése Piporro, Pedro, José Alfredo! ¿Cómo? ¿Por machistas? Nah, no lo creo, si yo nunca…
P.D.-6.- O sea que como quien dice, sin la botarga, ¿ya puedo andar desnudo?
P.D. 7.- Oigan, está muy oscuro acá, necesito una lucecita!El comandante insurgente ‘Galeano’ afirmó: “me dijeron que cuando volviera a nacer, lo haría en colectivo”. Marcos murió, y volvió a nacer, esta vez como ‘Galeano’, frente al mundo entero.
Lee la carta completa: Entre la luz y la sombra.
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