Por: Omar Vera – junio 1 de 2016
Desde el pasado 16 de mayo, quienes trabajan en el servicio de alimentos en la mina de carbón de Pribbenow, operada por la Drummond en el municipio de El Paso (Cesar), se encuentran en asamblea permanente para protestar por las recargas laborales que padecen y por los constantes incumplimientos de acuerdos por parte de la empresa Compass Group.
La multinacional inglesa presta sus servicios a Drummond empleando a 500 personas, en su mayoría mujeres, que sirven, cocinan, empacan, almacenan y transportan los alimentos a los más de 4.000 obreros de la minería y se encargan de la higiene de los comedores. Hoy, estas instalaciones se encuentran bajo control de los trabajadores, quienes exigen que Compass Group cumpla con lo acordado en materia de reemplazos del personal que se ausenta por vacaciones o incapacidades, así como en cuanto a mejora de sus condiciones laborales y de salud.
Mientras tanto, el personal de la mina ha sido obligado por Drummond a consumir alimentos traídos del municipio que, ante la ausencia de condiciones adecuadas de refrigeración y transporte, se han deteriorado en numerosas ocasiones por el intenso calor característico de la región y ya han causado intoxicaciones a varios obreros. Además, al no poder ingresar al comedor, han tenido que hacerlo en lugares inadecuados o improvisados que no garantizan unas mínimas condiciones de higiene y comodidad, según denuncias del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Minera, Petroquímica, de Agrocombustibles y Energética (Sintramienergética).
Año y medio de incumplimientos
Una de las más importantes estrategias que usan las multinacionales mineras para reducir sus costos de operación es abaratar la mano de obra a través de la tercerización, es decir, contratar a una empresa externa que, dejando a los trabajadores en condiciones precarias, supla las labores que requieren para multiplicar sus ganancias.
Justamente, esto es lo que hace la estadounidense Drummond con las empresas que le prestan servicios como el mantenimiento mecánico, la seguridad, los explosivos o, en este caso, la alimentación que necesitan sus obreros para mantener produciendo carbón en la mina de Pribbenow las 24 horas del día. Así las cosas, cada cierto tiempo Drummond abre licitaciones para que distintas empresas compitan por ofrecerle los precios más bajos por estos servicios, llevando a que las personas que laboran allí tengan que estar cambiando periódicamente a sus patronos y empeorando en muchas ocasiones sus condiciones de contratación, bajo una figura de ‘oferta mercantil’.
Al respecto, Carlos Trujillo, trabajador de Compass Group y responsable del Área de Tercerización Laboral de la junta directiva nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria de Alimentos (Sinaltrainal), señala que:
Vienen varias empresas […] las ponen a competir a ver cuál oferta más y mejor servicio a menos precio y la empresa beneficiaria dice ‘yo me acojo a la que brinde menos precio y mejor servicio’. Entonces, ahí viene la precarización porque, ¿de dónde va a sacar esa empresa que licita menos precio? Pues contratando la mano de obra más barata, sin que existan sindicatos, haciendo que los trabajadores trabajen mayores jornadas y que generen más plusvalía.
De esta manera, en enero de 2015, la empresa Caves Colombia fue reemplazada al término de su contrato por Compass Group en el servicio de alimentos de la mina de Pribbenow y las personas que trabajaban allí lograron, gracias a la lucha de su sindicato, ser contratados por el nuevo proveedor con las mismas garantías que tenían consignadas en su convención colectiva a través de una sustitución patronal en la que el Ministerio de Trabajo les dio la razón.
Según Trujillo, “en el momento de la transición, desde el 3 hasta el 6 de enero de 2015, se plasmaron unos acuerdos de armonía […] se habló de tener una mejor calidad de vida, de crear comités de mejoramiento”. Sin embargo, luego de casi año y medio, Compass Group no ha cumplido con poner a funcionar esos espacios de diálogo ni con lo acordado en materia de reemplazo temporal de las personas que salen a vacaciones, de las que gozan de su licencia de maternidad y de las que, debido a la recarga laboral, resultan con incapacidades prolongadas, llegando a una situación en la que, de acuerdo con el líder sindical, “estamos desgastando a los compañeros y estamos generando un problema de salud y seguridad en el trabajo”.
Justamente, ese incumplimiento, agravado por la actitud autoritaria de los directivos de la empresa cuando el sindicato reclama el cumplimiento de la convención, es el elemento que ha disparado la actual protesta. Por esto, Trujillo asegura que:
[La empresa] no quiere hablar con nosotros […] activó un accionar de represión hacia el sindicato, de llamados a descargos por cosas que son insignificantes. Ha impedido el derecho al trabajo de compañeros que han cometido un acto pero tienen derecho a la defensa, les bloquean los carnés para que no puedan entrar y así tener motivos para despedirlos. [En los procesos disciplinarios] salen suspendidos siempre, por cualquier cosa. A veces llaman a procesos disciplinarios porque [un trabajador] no llevó un documento a tiempo, en el caso de las incapacidades.
Información engañosa
No obstante, lo que terminó disparando el conflicto laboral fue el incumplimiento de Compass Group en materia de la información que, según los acuerdos, debería haber entregado a Sinaltrainal sobre las personas que saldrían a vacaciones en mayo, pues, a juicio del sindicato la documentación no sólo llegó tarde sino que demostraba inconsistencias.
