"No más feminicidios". Foto: Lunita Lu.
El cuerpo torturado de Lucía Pérez, estallado de droga y bestialmente empalado, fue el exceso imposible de simbolizar.
"No más feminicidios". Foto: Lunita Lu.
“No más feminicidios”. Foto: Lunita Lu.

Por: Karina Bidaseca – octubre 20 de 2016

El cuerpo torturado de Lucía Pérez, estallado de droga y bestialmente empalado, fue el exceso imposible de simbolizar. En este régimen de despojos otros cuerpos tienen otros trágicos destinos: las bolsas de polietileno tiradas en los basureros, los huesos en el desierto de México o en Guatemala, los pezones arrancados y las vaginas destruidas, todas marcas siniestras en Buenaventura o en el Catatumbo colombiano, en Libia, en Sudáfrica, en la India. Todas ellas pretenden instaurar un régimen de terror y de excepción.

Ante la imposibilidad de poner en palabras aquello que nos deshumaniza y degrada, bajo el despliegue de las tecnologías propias de un patriarcado sexista y racista que expone la brutal exacerbación de un régimen de ‘necropolítica’ -en un escenario donde circulan libremente la droga y el capital-, las violencias se vuelven un medio de autogeneración del “capitalismo gore”, al decir de Sayak Valencia.

Como actos comunicativos entre fratrías masculinas expresivos de una “pedagogía de la crueldad” -en términos de la feminista descolonial Rita Segato– se presentan otros siete feminicidios en siete días, justo al regreso del XXXI Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario, en el cual más de 90.000 mujeres de todo el país se reunieron para continuar desarrollando las reivindicaciones históricas de las mujeres y del colectivo Lgbti y encontraron la violenta represión por parte de las fuerzas de seguridad.

Las violencias contra las mujeres se intensifican bajo la escalada de nuevo discurso que, apoyado en el giro a la derecha, se unifica en la región: en Brasil o en Colombia, bajo los argumentos por el ‘no’ a la paz, se multiplican los argumentos para enfrentar lo que estos sectores ya definen como la ‘ideología de género’.

“En el tiempo histórico del género nunca hay paz. El género no distingue entre paz y guerra”, resuenan las palabras de Catharine A. MacKinnon en su libro “Are Women Human? And other international dialogues”. Las mujeres y todos paramos: “si mi vida no importa, produzcan sin mí”. Haremos huelga. Saldremos a las calles a gritar, nuevamente, como el 3 de junio de 2015 y en 2016, ¡Ni una menos, vivas nos queremos! Y para exigir al Estado patriarcal que asuma su responsabilidad en los crímenes contra todas las mujeres.

Angela Davis ya lo mencionó: “El feminismo es la idea radical que sostiene que las mujeres somos personas”.

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*Karina Bidaseca es coordinadora del Programa Sur-Sur del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) y de la Red de Derechos Humanos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina.

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