Por: Christian Peñuela – marzo 12 de 2011
El pasado domingo 3 de abril, en el parque Humedal Tibanica, jóvenes habitantes de los barrios La María y Los Olivos Segundo Sector del municipio de Soacha, junto con diversas organizaciones juveniles, realizaron el “Concierto por la vida”, una iniciativa con la cual buscaban denunciar el asesinato del rapero John Jairo Cárdenas, ocurrido el 27 de marzo, y sensibilizar a la comunidad respecto al terror que siembra la llamada ‘limpieza social’ en la zona, así como sobre la impunidad que cubre a quienes promueven y ejecutan esta atroz práctica criminal.
Según Danilo*, uno de los vecinos que asistieron al evento, tanto la comunidad como la Alcaldía de Soacha han venido trabajando en la recuperación del parque Humedal Tibanica, que, además de graves problemas de contaminación relacionados con los escombros de construcción y los desechos que eran depositados allí, había sido usado por grupos paramilitares para arrojar los cuerpos de sus víctimas. Por esta razón, los habitantes del sector se encuentran atemorizados, pues el asesinato de John Jairo y el hallazgo de su cuerpo cerca de este lugar podrían significar un retorno de los homicidas y del terror.
Por esto, la Fundación Cultural La Diáspora, la Compañía de Danza Urbana Ensby, New Stile Breakers, The World Spin, el Colectivo Artístico El Adoquín, de la Universidad Pedagógica Nacional, y varios artistas de distintas comunas de Soacha y localidades de Bogotá realizaron, junto con la comunidad, diversas muestras artísticas en las que el hip hop fue el punto de encuentro de unos cuarenta niños, jóvenes y adultos que querían compartir su arte y su trabajo en la cultura como forma de resistencia con los más de doscientos asistentes de la zona.
Los Bboys, bailarines urbanos, demostraron que en el break dance, sus músculos, sus huesos y su piel hacen parte de un movimiento corporal en resistencia que rechaza esta violencia contra los jóvenes. En este acto cultural, además, se destacaron los sonidos de Mackia Discípulos Líricos, MC Roco y Sinfonía Clandestina, quienes con sus voces y letras de rap lograron establecer un diálogo intergeneracional en el que hasta los mayores seguían el paso a su manera. Adicionalmente, se plasmó con pintura la silueta de John Jairo Cárdenas alrededor de la acción colectiva, que se fue llenando de frases en rechazo a la persecución hacia los jóvenes y de llamados a resistir el olvido y la impunidad.
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