El Centro de Memoria abrió finalmente sus puertas el pasado 6 de diciembre - Foto: Katerín Céspedes

El Centro de Memoria abrió finalmente sus puertas el pasado 6 de diciembre - Foto: Katerín Céspedes

Por: Katerín Céspedes

El pasado 19 de septiembre, el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá abrió sus puertas para realizar un recorrido guiado por  sus instalaciones, previo a su inauguración. La actividad contó con charlas, testimonios y homenajes a los periodistas que han sido asesinados durante los últimos 15 años por expresar su opinión y cumplir su deber de informar.

La construcción de este centro, consagrado a la memoria de las víctimas de la violencia sociopolítica que aqueja al país desde hace más de cinco décadas, inició en marzo de 2009 en el parque El Renacimiento de Bogotá, un lugar con un importante peso histórico y sagrado para la capital: sus terrenos, contiguos al Cementerio Central, albergaron durante años los restos de más de 2.000 personas no identificadas al morir y, por ello, catalogadas como ‘NN’, que fueron exhumadas al iniciar las obras para la nueva edificación.

Se considera a estas excavaciones como uno de los trabajos de arqueología más importantes que se han realizado en Latinoamérica y sus resultados dan cuenta de gran parte de la historia de Bogotá entre 1800 y 1970. Por esta razón, que el arquitecto Juan Pablo Ortiz, diseñador de esta obra, manifiesta que la construcción de este centro quiso mantener la esencia sagrada del lugar y de su historia y que “el material principal es el tiempo y la memoria”.

El arquitecto alude también a que gran parte del conflicto armado que hoy vivimos y sus orígenes se deben a “la tenencia de la tierra”, a su posesión y a los procesos de  despojo que, junto a la la exclusión, la desigualdad y la injusticia social, definen la estructura del conflicto armado. Sin embargo, indica Ortiz, ésta se puede convertir en un medio para la reconciliación de la sociedad  Colombiana, razón por la cual, desde el inicio de esta obra, se ha otorgado un espacio para que las víctimas y sus familiares depositen tierra, puñado a puñado, simbolizando su participación en la construcción colectiva de este espacio para la memoria.

El Centro de Memoria, Paz y Reconciliación busca más que ser un simple monumento a los efectos del conflicto armado sobre la sociedad colombiana: la intención del Distrito es dotar a la ciudad de una obra con un gran peso simbólico, que contribuya a la reflexión frente al papel de la memoria y la identidad colectiva como base para la restructuración del tejido social deteriorado por la guerra durante las últimas cinco décadas. Los visitantes podrán encontrarse con más de 40.000 documentos, que sirven para relatar la historia reciente de Colombia, y con múltiples espacios para la reflexión en torno a la construcción de caminos de paz.

Homenaje a periodistas asesinados

Según Camilo González Posso, director del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, la construcción y existencia de este lugar se convierte en un hecho muy importante para honrar la memoria de las víctimas y de quienes, durante estos años de conflicto armado, han luchado porque se conozca la verdad y se logre la justicia social en el país. Destaca, además, la necesidad de realizar “procesos de reconstrucción del pasado, procesos de lecturas compartidas de aquellos acontecimientos que han suministrado violencia y muerte como un paso para la no repetición, para la superación de este conflicto;  pues, de lo contrario, se corre el riesgo de someter a una camisa de fuerza a la sociedad, padeciendo la obligación del olvido o simulando un olvido, y es allí donde se establecen la dictadura del pensamiento en el olvido y la dictadura del desconocimiento”.

En la presentación a los medios del centro, se recordó a los periodistas que, ejerciendo su labor de informar e investigar, han sido asesinados. González Posso señaló que un informe de investigación de esa entidad próximo a publicarse demostró que, entre 1997 y 2011, se han registrado 148 asesinatos de periodistas, lo que equivale a un periodista asesinado cada seis meses, y que en este mismo periodo se han presentado 3.250 violaciones a la libertad de prensa, es decir, cada 48 horas hay un atropello en contra de un informador.

En este homenaje fueron recordados periodistas y líderes de opinión como Guillermo Cano Isaza, Héctor Giraldo, Luis Carlos Galán, Jorge Enrique Pulido, Silvia Duzán, Diana Turbay, Duvardo Piedrahita, Julio Daniel Chaparro, Jorge Enrique Chaparro, Álvaro Gómez Hurtado, Manuel Cepeda Vargas, Elsa Alvarado, Óscar García Calderón y Jaime Garzón.

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