Marisela Reales, presidenta de Sinaltrainal El Paso y trabajadora hace 17 años del servicio de alimentos de la mina, asegura que:
A la empresa se le había estado pidiendo el listado de los compañeros que salían a vacaciones y de los compañeros que los iban a reemplazar […] me lo entregan de una manera que no se les entendía […] En vista de que nosotros no teníamos claridad, de que nos dimos cuenta de que había más personas que habían salido a vacaciones que las que iban a entrar […] comenzamos a revisar. Efectivamente, había inconsistencias: no estaba el personal completo para vacacionar ni las personas en licencia ni los compañeros incapacitados.
Según la sindicalista, la empresa busca confundir para no cumplir con los reemplazos, lo cual está aumentando significativamente la recarga laboral en la mina y, con esto, las enfermedades y accidentes laborales.
Una delicada situación de salud
Esta recarga laboral ha ocasionado un importante problema en la mina, pues, al faltar una persona en alguna de las líneas de producción y no ser reemplazada, sus compañeras se ven obligadas a cubrir sus responsabilidades durante su ausencia, es decir, a hacer más en el mismo tiempo, lo cual ha aumentado considerablemente las dolencias de salud de estas personas.
En toda la industria en Colombia los movimientos repetitivos, las largas jornadas, el manejo de cargas pesadas y la poca inversión en tecnología por parte de las empresas están creando graves enfermedades laborales para los trabajadores que, debido a la exagerada exigencia laboral que se impone en la actualidad, vienen multiplicándose de forma notable en los últimos años.
Para el caso particular de los trabajadores del servicio de alimentos de la mina de Pribbenow, esa recarga laboral ha aumentado significativamente la problemática de las enfermedades entre quienes allí laboran. En este sentido, Marisela Reales asegura que:
Nosotros vemos la sobrecarga laboral y el argumento de ellos [Compass Group] es que la gente se incapacita [a propósito]. La gente se incapacita porque aquí el proceso que hay es que va uno al médico y lo van a incapacitar […] Hay compañeros que tienen incapacidades prolongadas a los que no están reemplazando […] ¿Qué es lo que está pasando? Se está recargando el trabajo a los demás […] Si a una persona se le recarga el trabajo también se va a incapacitar porque se va a enfermar.
Esto ocurre, de una parte, por las largas jornadas de pie que soportan especialmente las trabajadoras y por la carga de peso por parte de los obreros que realizan el transporte de los alimentos, lo cual ha multiplicado los problemas de columna vertebral, como las discopatías o hernias discales; y, de otra, por la repetición constante de una misma operación, como cortar alimentos o mover siempre la misma palanca en una máquina, con lo que se están causando enfermedades crónicas muy frecuentes en las muñecas, codos y hombros de estas personas, principalmente.
Carlos Truijllo no duda en señalar que, dadas las condiciones de trabajo que impone la empresa, “estamos expuestos al riesgo ergonómico o biomecánico, es por eso que se ven ese tipo de patologías”. Adicionalmente, el líder sindical señala que se han presentado algunos accidentes de trabajo debidos a “equipos que se encuentran en malas condiciones” y que “la empresa no le pone interés al comité paritario [de salud ocupacional] para que funcione”.
Sin soluciones a la vista
A pesar de que, en este caso, el Ministerio de Trabajo, a través de la viceministra de Relaciones Laborales e Inspección, Mariella Barragán Beltrán, ya ha realizado algunas gestiones de mediación para tratar de resolver el conflicto laboral, los directivos de Compass Group no han mostrado voluntad para resolver los reclamos de sus trabajadores.
Por el contrario, la relación con el personal de seguridad de la empresa con las personas que se manifiestan hoy al interior de la mina se ha vuelto invivible, luego de que, al principio de la protesta, un supervisor arrollara con un vehículo al trabajador José Meriño, quien resultó con lesiones en la espalda. Pocos días después, el 19 de mayo, funcionarios de la propia Drummond negaron la atención de primeros auxilios a Madeleine Flórez, quien perdió al bebé que estaba esperando horas después, aduciendo que por estar manifestándose no se encontraba laborando y que no tenían por esto ninguna obligación con ella.
Adicionalmente, en El Paso han aparecido personas que señalan a los trabajadores de tener, supuestamente, relaciones con organizaciones alzadas en armas. Esto, a juicio de Carlos Trujillo, resulta muy preocupante en un departamento que, como el Cesar, “es una zona donde con frecuencia hay paramilitares […] tememos que grupos de estos al margen de la Ley puedan tomar represalias en contra de los que estén haciendo la protesta pacífica”.
Mientras tanto, ni Compass Group ni Drummond se han pronunciado públicamente alrededor de este conflicto y, al momento de publicación de esta nota, ni la gerente de Relaciones Laborales, Diana Solano, ni el gerente nacional de Higiene, Seguridad, Medio Ambiente y Calidad de la primera compañía, Fernando Forero, han dado respuesta a los correos en los que se les solicitó la versión de los hechos de parte de la multinacional.
A pesar de esto, los trabajadores aseguran que continuarán protestando hasta que la empresa ofrezca soluciones a sus reclamos, pero temen que se tomen medidas en su contra: “si no se soluciona este conflicto y hay una masacre laboral, vamos a crear más pobreza en esa región y, obviamente, esta no es la paz de la que se está hablando ahorita mismo”, señaló Trujillo.
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