Por: Andrea Umaña

El pasado viernes 8 de marzo, se levantaron una vez más las voces de miles de mujeres que, en el país, revindican y conmemoran los logros de las luchas de las mujeres en todo el mundo. En Colombia se alzaron voces denunciando especialmente la violencia contra las mujeres y niñas. Según el boletín 108 emitido por la Procuraduría el pasado 7 de febrero, 21 mujeres han sido víctimas de feminicidio solo en enero, mes en el que se han emitido 84 alertas de intervención prioritaria a partir de casos de mujeres valoradas por Medicina Legal.

De la violencia sexual y de la del sistema judicial

Foto: Maria Paula Betancourt – @mariapupilas

En Colombia, la violencia contra las mujeres se ejerce en las calles,en los hogares y desafortunadamente, también se encuentra en el sistema judicial.

Maria Elvira Cabrera, abogada de la ONG Temblores , durante las movilizaciones del 8 de marzo, le contó a El Turbión sobre el caso de Virgelina Aguiar Cifuentes, quien asesinó en el año 2000 a José Virgilio Campos, su arrendador y patrón en la carnicería en la que trabajaba por techo y comida, luego de que este secuestrara a los hijos de Virgelina y la violara al chantajearla con tener sexo a cambio de revelar la ubicación de sus hijos.

En 2001 el Tribunal Superior de Ibagué condenó a ocho años cuatro meses de prisión a Virgelina al considerar que el asesinato que cometió no fue planeado y en condición de ira e intenso dolor.

Luego de cumplir una parte de su condena, en el año 2003 obtuvo la libertad condicional y pudo continuar con su vida en familia pero la Procuraduría y la Fiscalía General de la Nación no estuvieron de acuerdo y apelaron la decisión y en 2005 fue condenada a 28 años de cárcel. Virgelina nunca fue notificada del proceso ni de la decisión, se enteró en medio de un retén en 2022, momento en que la policía le notifica que tiene una orden de captura por el mismo suceso y es capturada nuevamente.

María Elvira Cabrera precisa que la ONG se encuentra apoyando el caso de Virgelina en el que la inoperancia del sistema judicial ha vulnerado sus garantías procesales y la revictimiza, y señala que ya se presentó una acción de tutela, cuyas pretensiones fueron negadas en primera y segunda instancia por la Corte Suprema de Justicia, por lo que adelantan una recolección de firmas para enviarlas junto con una solicitud de selección a la Corte Constitucional, con el objetivo de que este órgano lo estudie y se pueda obtener la libertad de Virgelina, que, al igual que otros casos de mujeres víctimas, ha sido nuevamente afectada por el sistema de justicia colombiano.

Por ello María Elvira Cabrera asegura: “Este es un caso excepcional, porque creemos que de verdad es un caso que merece toda atención del país y la atención de la Corte Constitucional”.

Sobre las violencias contra las mujeres, Heidy Saánchez, concejal del Pacto Histórico por Bogotá, menciona que se han hecho solicitudes al ministerio de igualdad, específicamente al Viceministerio de las Mujeres que preside Diana Gómez Correal, para crear escenarios e instancias de alto nivel que atiendan casos de feminicidios, se trabaje desde la prevención de las violencias y especialmente: “en la capacitación de la rama judicial para que no haya impunidad en los casos de violencias basadas en género”.

Foto: Maria Paula Betancourt – @mariapupilas

Marchando por igualdad y reformas laborales

Foto: Maria Paula Betancourt – @mariapupilas

La desigualdad no solo está evidente en el manejo que el sistema judicial le da a los diversos casos de violencias de género. Cientos de mujeres marcharon desde el ministerio de trabajo hacia la plaza de Bolívar ondeando banderas, pañuelos y pancartas, que demandaban de la sociedad el reconocimiento y reflexión sobre las condiciones de vida de las colombianas de todas las edades.

En las calles de Bogotá este 8 de marzo también se denunciaron las condiciones laborales de las mujeres colombianas y ante la necesidad de cambios estructurales, la concejala Heidy Sánchez afirma que por ello es necesario que se materialice el avance de la reforma laboral e implementen los acuerdos internacionales que Colombia ha suscrito, como es “el convenio que se tiene con la OIT para eliminar todos los casos de acoso laboral en todas las instancias”. Lamentablemente, aún no se ha logrado, pues como lo menciona la concejal, “aún existen áreas productivas, en las que las mujeres perciben el 80% de salario que reciben los hombres por la misma labor”.

El tema de las pensiones de las mujeres también está en la agenda de las organizaciones y movimientos por la defensa de los derechos de las mujeres y tiene un espacio en la reforma laboral que se espera sea votada en dos semanas en la Comisión VII de la Cámara de Representantes. Para la concejala Sánchez, “la reforma pensional, además de disminuir la edad y garantizar la universalización del derecho a la pensión, también reconoce el cuidado de los hijos”, esto implica que el Estado garantice la visibilidad y el reconocimiento de los derechos de las mujeres cuidadoras.

Mujeres solidarias

En Bogotá, las mujeres a la par que exigían una vida sin violencias, también se solidarizaron con las condiciones de las mujeres de otros lugares del mundo que viven la crudeza de la discriminación y la guerra como son las mujeres las mujeres palestinas quienes viven el genocidio perpetrado por Israel, y las mujeres kurdas quienes viven la violencia de Turquía

Un cierre amargo

Foto: Maria Paula Betancourt – @mariapupilas

La jornada transcurrió en normalidad en la ciudad de Bogotá, hasta que, caída la noche, las mujeres de todas las edades que se encontraban realizando actividades artísticas en la plaza de Bolivar y sus inmediaciones, fueron agredidas por la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDMO ), antes ESMAD, sin motivo alguno y luego de que apagaran las luces de la Plaza de Bolívar.

El alcalde Carlos Fernando Galán mencionó lo sucedido en su cuenta de X, arguyendo el compromiso de su gobierno para: “garantizar la manifestación pacífica y priorizar siempre el diálogo como solución para garantizar los derechos de los marchantes y los no marchantes, así como la protección de bienes públicos y privados”; no obstante esto se desdice con las agresiones y el caos generalizado del que fueron víctimas las manifestantes.

El 8 de marzo no solo marca una fecha de conmemoración, sino que representa un llamado urgente a la protección y defensa de los derechos de niñas, adolescentes y mujeres en Colombia. En medio de denuncias de violencia y demandas por igualdad y reformas laborales, este día resuena como una oportunidad crucial para convertir las palabras en acciones concretas. Nos desafía a trabajar colectivamente hacia un futuro donde todas las mujeres vivan sin temor y gocen plenamente de sus derechos fundamentales.

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