Julio 14 de 2008
La crisis entre el gobiernos de Venezuela y Colombia, iniciada hace ocho meses por la decisión unilateral del presidente Álvaro Uribe de excluir al presidente Hugo Chávez de las mediaciones que éste venía realizando en pro del acuerdo humanitario, fue el principal hecho que rompió las relaciones con Colombia y Venezuela, las cuales fueron reparadas el pasado viernes luego de la reunión que los mandatarios sostuvieron en el estado de Falcón, ubicado al occidente de la Hermana República.
Los conflictos y acusaciones vividos entre los dos países, por los señalamientos que hizo Uribe contra el gobierno venezolano de apoyar a las FARC y por la violación de Colombia a la soberanía ecuatoriana, no mostraban caminos viables para una reunión entre los dos mandatarios. Pero, al contrario de lo previsto, ésta fue una de las reuniones más cálidas que han tenido, restaurando vínculos comerciales que se habían fracturado desde el pasado octubre.
En esta nueva etapa bilateral, se suscribieron acuerdos de tipo energético, alimentario, económico y social en pro de la estabilidad y el desarrollo de ambas naciones, como lo afirmó Chávez en la rueda de prensa conjunta que tuvo lugar en la refinería de Amuay (península de Paraguaná), indicando que “Colombia y Venezuela son dos países destinados a estar juntos y de allí debe partir toda reflexión de gobierno, Estado, instituciones, sectores privados, pueblo y sociedad como un todo”.
La agenda trató temas en como el aumento de la importación de automóviles colombianos; la eliminación de la doble tributación, que ya quedó aprobada; la autorización del paso de mercancías venezolanas y colombianas por el territorio del otro país; el contrabando de gasolina en la frontera entre los dos países y la negociación para el gasoducto binacional que permita comprar gas a Venezuela. Sin embargo, uno de los aspectos más relevantes en este nuevo encuentro fue avalar un proyecto ferroviario que servirá para conectar no sólo a Venezuela y a Colombia sino a Ecuador también, opción para el transporte de mercancías a bajo costo y símbolo de cooperación y superación de las diferencias entre estas dos naciones.
A la vez, el mandatario venezolano insinuó que prestará ayuda a Colombia y a Ecuador para que reestablezcan sus relaciones y lleguen a acuerdos que sirvan para el desarrollo de los estados latinoamericanos, proyectados a entablar diálogos con Estados Unidos y su nuevo presidente, que se elegirá en noviembre.
Pronunciamiento de la izquierda y la derecha
Ante las necesidades de ambos países por fortalecer las relaciones, es claro que en Venezuela las organizaciones populares no estuvieron de acuerdo con la visita de Uribe por representar, según aquellas, a la elite colombiana y a la parapolítica, uno de los temas más debatidos y preocupantes del presente año. Por tanto, se realizaron movilizaciones ante la llegada del mandatario, ya que para las organizaciones convocantes no hay fundamentos para reactivar relaciones con el gobierno colombiano.
Por otro lado, el pronunciamiento de la derecha en Colombia lo hizo el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, después de la reunión entre Chávez y Uribe, comentando: “ojala que Chávez cumpla y no siga apoyando a las FARC”, una intervención que se entromete en el acuerdo bilateral de ambos países y que puede llegar a entorpecer lo que hasta el momento se logró. Por tanto, ambos países piden respetar los acuerdos pactados y mesurar los comentarios de sus funcionarios para que no resulten afectados el comercio ni los proyectos entablados en la reciente entrevista entre Chávez y Uribe.
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