Las tragedias ambientales producidas por los marcados cambios climáticos en Latinoamérica no fueron tenidas en cuenta por los gobernantes en la Cumbre de las Américas - Foto: Santiago La Rotta

Las tragedias ambientales producidas por los marcados cambios climáticos en Latinoamérica no fueron tenidas en cuenta por los gobernantes en la Cumbre de las Américas - Foto: Santiago La Rotta

Por: Gustavo Carrasquel* – abril 16 de 2012

La Cumbre de las Américas desarrollada en Cartagena (Colombia) centró su atención en el tema económico. Los dos gigantes del Continente, EE.UU. y Brasil, polarizaron la escena. De esta manera, lo único que quedo claro es que Brasil busca un Tratado de Libre Comercio, como el que exitosamente llevan los EEUU, México y Canadá. Una vez más, el tema ambiental no fue parte de la agenda. El desarrollo comercial se situó como lo relevante.

La inmediatez de las gestiones públicas presidenciales, el apremio de victorias tempranas en lo político es lo que gobierna nuestro continente. Los resultados se medirán en cuánto subió en las encuestas la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en si Obama mejoró su imagen de estadista dentro de los EE.UU. o en cómo este evento los fortalece rumbo a las reelecciones presidenciales de ambos.

Mientras las fotos y videos periodísticos del evento dan la vuelta al mundo, mostrando ‘la gran sapiencia’ de los participantes de la cumbre, las Américas siguen sumergidas en contingencias determinantes para su devenir.

El descontrol climático, hoy marcado por los llamados fenómenos de la Niña y el Niño, siguen impactando severamente las costas de América del Sur y América Central, produciendo fuertes inundaciones, deslaves y centenares de muertes a su paso.

Es un problema real que sufre el Continente y que los países de la región no están preparados ni para enfrentar ni mucho menos para dar las alertas para el resguardo oportuno de la población. Indefensos e indiferentes, así están nuestros pueblos y nuestros políticos.

La explotación infantil, específicamente en Latinoamérica, rige el destinos de casi un millón de infantes, repartidos entre los basureros de sus 11.000 municipios, las minas de cielo abierto, la explotación de esmeraldas y oro. Un grave flagelo, que seguramente no da los votos necesarios para seguir en el poder regional.

El agua potable, de la que no dispone más de una tercera parte de la población en el subcontinent, así como el acceso al agua dulce y su saneamiento, que es insuficiente, tampoco fueron temas centrales en la cumbre.

Se estima que aproximadamente 80 millones de personas, o el 15% de la población de América Latina y el Caribe, no tiene acceso a una fuente mejorada de agua y 160 millones, o el 28%, no tiene acceso a saneamiento básico adecuado. Un problema estructural de planificación de servicios. Por supuesto, resultados muy a largo plazo que nada atractivo tienen para quienes hacen carrera electoral.

Tampoco preocupó demasiado la deforestación de las ocho Amazonías. En un momento en que Europa, Medio Oriente, África y una buena parte de Asia se comieron sus bosques, ¿cuál es el problema con que América se coma los suyos? ¿Es que no tenemos derecho? Así, el sr. Lula, expresidente de Brasil, justifica el holocausto ambiental que se lleva a cabo en América de Sur. ¿Será esa manera de administrar los recursos naturales de su país el modelo a imitar?

Cuando revisé la agenda y los puntos a tratar en esta importante reunión de mandatarios de las Américas me asombré: apenas tomaron en cuenta los ‘desastres naturales’ y sólo desde las consecuencias, no disertando sobre las causas.

Textualmente el eje temático fue de la siguiente manera: “Éste es un tema en el que muchos de nuestros países siempre tendrán algo que agregar. Tragedias recientes en el hemisferio y fuera de él ponen de presente la imperiosa necesidad de propiciar la creación de una cultura adecuada de prevención y gestión de riesgos, de fortalecer las instituciones nacionales llamadas a actuar en casos de siniestro y de idear mecanismos financieros para reaccionar con prontitud y eficacia, y acudir en apoyo de los afectados”.

Con esto se sintieron satisfechos nuestros lideres del continente. Cumbres, pero ‘cumbres borrascosas’ son las que realizan últimamente.

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* Publicado originalmente en Anca 24.

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